La pandemia del nuevo coronavirus ha motivado a la iglesia Católica a usar la tecnología para transmitir un mensaje de fe y esperanza a los feligreses a través de las misas diarias que se celebra en la catedral y que en la actualidad ha alcanzado cerca de medio millón de seguidores que se conectan a las redes sociales, la radio y la televisión.
Desde el inicio de la emergencia, la
Diócesis de Cajamarca comenzó a transmitir la misa de las 18:00 horas en sus plataformas digitales, enlazando con diversas emisoras en AM y FM y en canales de televisión local, y conforme pasaba el tiempo se han ido sumando otros medios para llevar el mensaje de la iglesia a la población en este momento difícil.
“Al principio éramos solitarios frente a la mirada escéptica de la gente, inclusive de nuestros propios hermanos sacerdotes. Hoy, gracias a Dios, estamos bordeando el medio millón de seguidores no solo de Cajamarca sino de otras ciudades del país y el extranjero”, dijo a la Agencia Andina, el padre Juan Carlos Pérez, encargado de oficiar la misa diaria.
Señaló que mucha gente se conecta a escuchar la misa reunidos en familia en comunidades lejanas de las provincias de Chota, Cutervo y San Ignacio. “Tenemos hermanos que nos siguen en diferentes ciudades del Perú, y países como Argentina, Paraguay, Ecuador, Chile, Colombia y México, cajamarquinos y peruanos que residen en el exterior”.
Según el sacerdote, ha sido una
adaptación novedosa para la mayoría de fieles celebrar las
misas virtuales. “La eucaristía a través de las redes sociales se ha vuelto una necesidad en esta época difícil. Seguimos en contacto con los fieles para seguir orando por su salud, por sus familiares y por el eterno descanso de sus difuntos”, acotó.
La iglesia apuesta por la tecnología para la evangelización, desde el primer día de la pandemia y de manera ininterrumpida ha oficiado la misa todas las tardes “y lo seguiremos haciendo porque la intensión es no dejar en el desamparo a nuestro pueblo”, sostuvo el padre Juan Carlos, al precisar que cuentan con una productora para este trabajo hasta el 31 de diciembre.
Aclaró que el acuerdo con los medios y la productora fue voluntario, eso se mantiene después de varios meses, con alguna ayuda que suele brindar. “En un principio no esperábamos llegar a este momento con un alto nivel de sintonía, sobre todo, en las misas del domingo y eso es gracias a todos los medios y plataformas digitales que se han sumado a esta causa”.
“La misa virtual se ha vuelto un hábito, una costumbre; sin embargo, sigo soñando con tener a mis hermanos en el templo, tenerlos presencialmente. Si decidimos tener presencia en las redes es con la finalidad de acompañarlos en este momento de zozobra, de suspenso. Ellos (los feligreses) han hecho de sus hogares un oratorio”, expresó.
Fortaleza y esperanza
El mensaje de la iglesia frente a esta situación que nos ha tocado vivir, es de mucha fortaleza y esperanza, sobre todo, ante a la pérdida de un ser querido que es difícil asimilar porque no hay palabra ni mensaje que sirva, simplemente la compañía serena, firme, estable y permanente será la mejor ayuda para levantarnos de semejante golpe, refiere el padre Juan Carlos Pérez.
Comentó que la pandemia ha servido para sentar cabeza, porque los primeros días fueron de muchas críticas, luego la población fue entendiendo que con criticar poco aportaba, “criticar es muy fácil. La mayoría ha entendido que la unidad debe primar en la vida, el entendimiento antes que la confrontación y el enfrentamiento”.
Por último, dirigiéndose a los feligreses, dijo que cuando termine la pandemia será obligatorio regresar al templo para la vivencia sacramental que es una expresión viva de los signos de la liturgia. “A nuestros hermanos que añoran estar en el templo, tengan un poco de paciencia, vean esta situación como un acto de sacrificio, un elemento necesario en la vida. Y cuando volvamos, seamos capaces de valorar el regalo de tener a Cristo en nuestras vidas y en nuestros corazones”.