Un problema para lograr contener de manera más efectiva la pandemia del coronavirus en el país es la indisciplina de un segmento de la población, cuyos integrantes se sienten desafiantes, invulnerables y soberbios frente a las normas dispuestas para contener el avance de esta infección a pesar de superar los 700 mil casos confirmados y sufrir la muerte de más de 30 mil personas.
El análisis del comportamiento humano siempre ha generado polémica, sin embargo, los acercamientos más prometedores han sido aquellos que abordan el tema de manera integral, incluyendo al sistema de ideas, creencias y valores que también juegan un rol significativo en el incumplimiento de los límites y normas en general y que en este momento son esenciales para frenar el avance de la pandemia.
Entre ellas se mencionan: La aceptación del distanciamiento social, uso de la mascarilla, lavado de manos; evitar el transporte público abarrotado, las fiestas clandestinas, las despedidas tumultuosas de seres queridos, entre otras, medidas que un porcentaje de la población no cumple a cabalidad.
¿Qué hacer?, para Milton Rojas, psicólogo de Cedro y responsable del componente de soporte psicosocial del proyecto Alianza por la Amazonía frente al covid-19, una primera respuesta es el trabajo preventivo.
Hay que poner los reflectores en la etapa de la niñez, en los estilos de crianza, en la promoción de valores sociales, de la ética, del cumplimiento de las normas existentes, así como en el trabajo de la prevención de los problemas de comportamiento y de
salud mental, y su detección temprana en niños y adolescentes.
¿Dónde se construye la personalidad?
El especialista nos indica que debemos recordar que la construcción de las bases de la estructura de la personalidad se da en la familia, donde los padres enseñan el adecuado uso de la libertad y del autocontrol a través del establecimiento del apego, sentimientos, afectos y el respeto a las personas, siendo ellos los principales referentes.
Sin embargo, es frecuente encontrarnos con niños/as y adolescentes rebeldes, con problemas para internalizar normas y respetarlas, con actitudes desafiantes ante la autoridad de los padres, de la policía y otras instancias, muchos de ellos con rasgos de comportamiento antisocial procedentes de familias multiproblemáticas, conductas que tienden agudizarse con los consumos tempranos de alcohol y otras drogas.
Otros segmentos de jóvenes y adultos no aceptan el nuevo escenario originado por la pandemia y prolongan ciertos comportamientos de riesgo sin límite, muchos vivencian la invulnerabilidad como consecuencia de haberse expuesto al riesgo de infección y no experimentar síntomas de la enfermedad desconociendo que pueden ser asintomáticos y estar contagiando a su entorno.
Esta fase de negación lo vivencian de manera temporal o indefinidamente y con variada intensidad. Esto explicaría, no en pocos casos, la enorme dificultad de muchas personas para entender la gravedad de la situación aun habiendo recibido información.
Refuerzos positivos
En cuanto a las medidas de corto plazo, es importante visibilizar los esfuerzos y los actos positivos que llevan a cabo la mayoría de la sociedad, frente a una minoría que violan las normas y son noticia. Esto es muy importante para convertir a esta mayoría en replicadores y luego se pueden convertir en referentes.
Para Rojas no es suficiente proporcionar información racional y con evidencia sobre el contagio del
covid-19. La auto regulación y la motivación no viene necesariamente de los niveles racionales del cerebro, sino de lo instintivo (
miedo y resistencia al cambio) y de lo emocional. La información científica no siempre llega a esos niveles, esto explicaría por qué algunas campañas de prevención de riesgos tienen poco impacto (embarazos no deseados, emergencias, desastres, abuso de alcohol y de otras drogas en época de pandemia, etc.).
La información debe considerar los circuitos emocionales que facilitan su entrada e impacto en esos niveles y que generen motivación para el desarrollo de conductas seguras, evitando la amenaza en el público joven.
La idea es conectar el mensaje con los intereses individuales, como creencias, aficiones, miedos, mitos, proyectos de vida, música, entre otros aspectos, sin descuidar el daño que ejerce una persona a la comunidad cuando no se cuida.
También hay que incluir en los mensajes a personas a quienes el público acepta y les cree más. Encontrar esos estímulos motivacionales y saber cómo asociarlos a una campaña preventiva tendría más probabilidades de impacto en
los jóvenes para que asuman conductas más seguras.
Finalmente, como integrantes de la sociedad hay que facilitar el cumplimiento de las normas existentes, mientras que el gobierno central, los gobiernos regionales y locales deben ofrecer todas las medidas sanitarias en diversos espacios, señalizándolos y comunicándolos con frecuencia, y nosotros corrigiendo a quienes actúen de forma inapropiada.
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(FIN) NDP/KGR
JRA
Publicado: 21/9/2020