El Ministerio de Cultura declaró Patrimonio Cultural de la Nación al Carnaval de Patambuco del distrito de Patambuco, provincia de Sandia, departamento de Puno, por representar la cosmovisión quechua de las sociedades puneñas en las que la tierra y el agua constituyen elementos trascendentales para el orden natural y social, y por fortalecer la identidad colectiva de los diferentes sectores del distrito y las comunidades campesinas.
También se otorgó el reconocimiento del Estado por tratarse de una manifestación cultural que reúne elementos andinos e hispanos vinculados al ciclo agrícola, según establece una Resolución Viceministerial publicada hoy en el Diario Oficial El Peruano.
El carnaval es una tradición europea relacionada con la fertilidad, cuyo origen se remonta a las celebraciones religiosas romanas que festejaban el paso del invierno a la primavera y el inicio del ciclo agrícola.
Durante este período de transición, las personas asumían que el orden social y natural se suspendía temporalmente, pasando por un tiempo de jolgorio para concluir en un periodo de purificación. Ambas fases fueron asimiladas por el catolicismo tras su consolidación en Europa, denominándose al período de alteración del orden como carnavales.
En el mundo andino, esta festividad se funde con celebraciones de origen prehispánico, lo que hace del carnaval andino un género único y singular. Así, celebra la fertilidad de la tierra y la renovación de la vida, y se lleva a cabo durante el periodo de lluvias, antes de dar inicio al tiempo de Cuaresma.
Se trata de un tiempo ritual y sagrado en el que las poblaciones andinas rinden honor a los apus o montañas tutelares, y a la pachamama o madre tierra.
En ese sentido, los
carnavales son expresiones distintivas de muchos pueblos en los Andes, siendo muchas veces el origen de géneros de música, canción y danza reconocidos fuera de su área con el nombre propio de la localidad o distrito y que suelen incluir trajes tradicionales, pasos de baile o instrumentos musicales exclusivos de la región o localidad.
Una de las
expresiones culturales más representativas del distrito de Patambuco, en Puno, es su carnaval o Fiesta de la gran maduración (Hatun Puquy en quechua) el cual, celebra el arribo de las lluvias y se realiza en los meses de febrero o marzo, según sea el caso.
Patambuco
Patambuco es uno de los diez distritos que conforman la provincia de Sandia, ubicada en el departamento de Puno. Se encuentra localizado al norte de la región y limita por el oeste, con la provincia de Carabaya; por el sur, con el distrito de Cuyocuyo; por el este, con el distrito de Sandia y, por el norte, con los distritos de Phara y Limbani. Su altura oscila entre los 1,150 y 4,400 metros sobre el nivel del mar y cuenta con un clima subtropical que puede variar entre los 2°C y 3°C, en invierno, y los 30°C, durante el verano, en las zonas colindantes a la Amazonía.
Según el Censo Nacional de Población, Vivienda y Comunidades Indígenas (INEI, 2017), el distrito de Patambuco cuenta un total de 3,863 habitantes quienes residen, en su totalidad, en áreas rurales.
El distrito de Patambuco alberga tres ecorregiones bien acentuadas: la sierra alta, caracterizada por la presencia de los nevados Aricoma, Arico, Ccarahuarcuna y Huacchani; la sierra intermedia, la cual se caracteriza por sus bosques húmedos y montañosos; y la ceja de selva que tiene como particularidad su densa vegetación y el cultivo, a pequeña escala, de productos como la hoja de coca, la granadilla, el plátano, entre otros.
De acuerdo al Directorio de Comunidades Campesinas del Perú (2016), Patambuco tiene nueve comunidades campesinas reconocidas: Cañiputo, Huacchani Capilla Pampa, Patambuco, Canu Canu, Punco Keari, Chaupi Ayllu, Jarahuaña, Santa Cruz de Puna Ayllo y Tiraca. Cada comunidad es liderada por el teniente gobernador.
Carnaval de Patambuco
El Carnaval de Patambuco se nutre de dos tradiciones: la prehispánica, que se caracteriza por la celebración de las divinidades locales en agradecimiento por la abundancia y bonanza del campo y, la hispánica, asociada al calendario litúrgico católico.
Así, esta festividad retribuye, mediante danzas y juegos de regocijo, a la pachamama por la producción agrícola del año mientras que, a la vez, es el periodo de jolgorio previo a la dura prueba de expiación que corresponde a la Cuaresma y que comienza el miércoles de ceniza.
Tradicionalmente, el Carnaval de Patambuco se inicia un jueves con el ritual conocido como T’ika pallay O “recojo de flores” y finaliza nueve días después, el domingo de cacharpari o despedida. La festividad se desarrolla en la capital distrital e involucra a todas las comunidades campesinas.
Respecto de la organización de la fiesta, en la capital del distrito, el periodo de carnaval es liderado por la “Segunda” y su acompañante “Hilaccata”, dos alferados a disposición de la población para la realización de las costumbres propias de la festividad.
En el caso de las comunidades campesinas, los tenientes gobernadores son los encargados de organizar las actividades carnavalescas y asumir los gastos de alimentación y de las actividades a desarrollarse. Por otro lado, cada teniente gobernador designa, con un año de anticipación, a dos capitanes: el waraqa capitán (varón) y bandera capitán (mujer), quienes lideran a los grupos de hombres y mujeres de las comparsas dancísticas del Carnaval de Patambuco.
La festividad se inicia el jueves por la noche, momento en que los pobladores se dirigen a las montañas del distrito para recoger las llamadas “pulupulu” o flores que crecen en gran cantidad entre los meses de febrero y marzo.
De retorno a la casa del teniente gobernador de cada comunidad, se arman los “llayt’u” o cordones de diversos tamaños y formas, elaborados con flores de pulupulu, harina de trigo y otros productos de la zona que se lucen el domingo, en el recibimiento a las autoridades.
Antiguamente, el viernes era destinado a realizar la práctica tradicional del chaccu, forma de rodeo y captura de vicuñas, zorros, tarukas, vizcachas, entre otros animales propios de la fauna silvestre, sin embargo, hoy se encuentra descontinuado. En su reemplazo, las comparsas de las diferentes comunidades obsequian a las autoridades distritales diferentes animales domésticos.
El sábado se lleva a cabo el denominado “malliy” o acto de percepción de los sabores, que consiste en degustar las primeras papas cosechadas. La ceremonia se inicia con un agradecimiento a la pachamama y a los apus por las cosechas recibidas a lo largo del año.
Así, en las casas, se preparan algunos platillos en base a pan, leche, queso y papa nueva; el mismo día se continúa con la confección de los llayt’u. Paralelamente, las mujeres culminan la costura de las vestimentas típicas del Carnaval de Patambuco y, por la noche, danzantes y músicos ensayan el carnaval.
Durante las primeras horas del domingo, danzantes y músicos se preparan mientras los encargados de la organización en cada comunidad disponen el almuerzo para sus comparsas. A partir de las 9 de la mañana, las autoridades de cada comunidad hacen su ingreso a la plaza central del distrito junto al cortejo de danzantes y músicos.
De manera organizada, las comunidades entregan diversos obsequios -entre ellos, los llayt’u de pan y fl ores previamente preparados- a las principales autoridades distritales, tales como el alcalde, el gobernador y el juez de paz. En este día, las comparsas de las comunidades danzan y cantan las melodías del Carnaval de Patambuco en las calles del distrito.
Durante los siguientes días se realizan visitas a las autoridades distritales y a los vecinos de las comunidades. Además, se llevan a cabo numerosos rituales entre los cuales destaca, el martes, la ceremonia de agradecimiento a los apus mayores que protegen a la población del distrito. En estos espacios la música y danza se luce como elemento central de la festividad.
El viernes, el teniente gobernador nombra al “awicha”, personaje encarnado por un varón que porta trajes femeninos y máscara e invita a la danza y el jolgorio. Además, elige al “pukllay machu”, figura vestida con ropa vieja que representa a un anciano y dramatiza la despedida del año que se va. Estos personajes protagonizan el domingo.
El sábado continúan las visitas a las casas por parte del teniente y, una vez concluidas, el día domingo, se da inicio al cacharpari en la capital del distrito y las comunidades. Este momento del carnaval se caracteriza por los juegos de dramatización vinculados a la actividad agrícola. Además, se aprovecha el día para elegir los capitanes que organizarán la festividad el próximo año.
El carnaval finaliza con la visita del pukllay machu a cada casa llevando algunos productos oriundos de la zona como papa, papaliza, izañu y maíz; ello en señal de bendición para la buena cosecha del siguiente año.
Danza
El Carnaval de Patambuco es también la denominación de la danza que se ejecuta en este periodo. Así, músicos y bailarines acompañan los momentos centrales de la festividad. La expresión coreográfica es interpretada por grupos de la capital y las comunidades quienes bailan y tocan instrumentos elaborados por ellos mismos.
Durante el carnaval, la comparsa avanza, dividida en dos filas, ejecutan movimientos lentos, cadenciosos y uniformes, de izquierda a derecha. Mientras tanto, en escenarios como la Plaza de Armas del distrito o las plazas principales de las comunidades, los danzantes y músicos desarrollan la coreografía mediante círculos, alternando movimientos que van de izquierda a derecha y viceversa.
En presentaciones más grandes, como la Festividad de la Virgen de la Candelaria de Puno, las comparsas realizan figuras coreográficas de mayor complejidad.
La Resolución Viceministerial encarga a la Dirección de Patrimonio Inmaterial en coordinación con la Dirección
Desconcentrada de Puno y la comunidad de portadores, la elaboración cada cinco años de un informe detallado sobre el estado de la expresión declarada, de modo que el registro institucional pueda ser actualizado en cuanto a los cambios producidos en la manifestación, los riesgos que pudiesen surgir en su vigencia, y otros aspectos relevantes, a efectos de realizar el seguimiento institucional de su desenvolvimiento y salvaguardia, de ser el caso.
La norma lleva la firma de María Elena Córdova Burga, viceministra de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales del Ministerio de Cultura.
(FIN) LZD/MAO