16:30 | Cajamarca, ene. 11.
La declaratoria de Patrimonio Cultural de la Nación a los Conocimientos, técnicas y prácticas asociados a la producción de tejidos en qallwa, en la provincia de San Miguel, departamento de Cajamarca, fue entregada de manera oficial por la ministra de Cultura, Sonia Guillén Oneeglio.
Estos tejidos son resultado de sofisticadas técnicas de creación textil y testimonio de antiguos y vigentes intercambios culturales y económicos entre la población de San Miguel y poblaciones del norte del país, constituyendo un símbolo de la identidad cultural.
“El trabajo con la qallwa es un esfuerzo que requiere mucha técnica y habilidad artística y la destreza que se ha ido afianzando durante los cientos de años que las mujeres han estado aportado a la sociedad, su familia e historia”, refirió la ministra de Cultura durante la ceremonia que se desarrolló en el atrio de la iglesia de San Miguel.
En este acto, la ministra Guillén también hizo entrega de un reconocimiento especial a la señora Teresa Mendoza, tejedora y difusora de la técnica de la qallwa. “Hago entrega de este reconocimiento de parte del Estado y de todos los pobladores de este país que ven en ustedes la habilidad que debemos mantener y hacer imperecedero para el orgullo de todas las poblaciones”, acotó.
En la ceremonia llevada a cabo en el atrio de la iglesia de San Miguel, acompañaron a la ministra Guillén; el gobernador regional de Cajamarca, Mesías Guevara; la viceministra de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales, María Elena Córdova Burga; el alcalde provincial de San Miguel, Alder Chingoy Hernández; la titular de la Dirección Desconcentrada de Cultura de Cajamarca, Judith Padilla; y pobladores en general.
La declaratoria de Patrimonio Cultural se otorgó a través de Resolución Viceministerial Nº 211-2019-VMPCIC-MC, publicada en el diario oficial El Peruano.
Tradición Textil
En la tradición textil de San Miguel de Cajamarca se registra el uso de fibras de orígenes distintos como la lana y el algodón. La lana es obtenida del ganado ovino criado en la zona, mientras que el algodón, fibra vegetal propia de la costa, se adquiere en comercios locales o se compra a comerciantes foráneos que visitan el lugar.
El empleo tradicional del algodón en una zona de sierra fría como San Miguel es testimonio de las relaciones ancestrales entre pobladores de la Costa y la Sierra y de los fluidos intercambios de conocimientos y costumbres que se dieron en estos contextos.
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La producción textil se orienta al consumo familiar y a la comercialización o generación de ingresos de las unidades domésticas urbanas y/o campesinas. Los tejidos para el autoconsumo portan un trabajo minucioso que a su vez muestra elementos identitarios. Entre ellas se puede mencionar a los pullos (mantas), alforjas y frazadas.
En lo que concierne a la producción textil orientada a la comercialización, esta se mantiene como la principal actividad económica femenina, siendo los tejidos de mayor aceptación en el mercado los manteles, servilletas, los individuales, las chalinas y los chales, ponchos de chalán y fajas.
Dato:
Según la investigadora Haydee Quiroz Malca, una peculiaridad de los elementos de este telar es que, a través de sus nombres, da cuenta de la presencia de cuatro lenguas (den, muchick, culle y quechua), lo que implicaría la inclusión una diversidad de presencias étnicas a lo largo del tiempo.
En la actualidad, las tejedoras de San Miguel continúan trabajando con hilos de algodón industrializados, mientras que la lana de oveja ha sido desplazada por hilos acrílicos en las prendas de autoconsumo y en ciertos casos por la fibra de alpaca ya hilada de fábrica.
Su población, estimada por el INEI (2015) es más de 55,745 habitantes. Tiene como actividades económicas principales a la agricultura y la ganadería, complementadas con manufacturas diversas (textil, cerámica y otros), el comercio y la migración temporal hacia la Costa, que en conjunto son factores económicos de gran impacto en la economía campesina familiar.
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Publicado: 11/1/2020