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Cambio climático aumenta la arena y polvo en la atmósfera de zonas de América Latina

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El polvo se ha convertido en un serio peligro para la salud de las personas. Foto: Luis Puell

El polvo se ha convertido en un serio peligro para la salud de las personas. Foto: Luis Puell

10:35 | Ginebra, oct. 19.

Las tormentas de arena y polvo, en ascenso a causa de la desertización y el cambio climático, aumentaron en 2022 con respecto a 2021 y elevaron las concentraciones de estas partículas en la atmósfera en zonas América del Sur y Central, además de España, indicó la Organización Meteorológica Mundial.

El informe detalla sobre un nuevo examen exhaustivo de los peligros que entraña el polvo para las Américas, compilado por 28 expertos del Nodo Panamericano de Asesoramiento y Evaluación para Tormentas de Arena y Polvo de la OMM. Se ha trazado un mapa de la vulnerabilidad al polvo centrado en los efectos sobre la salud y la seguridad, en apoyo de las instancias decisorias.


Refiere que las tormentas de polvo afectan a la aviación y al transporte por carretera; reducen el rendimiento de las centrales solares, y propagan agentes patógenos humanos, todo lo cual repercute negativamente en las economías locales y regionales. La pérdida de nutrientes del suelo supone un coste para la agricultura de más de 8,000 millones de dólares de los Estados Unidos al año en la región panamericana.


La OMM subraya que la exposición a partículas de polvo se asocia a efectos adversos para la salud, como los infartos de miocardio, la mortalidad cardiovascular, el cáncer de pulmón y la fiebre del valle en los Estados Unidos de América.

En otros lugares del mundo


También aumentaron estas concentraciones en el Mar Rojo, la península Arábiga, la meseta de Irán, el golfo de Bengala, el subcontinente indio, la cuenca del Tarim en el noroeste de China o el Atlántico central que separa el Caribe de África Occidental, señaló el informe anual de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) sobre partículas en la atmósfera.

Muchas de las emisiones de estas partículas proceden de zonas desérticas en esas mismas zonas, tales como los desiertos en el norte de África (Sahara), Oriente Medio, Irán y el noroeste chino, subrayó el documento.

"Cada año, alrededor de 2.000 toneladas de polvo entran en la atmósfera, oscureciendo los cielos y reduciendo la calidad de aire en regiones a miles de kilómetros de distancia", alertó la OMM, recordando que esto tiene efectos en economías, ecosistemas, y en el clima.

Aunque parte de este proceso es natural, también influye la mala gestión del agua y el suelo por parte del hombre, según la agencia medioambiental de la ONU, que predice un aumento de estas concentraciones de partículas a lo largo de este siglo, de forma paralela al calentamiento global.


El informe cita como zonas especialmente afectadas por las altas concentraciones de arena y polvo lugares como la frontera entre Pakistán y Afganistán, partes de Irán, las llanuras mesopotámicas de Irak, el este de Siria y la desembocadura de los ríos Tigris y Éufrates en el Golfo Pérsico.

Zonas igualmente vulnerables, al ser lugares de paso de estas partículas, son entre otras la cuenca Mediterránea, Sudamérica, o el este de Asia (incluyendo Japón y la península Coreana), así como el Caribe, que en 2022 recibió arena y polvo procedente de África Occidental.

La OMM elabora el informe con datos de cuatro redes de medición de partículas en la atmósfera, con centros en Barcelona (España), Pekín, Bridgetown (capital del archipiélago caribeño de Barbados) y Yeda (Arabia Saudí). 


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(FIN)EFE/VDV/MAO

Publicado: 19/10/2023