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Acné en adolescentes: ¿Cómo ayudarlos médica y psicológicamente?

Los primeros síntomas aparecen alrededor de los 10 años, señala especialista

Acné en los adolescentes. Foto: Andina /Difusión

Acné en los adolescentes. Foto: Andina /Difusión

07:05 | Lima, abr. 21.

Los adolescentes buscan verse y sentirse bien, pero cuando empiezan a aparecer esos incomodos granos y espinillas en el rostro la situación cambia porque, además de ser un tema estético que buscan combatirlo con productos caseros o tratamientos médicos, también podría convertirse en un problema de autoimagen que afectaría la vida social y emocional del púber.

Ayudar a que los jóvenes entiendan que el acné es parte de su ciclo de vida, a veces resulta complejo porque ellos buscan soluciones rápidas y generalmente los procedimientos dermatológicos requieren paciencia y tiempo para ver los resultados por lo que muchos se sentirán acomplejados por su apariencia y necesitarán del apoyo psicológico. 


En entrevista para la Agencia Andina, la dermatóloga clínica, Antuaneth Sobrino Guerrero, de Sisol Salud de la Municipalidad de Lima, indicó que el acné es una afección inflamatoria de las glándulas sebáceas que cosiste en la sobreproducción de sebo (grasa) que da origen a la presencia de protuberancias (granos) o espinillas en el rostro, cuello, pecho o espalda.

La especialista señaló que las causas de la aparición del acné en los adolescentes se deben a componentes genéticos o hereditarios, es decir, si alguno de los padres ha sufrido de este mal en la pubertad lo más probable es que también el infante lo sufra; a los cambios hormonales propios de la edad; factores dietéticos y al estrés sobre todo en estos tiempos de pandemia.

“Entre las causas para la aparición del acné está el tema hormonal porque existe un aumento de testosterona que lleva a la sobreproducción de la grasa. Otros factores son el hereditario y el estrés. Con respecto a esto último, los chicos tienen que socializar de lo contrario existe un incremento de la hormona de cortisol que van a inflamar y producir más granos en el jovencito”, acotó.

El consumo de lácteos, agregó, también puede favorecer la inflamación del grano, así como la presencia de la batería cutibacterium acnés que generalmente se encuentra en la piel pero que al producirse un desequilibrio de ésta en las glándulas sebáceas promueve el desarrollo del acné.  

Normalmente, los primeros signos del acné empiezan alrededor de los 10 años y desaparecen alrededor de los 23 a 26 años. En esta etapa incipiente, el niño comienza a manifestar un cutis graso pero que no debe constituir una señal de alarma en los padres porque es parte del proceso de crecimiento del menor, subrayó.

Sin embargo, recalcó que el acné no es exclusivamente de los adolescentes ya que se puede presentarse en niños y en personas mayores de 30 años quienes necesitan de otros exámenes auxiliares para determinar las causas de la enfermedad y brindar un tratamiento adecuado a la dolencia. 

“Del 100 % de adolescentes y jóvenes que han tenido acné sea cual fuese el grado, el 6 o 7 % va a continuar con esta enfermedad de adultos y en su gran mayoría son mujeres ya se por un tema hormonal o por otro tipo de dolencias como ovarios poliquísticos”, precisó.
 
Acerca de la severidad de las lesiones en los adolescentes, la dermatóloga sostuvo que en los hombres el acné suele ser más complejo a diferencia de las mujeres cuya presencia se da de manera leve y simple, pero con mayor duración en el tiempo por el tema de la menstruación y los cambios hormonales. De la misma manera, expresó que cerca del 60 % de adolescentes son atendidos por esta dolencia y que la proporción de casos es igual en ambos sexos.  

Sobrino Guerrero, enfatizó que el acné “no se cura sino se trata” porque es una afección hormonal propia de la adolescencia donde las glándulas sebáceas fabrican más sebo. 

No pellizcarlo ni reventarlos

La especialista detalló que la gran mayoría de muchachos manipula o se revienta los granitos y espinillas lo que no es favorable para la piel porque al hacerlo se provocaría una inflamación o irritación en la zona del rostro que amerite la toma de antibióticos u otro tipo de procedimientos incomodos para el joven. 
 

“Es importante no presionar las lesiones o los puntos negros porque muchas veces llegan los chicos con lesiones infectadas donde tenemos que hacer otro tipo de procedimientos que no son tan agradables tales como la administración de antibióticos”, expresó.

Asimismo, refirió que el uso de protector solar es vital para las personas que sufren de acné ya que la radiación ultravioleta tiende a inflamar los granos por lo que deben evitar exponerse demasiado a los rayos solares sobre todo entre las 12 p.m. y las 4 p.m. 

Recomendaciones

Disminuir el consumo de lácteos, no automedicarse, ejercitarse continuamente y acudir al dermatólogo son algunas de las recomendaciones que brinda la especialista a los adolescentes que padecen de acné ya sea de forma leve o severa.

Recordó que los tratamientos para el acné son individuales porque cada piel es diferente e instó a los padres de familia a no dejarse influenciar por la publicidad televisiva de ciertos productos que ofrecen resultados inmediatos en estas afecciones de la piel.  

Apoyo psicológico

Por otro lado, el psicoterapeuta Estuardo Yacolca Melliz, director del Centro Peruano de Psicoterapia Integral, manifestó que el tema del acné tiene un impacto en la propia autoimagen del adolescente porque es la etapa donde se despierta un interés social más complejo que el que se tenía en la niñez.

Además, la búsqueda de pareja juega un rol importante en el adolescente y por ende el aspecto físico constituirá la carta de presentación para ser aceptado o rechazado por sus pares, precisó para la Agencia Andina.

“El adolescente, al darle gran importancia al ámbito social y sexual siente también un gran temor de no ser aceptado y de ser rechazado. El acné por lo tanto es una manifestación dermatológica notoria especialmente cuando se da en el rostro y que no está considerado como un detalle estéticamente positivo. Al tener acné (el adolescente) puede asumir que generará desagrado y rechazo en los demás y que podría perder posición social, quedarse solo, sin amigos y sin la posibilidad de tener pareja”, refirió. 

Esta situación -dijo- dependerá de la gravedad de las lesiones en la piel, pero también de los círculos sociales en donde se desenvuelva y sobre todo de la autoestima que el propio joven haya generado con el apoyo de los padres de familia para enfrentar mejor la aparición de granos y espinillas en esta parte de su ciclo vital.
 
El nivel de reconocimiento, el amor, la aceptación y los principios que la familia haya inculcado en el adolescente influirá enormemente en la toma de decisiones y en el impacto positivo o negativo que podría tener esta afección dérmica en su vida o algunas otras situaciones que enfrente en el futuro, reafirmó.

De acuerdo con el psicoterapeuta, este problema de autoimagen afecta principalmente a las mujeres porque son ellas quienes se encuentran más expuestas a los cánones de belleza impuestas por la sociedad donde se les valora y respeta por su apariencia física y rechazadas por no cumplir con los márgenes estéticos de aprobación. 

Los cambios de conducta que podría evidenciar el adolescente al ver su imagen menguada iría desde el aislamiento social, incluso dentro de su propia familia hasta la aparición de ciertas conductas adictivas como la ludopatía o el abuso de los videojuegos en el peor de los casos, aseveró. 


“Cambios repentinos de humor, decaimiento o irritabilidad sin motivo aparente; dejar de lado muchas de las actividades que antes le eran agradables como los deportes, el baile, la música; dificultades para poder dormir o hipersomnia; disminución en su rendimiento académico o negación de asistir al colegio y la aparición de conductas adictivas como el consumo de alcohol, tabaco, drogas ilegales, ludopatía y el abuso de los videojuegos pueden ser algunas señales de que el adolescente estaría atravesando una dificultad y que no logra resolverlo”, añadió.

Familia

Ante este panorama, los padres son los llamados a construir espacios de comunicación y de escucha en el hogar donde exista un dialogo fluido y se les permita, a los más vulnerables hablar de sus emociones, temores y miedos sin ser reprochados o juzgados, puntualizó. 

De igual forma, sugirió crear momentos de agradecimiento entre los integrantes de la familia así sea por cosas pequeñas lo que conllevaría a entablar vínculos sanos y de respeto además de fortalecer la autoimagen del niño y del adolescente lo que ayudaría a formar personas más asertivas en la vida. 

“El agradecimiento debe volverse una constante en la interacción del día a día en la casa. Tiene que haber un espacio para agradecerle al otro incluso por detalles mínimos como, por ejemplo: aprecio mucho que me hayas escuchado o gracias por haberme ayudado. Incluso cuando el adolescente comete un error podría uno decir, te equivocaste, pero me di cuenta que tu intención fue buena. Por eso, es importante observar con lupa las acciones de los adolescentes, no solo para mirar los errores sino para ver de fondo las intenciones positivas que hay”, finalizó.



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(FIN) ICI/LIT


Publicado: 21/4/2022