11:29 | Lima, feb. 20 (ANDINA).
La aneurisma cerebral no presenta síntomas. Muchos la padecen y hay quienes han muerto sin saberlo, ya que suele desencadenar cuadros irreversibles. Este mal puede presentarse desde los 20 años, pero afecta más después de los 40 años.
De acuerdo con estimados del Instituto Latinoamericano de Neurología, Neurocirugía y Terapia del Dolor (Ilannted), de la Sociedad Francesa de Beneficencia de las clínicas Maison de Santé, el aneurisma cerebral afecta a cinco de cada 100 mil personas entre los 55 y 60 años.
Sólo en caso de ruptura del aneurisma se producen síntomas que dan a conocer su presencia en el paciente. Es por ello que muchas personas que viven con esta enfermedad vascular cerebral no se dan cuenta de ella, porque no se presenta ningún signo de alarma.
Estudios médicos precisan que en la mayoría de casos no se produce rompimiento. Esto se da entre el 50 por ciento y el 80 por ciento de situaciones en las que este mal se presenta.
Hay que anotar que el diagnóstico se da a partir de la ruptura, cuando se produce una hemorragia subaracnoidea y sangrado en el área ubicada a la altura de la base del cerebro.
En la actualidad, la aneurisma se puede detectar gracias a la tomografía espiral multicorte y la angiografía cerebral, que permiten un diagnóstico más minucioso y seguro.
Una vez diagnosticada existen otras dos formas de tratarlo: la cirugía abierta, más conocida como craneotomía, y la terapia endovascular o embolización, que es un procedimiento mínimamente invasivo y menos traumático para tratar estas afecciones.
En la segunda las imágenes producidas por un angiógrafo son las que guían el tratamiento, que consiste en introducir un catéter por una arteria de la pierna y, a través de éste, un microcatéter llevado por una microguía para colocar un pequeño espiral de platino para cerrarlo. Se trata de un procedimiento mínimamente invasivo que se realiza con éxito desde hace tres años.
Estadísticas
La aneurisma generalmente es mortal y la mitad de los pacientes no llega a recibir atención hospitalaria porque fallece al momento de la ruptura de la arteria.
De la otra mitad, el 25% llega a sobrevivir, pero sólo el 5% llega a insertarse nuevamente a sus labores.
Si bien no existen síntomas para llegar a un diagnóstico, se recomienda estar alerta a ciertas señales, como dolor intenso de cabeza y cuello, vómitos con frecuencia y pérdida de conocimiento.
(FIN) RGG/DOP
Publicado: 20/2/2011