Desde hace dos años, Eugenio Julca Ávila, de 23 años y sordociego, se prepara para ser docente de primaria y enseñar a niños con una situación similar a la de él con el fin de que puedan acceder a una educación de calidad que les permita tener una vida digna y con oportunidades.
Apoyado por su guía e intérprete voluntaria, el estudiante universitario del cuarto ciclo de la carrera de Educación, de la Universidad Católica Sedes Sapientiae, cuenta que nació con asfixia y sordera y que a los 6 años comenzó a perder la visión. Su actual diagnóstico es retinitis pigmentaria.
Pese a las dificultades por las que tiene que pasar día a día, Eugenio está lleno de entusiasmo y se prepara con el único objetivo de culminar su carrera universitaria y enseñarles a los niños todo lo que él ha aprendido para afrontar la vida como cualquier otra persona.
“Actualmente lo apoyo con 4 o 5 horas diarias para sus clases virtuales, uso la dactolología y el braille para transmitirle las clases de la universidad, es muy inteligente y puede ser mejor, necesita terapias en audición y lenguaje pero, lamentablemente, su familia no cuenta con los medios económicos para pagarlas”, dice su guía e intérprete Julia Chuquitaype, de la ONG “La mesa del reino”, quien lo acompaña desde los 12 años de edad.
Eugenio compartió su testimonio de esfuerzo y esperanza durante las actividades de concientización que realizó el Ministerio de Educación (Minedu), a través de la Dirección de Educación Básica Especial (DEBE) con motivo del Día Internacional de la Sordoceguera, que se conmemora cada 27 de junio.
En esta ocasión, con el propósito de sensibilizar y conocer las barreras con las que conviven las personas con sordoceguera, el Minedu organizó un recorrido experimental e informativo. Uno de los puntos fue la carpa sensorial, donde los participantes pudieron conocer las sensaciones de las personas que no pueden ver ni oír. Asimismo, conocieron los materiales que usan, los sistemas de comunicación que emplean, etc.
Raúl Sánchez, director de la DEBE, informó que de acuerdo al censo educativo realizado en 2021, el Minedu atiende a 91 estudiantes con sordoceguera en las modalidades de Educación Básica Especial, Educación Básica Regular y Educación Básica Alternativa a nivel nacional.
Agregó que en todas las regiones, el Minedu, a través de los Centros de Recursos de Educación Básica Especial, pone a disposición materiales que ayuden a los estudiantes con sordoceguera a recibir la misma información y oportunidades que los demás estudiantes con y sin discapacidad.
La sordoceguera fue reconocida como discapacidad única el 1 de mayo de 2010, con la Ley N° 29524, que reconoce como sistemas de comunicación oficial a la dactilología, el sistema Braille, técnicas de orientación y movilidad, y otros sistemas de comunicación alternativos validados por el Minedu para facilitar su acceso a los servicios públicos.
Según la Asociación Internacional de Sordoceguera, esta condición combina, en diversas gradualidades, limitaciones auditivas y visuales. Ambas limitaciones sensoriales multiplican e intensifican el impacto de una respecto de la otra, creando una discapacidad severa que la convierte en única y diferente.
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(FIN) NDP/RRC