En el Perú, los servicios comunitarios en salud mental son un modelo de atención que le permite a la población acceder a una red de apoyo de instituciones y organizaciones de su comunidad para enfrentar problemas emocionales, señala el informe, Estado Mundial de la Infancia, "En mi mente, promover, proteger y cuidar la salud mental de la infancia", de Unicef.
En su reporte anual, Unicef destaca el fortalecimiento de una red de centros comunitarios de atención en salud mental, gracias al incremento de 22 establecimientos, en el 2015, a 203, en el 2021, los que están articulados con 30 unidades especializadas en hospitales generales y 48 centros de rehabilitación.
En el documento precisa que, en el 2021, a causa de la pandemia, aumentó la demanda de estos servicios. Solo en el 2020, 3 de cada 10 niñas, niños y adolescentes presentó un riesgo en su salud mental.
En respuesta, el Ministerio de Salud, con el apoyo de Unicef, dio a conocer orientaciones específicas para la atención de la salud de los adolescentes en el contexto de la covid-19, como también directrices técnicas para la atención integral de la salud mental de esta población, durante el 2021.
Para ampliar la cobertura de los servicios de salud mental, el Gobierno aprobó una serie de reformas, entre ellas incluir la atención de la
salud mental en los planes de seguros de salud, y establecer un programa presupuestario de salud mental basado en resultados, que contribuyó a aumentar el gasto público.
En América latina y el mundo
Según el informe mundial, la ansiedad y depresión representaron el 50% de los trastornos mentales entre los adolescentes de 10 a 19 años en el Mundo y América Latina. De acuerdo con el documento, los trastornos mentales son causa de sufrimiento, muchas veces no atendido, y que perjudica la salud y educación de la niñez y adolescencia.
De acuerdo con una investigación llevada a cabo por Gallup para el informe Changing Childhood de Unicef, citado en el actual Estado Mundial de la Infancia (EMI), el 19% de los jóvenes entre 15 a 24 años de 21 países declararon, en el primer semestre de 2021, que a menudo se sintieron deprimidos o con poco interés de realizar alguna actividad. En el caso del Perú, la cifra llegó al 16%.
La representante de
Unicef en el Perú, Ana de Mendoza, manifestó durante la presentación del EMI, que la salud mental de la niñez y adolescencia se ha hecho visible a nivel mundial.
Dos, de las cinco principales causas de mortalidad en la adolescencia son la violencia interpersonal y el suicido, estrechamente relacionadas con problemas de salud mental.
“Esta población fue la que tuvo más restricciones en la pandemia. El cambio hacia la escolaridad virtual, y en muchos casos, hacia la no escolaridad;
la falta de interacción con el entorno escolar y sus soportes, de uso de espacios públicos para el juego, de actividad física y deporte, los obligó a adaptarse a nuevas circunstancias, perdiendo sus entornos naturales y cotidianos”, comentó.
En ese sentido, agregó,
la escuela presencial es un factor de protección, en donde puede desarrollarse un excelente trabajo de prevención, porque existe un contacto diario, se promueven hábitos saludables y se puede enseñar a detectar y referir a un chico o chica que esté atravesando por un problema de salud mental.
“Debemos entender que no estamos hablando de un problema que le corresponde al sector Salud, también el sector Educación tiene que comprometerse”, acotó.
Un testimonio
Por su parte, la adolescente María Cristina Tantaninco, relató que, si bien el inicio la pandemia fue un hecho novedoso, después se convirtió en una experiencia problemática para todos, porque el encierro se prolongó, y los niños y adolescentes se vieron obligados a aceptarlo, lo que empeoró la situación
“El no salir, no poder ver a nuestros amigos y familiares, fue algo muy fuerte que nos chocó y provocó diversas problemáticas en nuestra salud mental, porque también se produjo estrés.
Nos afectó tanto que hubo violencia en nuestros hogares, no había comunicación y no lo podían controlar”, comentó durante la presentación del EMI.
Salud mental de los cuidadores
Durante su intervención, el director ejecutivo de Salud Mental del Ministerio de Salud (Minsa),
Yuri Cutipé, precisó que uno de los principales factores de la protección de la salud mental de los niños, niñas y adolescentes es, justamente, la
salud mental de sus cuidadores, es decir, de sus padres y madres.
"En setiembre sobrepasamos los 925 mil casos de salud mental atendidos a nivel nacional, de los cuales, 246,242 fueron a menores de 18 años, por problemas de depresión clínica y trastornos de ansiedad, y en tercer lugar por síndrome de maltrato", precisó.
Urgente inversión
Frente a esta realidad, el informe exige una inversión urgente en la salud mental de la niñez y adolescencia a través de intervenciones no solo en salud, sino también en educación y protección social. Sobre todo, porque la realidad muestra que el promedio del gasto que hacen los gobiernos a nivel mundial llega apenas el 2.1%, mientras que en países pobres se destina menos de 1%.
El Estado Mundial de la Infancia pide a las sociedades que rompan el silencio que rodea a la salud mental, aborden el estigma, promuevan la comprensión y tomen en serio las experiencias de los niños y jóvenes.
Asimismo, hace un llamado al compromiso, comunicación y acción, como elementos de un enfoque integral que sirva para promover la buena salud mental de cada niño y niña y adolescente, proteger a los más vulnerables y cuidar a los que enfrentan mayores obstáculos.
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(FIN) NDP/ SMS
Publicado: 14/10/2021