En el Perú se ha incrementado el número de familias disfuncionales, donde hay permanente conflicto, mala conducta y abusos, y esa situación está conduciendo a una sociedad deshumanizada, centrada en el individualismo, lo cual influye en la aparición de trastornos mentales a futuro en los hijos, advirtieron especialistas.
El director de Adicciones del Instituto Nacional de Salud Mental, el médico siquiatra Martín Nizama, señaló que la familia disfuncional conduce al hijo a la soledad y a un vacío espiritual, características que podrían desencadenar trastornos de la conducta y comportamientos disociales que violan las normas sociales.
Igualmente, se presentan la ausencia de valores, conductas adictivas y otros trastornos, como el “síndrome del niño emperador o de la emperatriz”, según los cuales los niños mandan y los padres obedecen.
Individualismo extremo
Nizama comentó que, en la posmodernidad, la familia y la sociedad afrontan múltiples amenazas como la anomia patológica, trastornos de personalidad, trastornos emocionales, infelicidad, enfermedad adictiva y violencia tanática, debido a la pérdida del rol de la familia como célula básica de la sociedad.
“La familia era la fuente del amor y el amor era lo que generaba los valores a través de la educación. Ya no hay amor familiar ni educación; entonces la sociedad ha entrado a un estado anómico, es decir de caos, donde no existe los límites, la autoridad, el control, el respeto y, por ello, ahora la figura de la familia se encuentra en un rol secundario, dando lugar a la idolatría del individualismo”, subrayó.
Menos padres que forman valores
El experto en salud mental también dijo que los padres que forman valores y educan están disminuyendo, y están siendo reemplazados por el progenitor que engendra, cría pero no educa.
"La disciplina paterna inconsistente en un hogar puede formar niños con trastorno disocial u otro tipo de trastornos en su crecimiento”, apuntó.
¿Qué hacer?
El psiquiatra exhortó a las familias a cultivar el amor, practicar estilos de vida saludables, la comunicación, el contacto de los cinco sentidos así como la formación de valores humanos en los hijos.
Recomendó buscar ayuda profesional con terapia familiar o Escuelas de Padres para reposicionar a la familia como célula básica de la sociedad, reeducar valores y que se conviertan en una familia saludable a futuro.
“Una familia saludable, representa el soporte primario de la vida afectiva del ser humano y funciona como sistema”, acotó.
Asimismo, dijo que comúnmente el 2% logra recuperarse y el 98% son difíciles de ayudar porque desertan. La transformación de la familia anómica dura varios años, para que se convierta en una familia armónica o saludable.
(FIN) NDP/RRC