Cuando los peruanos vivíamos la peor etapa de la pandemia de coronavirus en julio de 2020, una noticia gratificante nos llenó de orgullo y esperanza, y demostró que los peruanos tenemos esa capacidad de salir adelante en las circunstancias más difíciles. Walter Velásquez, un humilde docente de Huancavelica, continuó con sus clases en las comunidades rurales con la ayuda de Kipi, un robot bilingüe que el mismo creó.
En cuanto a la
aplicación que fue ideada para los escolares que no tienen acceso al internet, el maestro Velásquez explicó que es como un videojuego, donde a través de las aventuras y el juego, los chicos pueden encontrar ciertos desafíos y retos, y esas preguntas las guardan para cuando
Kipi los visite, “es para los alumnos que no tienen recursos tecnológicos, es para los pueblos donde la gente es bastante humilde”, acotó.
Sostuvo que para que pueda ser utilizado por sus alumnos tuvo que reunir celulares porque el programa que ha desarrollado trabaja sin internet, es más, cuando un día lleguen las tablet a su distrito también piensa instalarlo en ellas, “he tenido que visitar a varias personas y quitarles prácticamente sus teléfonos, he llegado a reunir 22 celulares, y la idea es que jugando aprendan”, mencionó.
“Es un programa contextualizado, el peligro del internet es que tú le pones a un niño un celular, tablet o computadora con internet, entra y encuentra todo, lo bueno y lo malo; en cambio, en el programa solo encuentra lo bueno porque lo he trabajado, lo he contextualizado; antes de hacer esta aplicación y el libro, he recopilado más de 3,000 preguntas de los cuales he seleccionado 300”, precisó.
Velásquez Godoy refirió que a los niños les preguntó qué querían aprender, y esos temas son los que alimentó en el cerebro de la robot, que ahora es automática, porque ya no necesita de él, sino que ya reconoce la voz humana, “le dices cómo te llamas, y procesa en su algoritmo y te da su nombre, y eso le gusta a los niños”.
Las nuevas estrategias
Dijo que ha escrito también veinte cuentos de su pueblo, y que ha creado personajes, “los amigos de Kipi” con sus respectivos nombres; “uno de las historias Kipi cae del cerro y una niña andina la recoge pero en pedazos, y no puede reconstruirla, y Kipi olvida todo porque su memoria se ha borrado, y Kipi va en busca de lo que sabía, lo que los niños sabían y querían saber, y la aplicación sirve para eso”, comentó.
“Es el primer juego andino creo, he dibujado el Vraem y el niño allí va buscando las preguntas en el teléfono y así va cumpliendo retos, cuando encuentran al caballito virtual y éste que tiene una inteligencia artificial le dice esta pregunta la sabía Kipi, y el niño lo que hace es anotar, entonces cuando viene la robot a visitarle el niño le puede hacer esa pregunta; lo que se quiere es mejorar su atención, su observación, su atención y lo que viene a ser la retención y escritura, y es un motivo también para que esperen a Kipi, quien también les reta”, destacó Walter Velásquez.
Sobre la publicación que la va a presentar muy pronto, afirmó que lleva el título de “Kipi Libro” y que tiene retos para los alumnos que no tienen conectividad, “la idea es que los chicos donde no llega la radio, televisión, internet, entonces ellos tienen la posibilidad de tener un material”, aseveró.
Los niños que no tienen impresora, pueden trabajar con el libro. Velásquez afirmó que con este material tienen la opción de completar, pintar, rellenar y escribir; hay 100 retos, y que con esa estrategia está comenzando este año, con más fuerza para mejorar la comprensión lectora.
“Que solo 2 de cada 10 niños comprenden lo que leen es muy bajo en la región. Por eso he unificado la estrategia. Ya tiene libro, tiene aplicación y tiene la robot; entonces mientras la robot no lo visita está con el dispositivo y con el libro, y los retos se pueden iniciar indistintamente, no tienen una regla, ya depende lo que quiere saber el niño, si quiere puede empezar a leer el final donde hay historietas que yo mismo he creado, o también completar Kipi letras, está dosificado de menor a mayor complejidad”.
Remarcó que la idea es acompañar al niño y orientarlo en el tema digital, “tengo la esperanza de crecer más, en realidad me voy adaptando, porque mis alumnos no tienen recursos, y por eso se me ocurrió crear el programa, y pronto lo voy a subir a la red para que los niños de otras regiones lo puedan descargar y jugar”, adelantó.
“El punto es que desarrollar tecnología con sistema con inteligencia artificial no es tan sencillo y barato, ahora hice un pequeño mundo, pero me gustaría hacer un mundo de las matemáticas, imagínate a Kipi que puede resolver problemas de matemática, un mundo de la historia; ahora lo que hice es un mundo para la comprensión lectora y para desarrollar el hábito científico, porque todos los retos es para que el niño observe, maneje los datos termine procesando los datos y queriendo experimentar o concluyendo, es decir he utilizado el método científico”, anotó.
Refirió, además, que Kipi ya tiene 300 datos, “imagínate que le podamos poner 3,000 a fin de año, sería algo bonito; ahora en los últimos avances es que en su barriguita te puede mostrar imágenes, digamos cuando está hablando de los planetas allí aparece el sistema solar, estoy perfeccionando esos detalles ahora”, comentó.
Financiamiento
Una entidad que trabaja por su zona lo apoyó para la publicación del libro, “me encontraron trabajando en el campo y se sorprendieron con mi trabajo y ahora lo van a imprimir en offset y va a estar espectacular, vamos a imprimir 500 textos para donar, porque yo no quiero ganar dinero, y posteriormente Kipi va a visitar a esos 500 niños”, explicó.
“Para el aplicativo también me hay apoyado para la compra de algunos software y materiales, y gracias a ello el robot puede reconocer la voz de los niños, procesa, aprendió 300 datos con sus respuestas y busca la información en su memoria, puede mover sus miembros superiores, y para estos meses debe terminar haciendo operaciones matemáticas, si puedo lograr que haga las operaciones básicas será la base de otros análisis más complejos; lo he enviado a Indecopi y ya me han entregado la marca y más adelante entregarán la patente, eso nos da ética y garantía, porque el año pasado yo utilizaba software de internet y era limitado, ahora tengo más posibilidad de ampliar”, concluyó el ingenioso docente huancavelicano.
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