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Ulises Gutiérrez: “La gente piensa que los ingenieros no leemos nada”

Autor huancavelicano presenta primera novela ambientada en la UNI

Ulises Gutiérrez, ingeniero y novelista frente a la UNI, escenario de "Cementerio de barcos". Foto: ANDINA/José Vadillo Vila

Ulises Gutiérrez, ingeniero y novelista frente a la UNI, escenario de "Cementerio de barcos". Foto: ANDINA/José Vadillo Vila

09:55 | Lima, ago. 1.

José Vadillo Vila

Enhorabuena. La Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) ya es un escenario de ficción. Y sus personajes son “nerds”, amantes de las matemáticas, inclusive algunos hasta pierden la cordura.

El artífice es el escritor e ingeniero sanitario Ulises Gutiérrez Llantoy, quien asegura que Cementerio de barcos (Lima, Planeta, 2019) es una novela “inspirada totalmente en hechos reales”. “Hasta los locos son reales”, jura el novelista.

A lo largo de 359 páginas, la novela recrea la historia del “Gato”, “Elmer Ccasani”, un estudiante de ciencias que ama la poesía. Su historia transcurre en la emblemática casa de estudios de la avenida Túpac Amaru.

“Nunca he leído de una novela que transcurra en la UNI. Era un reto. Porque la mayoría de personas piensan que los ingenieros, sobre todo los de la UNI, no leemos nada. Es un falso cliché. Por lo menos mi círculo de amigos ingenieros leemos bastante, no tanto como los de Letras, pero leemos. Lo que pasa es que no presumimos de los libros que leemos”, comenta Gutiérrez, autor también de las novelas Ojos de pez abisal (2011) y El año del accarhuay (2017). 

Elmer Ccasani –el personaje central– es huancavelicano como su autor y huérfano. Vive con su tío Vitaliano en el AA HH Dios proveerá, al costado del Puente del Ejército, para más señas. Termina los estudios en el colegio número 3051, y logra ingresar a la UNI, donde “misio y sin familia” se convierte en uno de los habitantes de la residencia universitaria, el pabellón M. Ahí empieza la historia.   

Ulises Gutiérrez, nacido en Colcabamba (Tayacaja, Huancavelica), reconstruye la historia del Gato a partir de una polifonía de testimonios. “Es una historia real. Las escenas del libro están inspiradas en lo que le pasó a mi amigo”, comenta el autor.  

-¿Fue muy difícil el proceso de escritura? Lo pregunto porque siento que estamos ante tu novela más personal. 
-Sufrí mucho escribiéndola. No solo en el sentido personal sino en el sentido técnico. He tardado siete años en escribirla. Dudaba si la técnica que estaba utilizando era la adecuada. Rehíce la novela cuatro, cinco veces, hasta que, por fin, di con esta manera de cómo contarla. 


Yo fui “gusano”

“Fui más autoexigente”, continúa Gutiérrez, comparando la experiencia con la escritura de sus dos novelas anteriores. “La historia de ‘los gusanos’ nadie la había contado y había que hacerlo, porque es una generación de provincianos muy sufrida en todo sentido: económico, social, a pesar de ser gente muy estudiosa, muy trabajadora, que hoy son grandes profesionales”. 

De visita, y frente al pabellón M, de residencia de varones de la UNI, Gutiérrez recuerda los cinco años que vivió aquí y fueron parte del magma para la novela. Define a los “gusanos”: los estudiantes que vivían en la residencia universitaria. 

“Éramos vistos como lo último en el estrato social. Y éramos conscientes de eso: quienes íbamos ahí, íbamos a la boca del lobo. Sabiendo que si ibas a la residencia, la mitad de tus amigos te iban a negar. Y ninguna mujer te iba a dar bola”. Así de drástica era la vida.


Puntos de quiebre

Cementerio de barcos, además de ser un atípico homenaje a las Letras desde el territorio de las Ciencias, se sitúa en uno de los momentos de crisis perpetua de la historia nacional: transcurre entre los ochenta y los noventa. Sus escenarios se sitúan entre la irrupción de Sendero Luminoso en provincias y la toma de las universidades por el Ejército durante el gobierno de Alberto Fujimori. 

En la novela, los estudiantes al final de la cadena social de la UNI finalmente tienen voz y cuentan cómo repercutió en sus vidas de estudiantes universitarios pobres la hiperinflación y el anuncio del “fujishock”. 

Los personajes narran los hechos 25 años después, desde un Perú nuevo, inimaginado un cuarto de siglo antes. Entonces se vuelve un gran fresco del país. “Quienes hemos vivido esos dos extremos de la historia peruana, tenemos la obligación de contarla. Había una historia riquísima y escribir fue una manera de exorcizar tanto drama del cual fuimos testigos”. A Ulises Gutiérrez le ha pasado muy a menudo: habla con los millenials y no creen que el Perú fue así, un país de bárbaros atilas. 

-De alguna manera siento que el Gato es tu alterego, estudioso, provinciano, como tú. 
-De alguna manera, pero ya quisiera haber tenido la valentía que tenía el Gato para haber enfrentado a los militares; decir en las asambleas universitarias a los senderistas -los “choclos”-, tú estás equivocado por esto y por esto. Ojalá hubiera sido tan valiente como el Gato. 

-En los agradecimientos, leo el nombre de Iván Thays. Es raro ese gesto entre escritores peruanos. 
-Yo llevé estudios en la "escuela de Escritura Creativa" de la PUCP, bajo la dirección de Alonso Cueto e Iván Thays. Posteriormente, seguí en los talleres de Iván. He aprendido muchísimo de él. Y así como le agradezco a él, le agradezco a muchas personas. Agradezco a la UNI y a la residencia de la UNI. Gracias a todos ellos he podido contar esta historia y sobrevivir a este Perú doloroso. 

Presentaciones 

Ulises Gutiérrez presentará Cementerio de barcos este domingo 4 de agosto, a las 19:00 horas, en la sala “Laura Riesco” de la Feria Internacional del Libro (FIL Lima 2019). 

La idea del autor huancavelicano es presentar la novela en la UNI, “en la facultad de Ingeniería Sanitaria o en la misma residencia universitaria, porque estoy seguro que muchos de los jóvenes de ahora no saben lo que fue vivir en ese universo”. 

También le gustaría presentarla en la ciudad de Huancayo, donde el autor ha pasado parte de los siete años de escritura y en su natal Colcabamba, para de paso contar a los niños “que escribir no es un oficio tan lejano ni un oficio imposible de hacer”.

(FIN) JVV  

Publicado: 1/8/2019