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SpaceX está lista para enviar astronautas al espacio por primera vez

La cápsula está unida a la parte superior de un cohete Falcon 9 de la firma privada.

Foto. NASA /AFP

Foto. NASA /AFP

06:58 | Florida, may. 30.

El primer vuelo espacial tripulado de la compañía SpaceX, cuyo cohete lanzará a dos astronautas de la NASA a la Estación Espacial Internacional, se realizará hoy sábado tras ser postergado el miércoles pasado por el mal tiempo poco antes de su despegue en el Centro Espacial Kennedy en Florida.

"Lamentablemente no vamos a hacer un lanzamiento hoy", dijo el director de lanzamientos de SpaceX, Mike Taylor, a los astronautas de la NASA Bob Behnken y Doug Hurley.

"Teníamos demasiada electricidad en la atmósfera", dijo después el jefe de la NASA, Jim Bridenstine. "No había una tormenta eléctrica ni nada de eso, pero existía la preocupación de que el lanzamiento provocara un rayo", agregó.

Lo mismo que le sucedió a la misión Apolo 12, que fue alcanzada dos veces por rayos poco después del lanzamiento. La nave sufrió averías en equipo no esenciales por lo que pudo completar la operación. 

La nueva página en la historia espacial deberá esperar hasta el sábado, cuando habrá una próxima ventana posible para coordinarse con la estación espacial.

El anuncio de postergar la misión se dio en el último momento, con la escotilla de la cápsula Crew Dragon cerrada y Hurley y Behnken atados a sus asientos.

El avión presidencial con Donald Trump y su esposa, Melania, había aterrizado bajo la lluvia tras sobrevolar la zona del lanzamiento en la costa de Florida. Ambos presenciarían en persona el lanzamiento.

La cápsula está unida a la parte superior de un cohete Falcon 9 de la firma privada. 

"Es un sueño hecho realidad, nunca pensé que sucedería", dijo antes del anuncio de postergación Elon Musk, quien fundó SpaceX en 2002 en California. 

Antes de abordar la cápsula, Hurley y Behnken pudieron despedirse de sus familias. A sus hijos pequeños, Musk dice haberles dicho: "Hemos hecho todo lo posible para que sus padres regresen". 

Sobre un cohete de 70 metros de altura lleno de queroseno, los dos hombres intentarán despegar el sábado a las 15H22 (19H22 GMT) desde la plataforma de lanzamiento número 39A, la misma que usaron Neil Armstrong y sus compañeros de la tripulación de la Apolo hace más de cinco décadas.

Se espera que lleguen a la estación espacial 19 horas después. Behnken y Hurley estuvieron previamente en cuarentena durante dos semanas. A pesar del encierro, el vuelo se mantuvo en pie.

Los turistas y entusiastas que habían arribado a presenciar el espectáculo ocupaban las playas cercanas.

"Tomamos todas las precauciones para ver este evento monumental", dijo Kyle Rodríguez, un ingeniero especializado en robots que vino con su esposa el lunes desde San Francisco. "Los boletos (de avión) no eran caros".

Space Exploration Technologies Corp. (SpaceX), fundada con la determinación de cambiar las reglas del juego de la industria aeroespacial, se ganó poco a poco la confianza de la agencia espacial más grande del mundo. 

En 2012 se convirtió en la primera empresa privada en acoplar una cápsula de carga a la EEI. Dos años después, la NASA le pidió que adaptara la cápsula Dragon para poder transportar astronautas.

"Si sale mal, será mi culpa", dijo Elon Musk el miércoles a la cadena de televisión CBS.

La agencia espacial ha pagado más de 3.000 millones de dólares a SpaceX para diseñar, construir, probar y operar su cápsula y hacer seis viajes espaciales de ida y vuelta.

El desarrollo experimentó retrasos, explosiones, problemas de paracaídas, pero SpaceX venció al gigante Boeing, al que la NASA también pagó para hacer una cápsula, la Starliner, que aún no está pronta.

La inversión, decidida durante las presidencias de George W. Bush para el envío de carga y Barack Obama para el envío de astronautas al espacio, se considera fructífera en comparación con las decenas de miles de millones que costaron los sistemas anteriores desarrollados por la NASA.

"Un éxito monumental", dijo también en la antesala del lanzamiento frustrado Jim Bridenstine, el administrador de la NASA, elogiando la creatividad y la perseverancia de SpaceX, a la que ahora confía su recurso más preciado: sus astronautas. 

La Crew Dragon es una cápsula como la Apolo, pero del siglo XXI. Las pantallas táctiles han reemplazado los botones y los joysticks. El interior está dominado por el blanco con una iluminación más sutil.

"¡Seguro que todos los pilotos del mundo tendrán más confianza si les das un joystick que si les das un iPad!", bromeó Thomas Pesquet, el astronauta francés que podría ser el primer europeo en viajar a bordo de la Dragon en 2021.

El diseño de la nueva nave no tiene nada que ver con los enormes transbordadores que funcionaron entre 1981 y 2011.

A diferencia de aquellos, uno de los cuales -el Challenger- explotó en 1986 después del despegue, la Crew Dragon puede separarse del cohete en caso de emergencia.

La cápsula debe llegar a la estación espacial, situada a 400 kilómetros sobre la Tierra, donde probablemente permanecerá acoplada hasta agosto.

Si cumple su misión, los estadounidenses ya no dependerán de los rusos para llegar al espacio, como ha ocurrido desde 2011, pues las Soyuz rusas son los únicos vehículos espaciales que hacen este recorrido, despegando del cosmódromo de Baikonur en Kazajistán.

Las rutas desde Florida volverán a ser regulares, con cuatro astronautas a bordo. Y SpaceX será libre de organizar viajes espaciales para turistas con la cápsula, por un boleto que probablemente costará decenas de millones de dólares la plaza.

Nota original (actualizada a las 7:00 a.m.)

Al principio, el escepticismo campeaba. Pero SpaceX, de Elon Musk, desafió las expectativas y hoy miércoles espera hacer historia transportando a dos astronautas de la NASA al espacio, el primer vuelo tripulado desde suelo estadounidense en nueve largos años. 

El presidente Donald Trump estará entre los espectadores en el Centro Espacial Kennedy en Florida para presenciar el lanzamiento, que recibió luz verde a pesar de meses de confinamiento debido a la pandemia de coronavirus. 

Al público en general, en un guiño a las restricciones impuestas por la pandemia de la COVID-19, se le ha invitado a seguir la transmisión en vivo del lanzamiento de Crew Dragon por un cohete Falcon 9 hacia la Estación Espacial Internacional (ISS). 



El programa de tripulación comercial de la NASA, destinado a desarrollar naves espaciales privadas para transportar astronautas estadounidenses al espacio, comenzó bajo Barack Obama. 


Pero su sucesor lo ve como un símbolo de su estrategia para reafirmar el dominio estadounidense del espacio, tanto militar, con su creación de la Fuerza Espacial, como civil. 

Trump ha ordenado a la NASA que regrese a la Luna en 2024, un calendario de difícil cumplimiento pero que le ha dado un impulso a la famosa agencia espacial. 

En los 22 años transcurridos desde que se lanzaron los primeros componentes de la ISS, solo las naves espaciales desarrolladas por la NASA y por la agencia espacial rusa han llevado tripulaciones hacia esa estación. 

La NASA utilizó el famoso programa de transbordadores: enormes y extremadamente complejas naves aladas que llevaron a decenas de astronautas al espacio durante tres décadas.

Pero su asombroso costo -200.000 millones de dólares por 135 vuelos- y dos accidentes fatales finalmente pusieron fin al programa. 

El último transbordador, Atlantis, llegó el 21 de julio de 2011. Después, los astronautas de la NASA aprendieron ruso y viajaron a la ISS en el cohete ruso Soyuz desde Kazajstán, en una asociación que sobrevivió a las tensiones políticas entre Washington y Moscú. 

Estados Unidos pretendía no obstante que se tratara de un acuerdo temporal. La NASA había confiado a dos compañías privadas, el gigante de la aviación Boeing y la nueva empresa SpaceX, la tarea de diseñar y construir cápsulas que reemplazarían a los transbordadores. 

Nueve años después, SpaceX, fundada por Musk, el empresario sudafricano que también creó PayPal y Tesla, está lista para su lanzamiento.



"Una historia exitosa" 
A las 16H33 locales (20H33 GMT) del miércoles, un cohete SpaceX Falcon 9 despegará de la plataforma de lanzamiento 39A con la cápsula Crew Dragon en su parte superior. 

La NASA ha otorgado a SpaceX más de 3.000 millones de dólares en contratos desde 2011 para construir la nave espacial.  

La cápsula estará tripulada por Robert Behnken, de 49 años, y Douglas Hurley, de 53, ambos con una larga trayectoria de viajes espaciales: Hurley pilotó Atlantis en su último viaje.

Unas 19 horas después atracarán en la ISS, donde los esperan dos rusos y un estadounidense.  El pronóstico del tiempo sigue siendo desfavorable, con una probabilidad del 60% de condiciones adversas, según los pronosticadores de Cabo Cañaveral. La próxima ventana de lanzamiento es el sábado 30 de mayo. 

La operación ha tomado cinco años más de lo planeado, pero incluso con los retrasos SpaceX ha derrotado a Boeing. El vuelo de prueba de Boeing de su Starliner fracasó debido a serios problemas de software, y tendrá que rehacerse.

"Ha sido una verdadera historia de éxito", dijo a la AFP Scott Hubbard, exdirector del Centro Ames de la NASA en Silicon Valley, que ahora enseña en Stanford. 

"Hubo un gran escepticismo", recordó Hubbard, quien conoció a Musk antes de la creación de SpaceX y también preside un panel asesor de seguridad de SpaceX. 

"Los dirigentes de Lockheed, de Boeing, me podían decir en una conferencia que estos tipos de SpaceX no saben lo que hacen", dijo a la AFP. 

SpaceX finalmente llegó a la cima con su cohete Falcon 9. Desde 2012, la compañía reabastece a la ISS para la NASA, gracias a la versión de carga de la cápsula Dragon. 

La misión tripulada, llamada Demo-2, es de fundamental importancia para Washington por dos razones. 

La primera es romper la dependencia de la NASA respecto a Rusia. Y la segunda catalizar un mercado privado de "órbita terrestre baja" abierto a turistas y empresas. 

"Visualizamos un día en el futuro en el que tengamos una docena de estaciones espaciales en órbita terrestre baja. Todas operadas por la industria comercial", dijo el jefe de la NASA, Jim Bridenstine. 

Musk apunta más alto: está construyendo un enorme cohete, Starship, para circunnavegar la Luna, o incluso viajar a Marte y, en última instancia, hacer de la humanidad una "especie que habite varios planetas".

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(FIN) AFP / SPV

Publicado: 25/5/2020