Tras una odisea de más de una década y 6.000 millones de kilómetros de recorrido en el espacio, la sonda espacial europea Rosetta llegará el miércoles a su cita con un cometa para investigar el origen de estos enigmáticos cuerpos errantes del Sistema Solar.
El encuentro marcará una etapa clave en el proyecto más ambicioso jamás emprendido por la Agencia Espacial Europea (ESA).
A más de 400 millones de kilómetros de la Tierra, la sonda Rosetta llegará a 100 kilómetros de su objetivo, el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko.
El encuentro pondrá fin a un periplo iniciado en marzo de 2004, que empezó con la sonda sobrevolando varias veces Marte y la Tierra para tomar impulso utilizando su fuerza gravitacional para ganar velocidad y siguió luego con un período de hibernación que le permitió ahorrar energía.
Rosetta estará este miércoles a unos 100 km del cometa, una hazaña de navegación que, si todo sale bien, será el preludio a una exploración científica sin precedentes.
Las primeras semanas, la tarea será ir conociendo al cometa, con órbitas alargadas a su alrededor y el escaneo de su superficie.
El objetivo es que revele los misterios del origen del sistema solar gracias al análisis del cometa que hasta 1840 nunca había orbitado a menos de 600 kilómetros del sol y era invisible desde la tierra.
En noviembre se acercará sólo 2 a 3 kilómetros de distancia
"Se necesitaron más de diez años para llegar hasta allí", explica Sylvain Lodiot, jefe de operaciones espaciales. "Ahora debemos aprender a amarrarnos al cometa y permanecer con él durante los próximos meses", asegura.
Brillantes en el cielo nocturno en su carrera solitaria alrededor del sol, los cometas han sido durante mucho tiempo agüero de hechos maravillosos o terribles: el nacimiento o la muerte de reyes y mesías, cosechas fabulosas, hambrunas o desastres.
Los astrofísicos, sin embargo, ven a los cometas con ojos distintos. Estiman que son agregados de polvo y hielo primordial, escombros restantes del proceso de formación del Sistema Solar ocurrido hace 4.600 millones de años.
Estas "bolas de nieve sucia" podrían contener la llave para comprender cómo los planetas se formaron alrededor del Sol.
Otro de los coordinadores de la misión, Michael Kueppers, ha indicado que este proyecto podría arrojar respuestas sobre si la teoría de que la vida llegó a la Tierra a través de estas rocas es cierta. "Los cometas tienen información sobre nuestros orígenes y son iguales a los bloques que hace 4.000 millones de años formaron los planetas", ha explicado.
El mes pasado, a medida que Rosetta se aproximaba al cometa, sus cámaras revelaron que contrariamente a lo que algunos habían previsto, el cuerpo celeste no tiene la forma de una patata sino más bien la de un pato, con dos lóbulos, uno grande y otro pequeño, conectados por un "cuello".
(FIN) AFP / SRP