La identificación de una secuencia cultural que se remonta a más de 4,000 años e indicios de una interacción entre la Amazonía, los Andes y la Costa peruana, son los principales hallazgos de un equipo de investigadores liderados por el arqueólogo sanmarquino Anthony Villar Quintana en el sitio arqueológico Shoymal, ubicado en una agreste zona boscosa del distrito de Chiliquín, provincia de Chachapoyas, departamento de Amazonas.
En entrevista con la Agencia de Noticias Andina, el arqueólogo nacido en el distrito de Jazán, provincia amazonense de Bongará, sostuvo que el Proyecto de Investigación Arqueológica Shoymal surgió como tema de su tesis de maestría en Arqueología que cursa en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), su alma mater desde pregrado, luego de revisar documentación que hace referencia a la existencia de Shoymal.
¿Qué significa Shoymal?
Sobre el significado de la palabra
Shoymal, Villar Quintana refiere que este
topónimo -nombre propio de un lugar- se asocia a un idioma previo al quechua en la región Amazonas. “Los estudios lingüísticos de Alfredo Torero, Gerald Taylor y, recientemente, de
Jairo Valqui, consideran que la terminación
“mal” quiere decir
“lugar de cima plana” y generalmente se asocia a sitios arqueológicos.
Antecedentes de Shoymal
Villar Quintana refirió que, en 1939, el explorador francés Louis Langlois reportó la existencia de una piedra prismática de corte cuadrangular, de 1.50 metros de largo, con un grabado en una de sus caras que fue hallado en el bosque en cuyas inmediaciones se ubica Shoymal.
Nueve años después, en 1948, Víctor Zubiate Zabarburú, quien entonces se desempeñaba como inspector de monumentos arqueológicos de la sierra norte, quien aunque no era arqueólogo realizó excavaciones no sistemáticas en Shoymal, con la autorización de la Dirección del Museo Nacional de Antropología y Arqueología.
Las excavaciones de Zubiate expusieron parte de algunos muros con fina mampostería pétrea, donde se observaban algunos grabados, uno de los cuales fue dibujado por el arqueólogo Hans Horkheimer, quien los presentó en una ponencia en el II Congreso Nacional de Historia del Perú, realizado en 1959.
Sin embargo, ninguno de estos investigadores reconoció el periodo ni la funcionalidad de Shoymal, aun cuando destacaron su importancia de estudio, afirmó Villar Quintana.
Investigación en marcha
Interesado en profundizar el conocimiento sobre Shoymal como tema de su tesis de maestría, el arqueólogo sanmarquino Anthony Villar Quintana empezó a acopiar toda la información posible a su alcance sobre este sitio arqueológico.
Es así que en el año 2020 realizó exploraciones en la zona, acompañado de su colega Miuler Villar Sánchez, y guiado por Euler Salazar Quiroz, habitante de Vituya, pueblo cercano a Shoymal y conocedor del lugar.
Los resultados de estas exploraciones fueron presentados por Anthony Villar un año después en la 61° Reunión Anual del Institute of Andean Studies, y también en el V Encuentro Internacional de Arqueología Amazónica, organizado en 2022 por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Asimismo, decidió ampliar más las investigaciones, a través de excavaciones arqueológicas sistemáticas, las cuales se realizaron en febrero y marzo de este año. Para ello creó el Proyecto de Investigación Arqueológica (PIA) Shoymal, cuyo financiamiento fue asumido íntegramente por Anthony Villar, invirtiendo alrededor de 15,000 soles de sus propios recursos.
Difíciles condiciones ambientales y logísticas
Trabajar en esta área no fue fácil, debido a la tupida vegetación y el difícil acceso a través del bosque montañoso. Llegar a Shoymal requiere alrededor de cuatro horas. Desde Chachapoyas hay que desplazarse por una carretera asfaltada hasta un desvío en la localidad de Sonche y desde allí avanzar por una trocha hasta el distrito de Vitulla. Luego hay que dirigirse por otra trocha al distrito de Chiliquín, donde se encuentra el sitio arqueológico.
Por esta razón, Villar y su equipo de investigación decidieron residir en una casa de madera facilitada por el poblador Carlos Culqui Pinedo, en una zona cercana al sitio arqueológico. “Para poder acceder al campamento se tuvo que atravesar el río Chiliquín, muchas veces improvisando puentes que terminaban siendo arrastrados por las fuertes crecidas del caudal”, recordó.
Asimismo, para excavar se tuvieron que construir techos que protegían las unidades de excavación de las torrenciales lluvias, propias de la zona, las cuales muchas veces vencieron a estas estructuras e inundaron las excavaciones.
Hallazgos arqueológicos
Villar Quintana afirmó que, a pesar de las circunstancias del clima y medio ambiente que tuvo que afrontar con su equipo de investigadores, los resultados fueron fructíferos. “Realizamos excavaciones en área, las cuales abarcaron aproximadamente 100 metros cuadrados y nos permitieron observar que no se trataban de muros aislados, sino que forman parte de una gran plataforma compuesta por finos sillares pétreos con un promedio de 1.50 metros de largo”, comentó.
“En estos sillares, expusimos más representaciones grabadas de las que fueron identificadas previamente por Langlois y Zubiate. Entre las representaciones más destacadas se observan a serpientes, algunas con rostros sonrientes”, agregó.
El arqueólogo sostuvo que, a través del estudio iconográfico de las imágenes plasmadas en los sillares y que se asemejan a las figuras plasmadas en otros sitios arqueológicos como Buenavista (Canta), Jaiva (Supe), La Galgada (Huánuco), Huaca Prieta (La Libertad), Cerro Ventarrón (Lambayeque), Santa Ana La Florida (Ecuador), entre otros, se considera que el templo de Shoymal tiene una antigüedad entre los 4300 y 3850 años (2300-1800 a.C.).
“Estas asociaciones además confirman la gran interacción existente entre la Costa, los Andes y la Amazonia durante dicho periodo, en un área que abarcó desde el centro peruano hasta el sur ecuatoriano”, argumentó.
Agregó que en las excavaciones se pudo apreciar que este sitio arqueológico estaba cubierto por capas estratigráficas que presentaban cerámica de estilos desarrollados entre los años 1800 y 1200 a.C.
“Las excavaciones arqueológicas nos permitieron identificar una secuencia cultural desde momentos muy tempranos, asociados a sociedades cazadoras-recolectoras, a través del hallazgo de artefactos líticos, hasta periodos prehispánicos tardíos, a través de la cerámica”, subrayó.
Equipo de Investigación
El Proyecto de Investigación Arqueológica Shoymal está conformado por los arqueólogos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) Anthony Villar Quintana, quien dirige el equipo de campo, Jhon Zuñiga Tapia, José Palomino Gutiérrez y Bradymir Bravo Meza.
Asimismo, lo integran arqueólogos de la Universidad Nacional Toribio Rodríguez de Mendoza de Amazonas (UNTRM) Leyla Irigoin Silva, Yesly Cruz Carhuajulca, Fernando Picón Llanca, Yacely Bravo Farceque, Raúl Bacalla Tenorio. También participan los pobladores de la localidad de Vituya, Mercedes Puerta Culqui y Ronald Lazo Ladera.
Por su parte, el equipo de laboratorio está conformado por María Rodríguez Arauco y Boris Orccosupa Ccapcha, investigadores de la Decana de América.
Tarea por delante
El arqueólogo Anthony Villar expresó su voluntad de continuar investigando en el sitio arqueológico Shoymal y actualmente se encuentra en la búsqueda de fondos que contribuyan en los futuros trabajos, sobre todo de laboratorio, como en fechados radiocarbónicos y el análisis de los distintos materiales arqueológicos muebles (líticos, cerámica y botánicos).
“Estos estudios contribuirán a reconstruir la historia de Shoymal y el entendimiento de las sociedades que habitaron y construyeron el sitio, así como de la región Amazonas y del Perú”, aseveró finalmente.
Perfil del investigador
Anthony Villar Quintana es arqueólogo formado en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, y actualmente cursa una maestría en Arqueología, cuya tesis se basa en la investigación sobre el sitio arqueológico Shoymal. Su tesis es asesorada por la catedrática Luisa Díaz, quien es su referente académico.
(FIN) LZD/MAO