El Día de la Madre brinda una oportunidad para reflexionar sobre la salud mental de las mujeres que han decidido ser madres o desean serlo, sin importar su situación económica. Todas ellas experimentan una serie de cambios físicos, fisiológicos y emocionales durante el embarazo y el crecimiento de sus hijos, que requieren atención especializada.
Estas transformaciones empiezan desde el momento de que la mujer se entera que será mamá. Ya sea una noticia esperada con alegría o inesperada, ambas situaciones desencadenan una serie de preocupaciones comunes sobre el embarazo y el parto. Surge entonces la pregunta: ¿Debería priorizarse la salud mental de la madre sobre la del padre?
En la entrevista concedida al programa Saludable Mente de Andina Canal online, la médica psiquiatra del Instituto Nacional Materno Perinatal (INMPN), Martha Rondón Rondón, sostuvo que, si bien ambos requieren atención, en realidad la mujer está más expuesta a riesgos y estrés que afectan su salud y, por ende, la de la siguiente generación.
“Si viven situaciones de violencia desde pequeñas y luego con su pareja, los riesgos en el ejercicio de su maternidad serán mayores. Por eso, las mamás necesitan mucho cuidado para evitar que sufran ansiedad, depresión o depresión post parto. Hay que tratarlas a tiempo, para asegurar la salud mental de sus hijos y futuras generaciones”, comentó.
Atención puerperio
Sin embargo, es durante el puerperio, el período de posparto que abarca aproximadamente 45 días, cuando las madres enfrentan una mayor vulnerabilidad a hospitalizaciones psiquiátricas. Esto puede deberse a la falta de apoyo psicológico durante el embarazo o a la activación de problemas emocionales preexistentes que afectan su salud mental.
Los desafíos surgen con el nacimiento del bebé y persisten durante el primer año. Las alteraciones en el sueño, la atención constante al bebé y la falta de apoyo familiar pueden llevar a una sobrecarga emocional que, en ausencia de cuidados adecuados, puede desencadenar trastornos como la ansiedad, convirtiéndose en una condición crónica.
“Buscar a un especialista es muy importante. Si no recibe orientación, algunas serán controladoras, otras maltratarán a su bebé o serán negligentes con ellos, y esas conductas se reproducirán de generación en generación. Por eso insisto en recordar que, es una falsa creencia negar a una gestante medicina para atender su ansiedad o depresión. Un especialista le prescribirá lo adecuado. Si no, optará por la automedicación, alcohol o drogas”.
Jefas de familia
La doctora Rondón también destacó la situación de las mujeres que, además de ser madres, asumen el rol de jefas de familia. Estas mujeres enfrentan una carga emocional y física considerable, lo que puede desencadenar niveles elevados de estrés y ansiedad.
El manejo de la responsabilidad económica y emocional puede llevar al descuido de su propia salud mental, aumentando así el riesgo de enfermedades como la depresión.
“Pueden experimentar privaciones de todo tipo, contribuyendo a un ambiente familiar de estrechez emocional, física y económica. Esta situación puede tener un impacto negativo en su autoestima y en la relación con sus hijos, así como en el desarrollo emocional de estos últimos”, comentó.
Es fundamental brindar apoyo y atención especializada a estas mujeres para garantizar su bienestar integral y el de sus familias.
La entrevista concluyó con un llamado a las mujeres a no descuidar su autocuidado, bienestar y realización personal. "Deben esforzarse por ser la mejor versión de sí mismas", enfatizó.
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Publicado: 10/5/2024