"Realmente te agradezco muchísimo, de todo corazón. Eres una super mamá, una super mujer y una super persona", le dijo una muy emocionada joven de 17 años, a su madre, quien no dudó en donar uno de sus riñones a su hija para salvarle la vida.
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Kimberly M.J. fue diagnosticada -cuando tenía doce años- de una enfermedad renal crónica en fase terminal, por lo que tuvo que estar conectada a una máquina de hemodiálisis tres días a la semana y formar parte de una lista de espera para un trasplante renal en el Instituto Nacional de Salud del Niño (INSN) San Borja.
La menor procedente de Chanchamayo, Junín, esperó alrededor de 3 años por un nuevo riñón. Y gracias a su madre, Luz María Janampa Oré (33), quien es comerciante en el emporio comercial de Gamarra, tuvo una nueva oportunidad de vida y con ello continuar sus metas personales.
"A mi mamá le digo gracias por no rendirse en los momentos difíciles, por dar la talla a todos los problemas y por saber sobrellevar las cosas. Eso para mí es muy admirable", dijo muy emocionada a la Agencia Andina.
Un mes después de ingresar a sala de operaciones para concretar el trasplante, Kimberly considera que su madre es la mejor persona que ha conocido y le da gracias a Dios que la haya puesto en su camino. "Realmente sin mi mamá, yo no sería lo que hoy en día soy", confesó.
Limitaciones
Todavía recuerda todas las limitaciones que experimentó a nivel físico debido a la enfermedad como, por ejemplo, el hecho de bañarse como lo hacía antes, ir a la playa, estar bajo el sol, practicar deportes, entre otros.
"Estaba prácticamente encerrada en una cajita, privándome de muchas cosas, de los viajes, de las visitas a mis familiares, las comidas".
A nivel académico también la pasó mal, señala, pues veía que sus compañeros avanzaban, y ella se quedaba en un solo lugar, estática. A veces eso era muy frustrante, confiesa.
"Gracias a Dios terminé la secundaria el año pasado; saliendo de aquí es otra nueva vida para mí. Voy a empezar la universidad. Es un sueño, que gracias a Dios, a mi mamá, y a todos los doctores, licenciadas, técnicos voy a cumplir de aquí en un futuro o en un corto tiempo".
Kimberly está convencida de formarse a nivel superior. Quería ser pilota y formar parte de las Fuerzas Armadas, pero eso no se va a poder cumplir porque no se debe tener ningún problema físico. Sin embargo, no se rinde, y manifiesta que le gustaría estudiar negocios internacionales o una carrera relacionada con la salud, por ejemplo, ingeniería biomédica.
"No dudé ningún segundo"
La señora Luz María, madre de Kimberly, contó que no dudó ningún segundo en donarle un riñón a su hija, porque es lo que más ha querido en la vida. Siempre le pidió a Dios que se pueda realizar esta operación y salga bien.
"En realidad fue bastante responsabilidad y compromiso en todos los exámenes que me realicé para ser donante y todo lo hice con mucho amor para que mi hija esté sana".
Ahora todo es felicidad, pero no olvida la tristeza que sintió cuando se enteró de la enfermedad de su hija. La única esperanza siempre fue la de un trasplante y gracias a los médicos del INSN de San Borja se hizo posible esta operación con éxito.
La dicha de Kimberly ha sido grande. Así lo señala la jefa de la Unidad de Donación y Trasplante del INSN San Borja, Melva Benavides, quien subrayó que en el INSN solo se interviene a personas hasta los 18 años de edad y Kimberly tiene 17 años y 3 meses.
"Si no se operaba ahora, ya no podía ser operada acá, sino en otra institución de adultos, pero como ya la teníamos acá tuvo la suerte de que la mamita pueda donar y estuviera a tiempo".
Cifras
Desde el año 2017 hasta la fecha, el INSN San Borja, liderado por la directora general, dra. Zulema Tomás, realizó 64 trasplantes de órganos sólidos con donante vivo y cadavérico, de los cuales 40 son trasplantes renales, 11 hepáticos y 13 de córnea, consolidándose como el centro pediátrico donador trasplantador del país.
Actualmente, la institución tiene en su registro a 22 niños en lista de espera (12 para trasplante renal, 8 trasplantes de córnea y 2 trasplantes hepáticos), motivo por el cual es importante promover la cultura de la donación de órganos en el Perú para ofrecerles a estos niños una oportunidad de vida.
La escasez de donantes cadavéricos es el principal obstáculo para la actividad trasplantadora. La tasa de donación de órganos ha disminuido en el Perú, lo que limita avanzar con los trasplantes.
Antes de la pandemia, de 2 a 3 personas por cada millón de habitantes donaban órganos, actualmente la tasa ha bajado y es de 0.3 donantes por millón de habitantes.
Un donante puede beneficiar hasta 8 personas ya que es posible trasplantar riñones, páncreas, pulmón, hígado y corazón, córneas, piel.
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(FIN) JAM/LIT
Publicado: 9/5/2024