El poemario "Salmos a Birobidján (y una conversación en Jerusalén)" (Manofalsa Editores, 2025) del poeta José Beter —heterónimo del autor Joseba Buj—, fue presentado con éxito en Lima con eventos destacados en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, la Pontificia Universidad Católica del Perú y el Festival de Poesía de Quilca.
El libro ha suscitado un profundo interés por su abordaje de temas como la fractura, el exilio y las utopías fallidas. Según la crítica literaria Cecilia Sandoval, la obra es una "escritura desde la fractura" donde los poemas "evocan un refugio imposible, un rincón utópico que nunca llegó a cumplirse y que, sin embargo, se convierte en sostén imaginario frente al dolor de las causas derrotadas."
El enclave de Birobidján, destinado a ser una patria judía autónoma y que Beter utiliza como metáfora central, "arde en la memoria como promesa incumplida," revelándose como un "consuelo de lo que jamás existió." Los versos de Beter se levantan desde la "intemperie de la lengua": un español arcaico y extraño, cargado de silencios y préstamos, que materializa el exilio y la imposibilidad de traducir la experiencia. Nombrar lugares como "shtetl", "gueto" o "Birobidján" no es habitarlos, sino "reconocer lo que se pierde al nombrarlos," haciendo del poema un modo de rozar lo irrecuperable.
"Salmos a Birobidján" se construye como un diálogo intertextual con epígrafes de grandes autores que exploraron el exilio y la pérdida a través de la poesía, como Paul Celan, Gloria Gervitz, Max Aub y Esther Seligson. Esta coralidad convierte al poemario en un "tejido de voces que, desde distintas lenguas y geografías, insisten en dar cuenta de lo indecible."
El libro también aborda la herida de quienes, "dentro y fuera de Israel, rechazan un Estado que ha dilapidado valores de convivencia," instrumentalizando incluso la memoria del Holocausto. Esta crítica al sionismo se extiende para resonar con los exilios contemporáneos de otras latitudes, con migraciones forzadas que también cargan con la pérdida.
La obra incluye una "conversación en Jerusalén" con Jamal Boutros, una voz árabe israelí, que prolonga esta grieta y "permite vislumbrar —aunque sea como espejismo— un diálogo binacional que se intentó y no se sostuvo." El quiebre de este diálogo es la marca de lo indecible: el testimonio de que las promesas de convivencia fueron ahogadas por la historia, pero que persisten "como nostalgia y como pregunta."
Leer a Beter, concluye Sandoval, es reconocer la imposibilidad de clausurar el duelo. Sus salmos son "el eco de un éxodo interminable", la certeza de que hay pérdidas irreparables. No ofrecen consuelo, pero "desde ese silencio que nombra lo innombrable, se sostiene la obstinación de seguir diciendo, de dejar constancia de lo que se extingue."
(FIN) NDP
Publicado: 29/9/2025