Emily, natural de La Oroya, región Junín, llegó al INSN San Borja el 16 de junio del 2016 por un absceso dental, pero después de pasar por los análisis correspondientes, fue diagnosticada con leucemia linfoblástica aguda (LLA), un tipo de cáncer a la sangre.
Su madre, Betty Flores, aún recuerda la hora exacta en que recibió la triste noticia. “Eran las ocho de la noche cuando me dijeron que mi hija de siete años tenía leucemia. Me quedé en shock”, comentó a la agencia Andina.
“Creo que, como todo papá, lo primero que quieres es encerrarte en una burbuja, que nadie te mire, que nadie te oiga, porque recibir una noticia así no es fácil de asimilar. Fue como si toda la Tierra se hubiese paralizado un momento, como un sueño del que queríamos despertar. Es un sentimiento que solo los papás que vivimos esta enfermedad podemos entender”.
Desde entonces, la vida de su familia dio un giro de 180 grados. Junto a su esposo tuvieron que mudarse a Lima y renunciar a sus trabajos para poder dedicarse completamente al cuidado de su pequeña, quien inició un tratamiento especializado, incluyendo quimioterapias, en el Servicio de Hematología del INSN San Borja.
“Ella llegó a estar en UCI en el 2017, creían que ya no saldría de esta, pero como siempre decimos, mi hija es un milagro de vida. Recuerdo que la doctora me dijo que lo único que nos queda es tener mucha fe en Dios porque lo humanamente posible ya lo hicieron; y cuando ya estaban a punto de intubarla, como un milagro, subió sus defensas y salió de ahí”, contó Betty.
Campana de la victoria
Este 27 de febrero se ha convertido en una fecha inolvidable para Emily. Después de pasar por su última cita médica en el servicio de Hematología, en una conmovedora sorpresa, la doctora Kelly Monteza le dio la buena noticia: “Emily, estás curada, lograste vencer el cáncer”.
Tras ocho largos años de tratamiento ininterrumpido e indesmayable en el INSN San Borja, la adolescente al fin pudo tocar la campana dorada de la victoria, marcando así el inicio de una nueva etapa en su vida.
“No me esperaba esta linda sorpresa. Sentí una emoción inmensa, ya que desde que ingresé al hospital este era mi mayor sueño, decir que por fin me había curado de esta enfermedad, que pude luchar hasta el final y que conseguí tocar la campana”, comentó Emily, totalmente conmovida por la despedida que le brindaron sus médicos y enfermeras.
Nuevas metas
La pequeña guerrera nunca perdió la fe en que algún día dejaría atrás los tratamientos y las hospitalizaciones, y que volvería a estudiar y jugar como cualquier otro niño. Ahora, a sus 15 años, tiene claras sus nuevas metas.
“Uno de mis sueños es poder seguir estudiando e ingresar a la universidad. Quisiera convertirme en psicóloga, incluso si se da la oportunidad me gustaría poder trabajar acá en el instituto. Sé que hay muchos niños que pasan o pasaron lo mismo que yo y están batallando con todo, así que me gustaría poder ayudarlos porque sé que esta situación no es nada fácil”, agregó.
Para aquellos pequeños pacientes que aún se encuentran luchando valientemente contra esta enfermedad, les brindó el siguiente mensaje:
“Desde que entramos al hospital nos convertimos en guerreros y pasamos por distintas batallas. Sé que las quimioterapias no son nada bonitas, yo misma pasé por todo eso, lo único que les puedo decir es que sigan cuidándose y manteniéndose felices porque el estado emocional también influye mucho en esta situación. Tengan mucha fe en Dios y en los médicos”.
Leucemia infantil
El INSN San Borja es un centro pediátrico que brinda tratamiento especializado gratuito mediante el Seguro Integral de Salud (SIS) a los niños con leucemia y les ofrece una alternativa de cura a gran parte de los pequeños que llegan de Lima y de las regiones del país.
Desde el 2013 a la fecha, el hospital atendió a más de 4,642 niños y adolescentes, entre 0 y 18 años, con neoplasias oncohematológicas y síndromes de insuficiencia medular.
La
leucemia linfática aguda representa el 85 % de las leucemias diagnosticadas año a año y es la de mayor incidencia en la población pediátrica y de adolescentes en el mundo; le siguen los tumores neurocerebrales y cáncer gastrointestinal.
En el caso del INSN San Borja, según la doctora Kelly Monteza, hematóloga pediatra de dicho hospital, cada mes se diagnostican, en promedio, diez pacientes con leucemia.
¿La leucemia se puede curar?
Esta es una pregunta que hacen muchos padres con hijos que padecen de esta enfermedad neoplásica. De acuerdo con la doctora Monteza, el diagnóstico precoz, el tratamiento continuo, la perseverancia y la total atención a las recomendaciones médicas pueden salvar la vida de quienes sufren leucemia.
“La leucemia se trata y es el cáncer que más se cura, pero también va depender mucho de su estratificación de riesgo, que no es la misma en todos. Algunos llegan con un tiempo de enfermedad más avanzada, de ahí la importancia de un diagnóstico oportuno y que no haya demora en el tratamiento”, resaltó.
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(FIN) SQH/RRC