El cierre del año escolar 2023 está cada vez más cerca y también las calificaciones de los menores del hogar que generan muchas expectativas en los padres de familia. Sin embargo, cuando las notas no son tan buenas ¿Se debe indagar el por qué del bajo rendimiento o no? En esta nota, te explicamos cómo afrontar esta situación.
Para el psicólogo Manuel Saravia, del Instituto Guestalt de Lima, lo primero que se debe hacer es entender y averiguar qué hace que nuestros hijos hayan tenido bajas calificaciones en el centro educativo. Se tiene que ir más allá.
"Tenemos que saber qué fue lo que los llevó a ese resultado y para eso tenemos que hacer las preguntas de indagación. Derrepente estuvieron mucho tiempo con el celular, la tablet o los videojuegos", dijo en declaraciones al programa Saludable Mente que se emite por Andina canal online.
El especialista señaló que otro de los motivos del mal rendimiento escolar puede ser la necesidad de una asistencia académica adicional para comprender mejor determinado curso o también el aspecto emocional.
"Para que la historia no se repita tenemos que analizar bien el origen del problema para poder tomar medidas correctivas", acotó al subrayar que es una situación que se debe evaluar conjuntamente con el docente a fin de ver cuáles son las recomendaciones educativas, pues a lo mejor lo más conveniente sea repetir el año.
Desde el punto de vista académico, sí es clave el análisis de los educadores, pues son ellos quienes tienen la última palabra para determinar aprobarlos con el compromiso de reforzarles en tal área o disponer que repitan nuevamente el grado, porque el siguiente año traerá más exigencia y se necesita una base más solida en determinados cursos.
¿Castigar o no?
Para el experto, no es recomendable castigar ante una mala calificación en el colegio. Por el contrario, enfatizó en la importancia de preguntar -con una mirada sin juicio- qué fue lo que pasó.
"Ahí va a salir el verdadero motivo como, por ejemplo, si se acostó tarde o si siente que los padres no lo acompañan, entre otros. Se debe aprender de esta experiencia porque es aleccionadora y permite conocer cuál es el camino a ese resultado que no se desea".
Refirió que en esa indagación se conocerá si los malos resultados tienen que ver con los hábitos del estudiante, los estilos de vida o la sobrecarga de actividades. Se tiene que considerar cuál es la circunstancia particular que tiene cada menor para poder analizar fortalezas y debilidades.
"Tenemos que salir de la cultura de echar la culpa, porque mas fácil es culpar que creer; hay que comprender que un niño o adolescente adolece de responsabilidad y necesita un acompañamiento de una persona adulta que pueda orientar, que le diga que duerme mal o que ese método no funciona. Hay que buscar a alguien que ayude en esa parte".
Presencia de padres
Según Manuel Saravia, todo niño o adolescente necesita la presencia de sus padres y en este mundo que tenemos ahora tan competitivo, donde las personas trabajan cada día mas, esa ausencia pasa factura. "Tenemos que darnos ese tiempo y espacio para fortalecer vínculos. Escuchar qué está pasando con nuestros hijos".
Las familias deben de tener rituales como almorzar los fines de semana; salir al parque a caminar. No se necesitan grandes presupuestos para pasar tiempos juntos y disfrutar en familia. El ser humano es un ser social que necesita contacto, necesita ser escuchado, necesita abrazo. Un niño o adolescente necesita que sus padres lo escuchen.
"Tienen que darles el mensaje que no están solos, que están juntos en esto. Tienen que identificar qué es lo que han aprendido y finalmente esta situación los puede llevar a un escenario que puede ser mucho mejor y unirlos más como familia. Afrontarlo juntos y salir adelante".
Finalmente, recordó que un jalado de año no te define como persona y presenta la posibilidad de revertir y activar la famosa resiliencia.
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Publicado: 11/12/2023