La violencia entre escolares o bullying continúa en aumento, ya que en lo que va del año se ha registrado un total de 11,822 casos a nivel nacional, siendo el mayor registro en el nivel secundario.
Así lo dio a conocer el psicólogo y psicoterapeuta, Manuel Saravia Oliver, director del Instituto Guestalt de Lima (IGL), quien explicó que el bullying afecta al bienestar emocional, psicológico y social de los niños, niñas y adolescentes, así como su capacidad para afrontar situaciones, la posibilidad de relacionarse con el otro, y enfrentar los desafíos académicos y emocionales dentro del entorno escolar donde se desarrollan.
“En la mayoría de casos de bullying se presenta situaciones de ansiedad, depresión, problemas de aprendizaje y aislamiento social. Las principales señales de alerta a prestar atención son: tristeza acumulada, no quiere ir al colegio, frustración, enfado o irritabilidad, falta de higiene personal y cambios en los hábitos de sueño y la alimentación”, advirtió el especialista.
Desde el 2013 a la fecha, el portal del Siseve del Ministerio de Educación ha recibido 40,578 casos de violencia entre escolares y 30,638 del personal del colegio hacia los alumnos.
El bullying o acoso escolar es un comportamiento agresivo e intencional que busca dañar física o emocionalmente mediante lesiones, malos tratos dentro o en las inmediaciones de la escuela, insultos verbales o en medios digitales de información y comunicación (Facebook, YouTube, Whatsapp, mensajes de texto, etc.).
“Hay que tener en cuenta que los niños y adolescentes son seres sociales que dependen del juicio de los demás. Por eso cuando se sienten acosados o ridiculizados no son capaces de afrontarlo ni comunicarlo pudiendo generar en él un sentimiento que conduzca a la depresión y los pensamientos suicidas”, dijo Saravia.
¡Atención papás!
“Los padres deben fomentar espacios de diálogo en el hogar y la escucha activa para dar confianza a sus hijos y detectar tempranamente estas situaciones de violencia”, enfatizó.
La mejor forma de prevenir comienza en el hogar, y son los padres quienes deben brindarles toda la información necesaria con ejemplos de lo que es una conducta agresiva o de la recepción de la agresividad.
Saravia Oliver aconsejó a los padres a estar alertas para prevenir el acoso escolar. “Las niñas, niños y adolescentes que son víctimas de bullying la pasan mal, sufren y en ese sufrimiento tienen ideas suicidas. Por ello hay que darles la confianza de hablar y buscar ayuda”, comentó
“Es importante decirle al niño que sufre de bullying qué acciones vamos a tomar para cuidarlo: ‘voy a hablar con tu profesor’, voy a hablar con tu director’, etc. En todo momento el niño tiene que sentir que vamos a hacer acciones concretas para ayudarlo”.
Con respecto al niño que agrede, el especialista dijo que hay que tener cuidado con estigmatizarlo o decirle agresor. “Hay que hablar de conductas inadecuadas o comportamientos a corregir con mucha empatía y enseñar nuevas maneras de resolución de conflictos sin golpes, sin insultos y sin ofensas”.
Se debe considerar la búsqueda de ayuda profesional si cree que su hijo necesita apoyo psicológico para superar el bullying en ambos casos. Hay que trabajar con las familias de las víctimas y agresores.
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