Personajes
Los personajes de las diversas agrupaciones de llamerada puneña expresan, mediante sus roles, la estructura y jerarquía de la comparsa; del mismo modo, la vestimenta de “luces” que evocan a los arrieros de caravanas de llamas que llevaban presentes al Inca y a la ostentosidad de la época colonial, así como los elementos distintivos de cada personaje, componen el mensaje de la representación escénica de esta danza mestiza;
Los personajes que conducen e integran el conjunto de danzantes son los siguientes: el jañacho -término quechua que hace alusión a la llama macho que encabeza un rebaño- es un diestro bailarín de la danza, que tiene como rol ser el guía de la comparsa. Con una vestimenta similar pero distintiva frente a los integrantes del cuerpo de danzantes, va acompañado con su pareja. El jañacho lleva una montera, orlada y adornada con hilos plateados o dorados, camisa blanca, corbata negra, poncho de awayo y lliclla, faja con monedas, pantalón de tela, zapatos negros y una chuspa; porta una Korawa (honda) en la mano derecha y una llamita, hecha en la técnica artesanal de la peletería, en la mano izquierda, la cual representa a las illas o estatuillas de camélidos usadas en contextos arqueológicos, y por grupos etnográficos para simbolizar la fertilidad de las llamas y su poder de procreación.
El cuerpo de baile está integrado por los llameros, que van en parejas (hombre y mujer). Las mujeres llevan montera o mitra triangular de tela, orlada y adornada con hilos plateados o dorados que cubre la parte posterior de la cabeza y orejas, antifaz de tela, blusa de seda blanca o de colores con aplicaciones de tela andina y bordados, awayo cruzado, que representan la carga que lleva la llama, del cual a la altura del pecho pende un adorno en tela bordada en forma de corazón, pollera mediana de tela andina llanas o con adornos alusivos a la danza y borde color blanco elaborado con lana de alpaca, chuspa, enaguas y zapatos blancos; los varones llevan también montera bordada en su parte delantera, similar al de las mujeres, caretas de yeso o máscaras, camisa blanca o de colores y corbata negra o roja, poncho con bordados dorados o plateados y pedrería o poncho de lana fina adornado y orlado, faja adornada con monedas de plata, pantalón de color negro o blanco con bordados y aplicaciones a los costados y adornos de llamas y zapatos. Tanto hombres y mujeres portan llamitas en la mano izquierda y en la derecha el wichi wichi, nombre onomatopéyico que lleva esta especie de latiguillo con borlas que sirve para simular el acarreo.
El awatiri es un personaje varón que representa al oficiante de los ritos a la Pachamama que se realizaban antes y después de emprender las travesías de los arrieros de llamas. Usa como prenda de cabeza el tricornio, siendo su vestimenta similar al de los llameros, pero de color oscuro, llevando en su lliclla los implementos para realizar sus rituales.
Cabe destacar que principalmente son las agrupaciones de Llamerada puneña del norte de Puno las que usan máscaras o caretas, antifaces y los ponchos con estructura de cartón con bordados dorados o plateados. Del mismo modo, las máscaras o caretas, que en algunas agrupaciones sólo es usada por el Jañacho, representan el silbido de las melodías de los llameros en sus largas jornadas de pastoreo o la simulación de los jañachos al escupir como advertencia de protección a la pareja o manada.
Proceso coreográfico
El proceso coreográfico de la danza de la Llamerada puneña, es colectivo y mixto; recreando el transitar de las recuas de llamas cargueras en la época prehispánica y colonial, quienes cruzan la cordillera, quebradas y caminos estrechos. En pasacalle en las festividades de la Virgen de la Candelaria de Puno y la Virgen de la Inmaculada Concepción en Lampa, entre otras, durante el día de veneración, los danzantes se desplazan por la ciudad, encabezados por el jañachu en dos columnas de hombres y dos de mujeres, quienes despliegan diversas mudanzas en pareja al compás de la música, imitando el trote ligero de los camélidos, que varían al toque del silbado por el Jañacho. El paso, igual para todo el cuerpo de danzantes, es de estilo elegante con avances en zigzag con dos pasos adelante y uno hacia atrás acompañado, para el caso de las mujeres, con un movimiento de cadera que acentúa el de la pollera. En ese sentido, en la danza Llamerada puneña se imita con los miembros inferiores el andar “elegante” de la llama mientras que con los miembros superiores se representa la actividad propia del pastoreo a través del movimiento circular continuo del wichi wichi, simulando el lanzamiento de piedras para alejar a los depredadores.
La Llamerada puneña, como parte del conjunto de danzas de “trajes de luces” que se representan en el marco de la Festividad en Honor de la Virgen de la Candelaria, es una versión mestiza y estilizada, por su atuendo, personajes, música y coreografía, de la representación escénica de los pastores de altura. En el concurso organizado en el marco de esta festividad, donde la cantidad de danzantes participantes es mucho mayor, entre ochenta danzarines y cuarenta músicos, la danza adquiere figuras coreográficas más complejas con fines de proyección estética;
Las tonalidades y el compás de la música de la Llamerada puneña, es del tipo pastoril con características musicales del altiplano, siendo cadenciosa, alegre y por momentos acompañada por canticos, tarareos, vítores y silbidos de los danzantes, que anuncian su paso con algarabía. La danza, cuenta con un amplio repertorio de canciones, interpretadas tradicionalmente por estudiantinas puneñas compuestas fundamentalmente por instrumentos musicales de cuerda tales como mandolina, violín, guitarra, guitarrón, contrabajo, charango o chillador, así como acordeón. Del mismo, la música es ejecutada por bandas musicales de instrumentos de metales como trompeta, bombardón, tuba menor, tuba mayor, helicón, tambor, bombo y platillo, que acompañan a la comparsa, de notoria influencia de las bandas militares o de guerra de diferentes instituciones de las Fuerzas Armadas del Perú. Por último, cabe resaltar que, en la actualidad, existen diversas agrupaciones que emplean una instrumentación de carácter más contemporánea para ejecutar nuevas composiciones de llamerada, entendiendo también a la danza como un género musical.
La resolución encarga a la Dirección de Patrimonio Inmaterial, en coordinación con la Dirección Desconcentrada de Cultura de Puno y la comunidad de portadores, la elaboración cada cinco años de un informe detallado sobre el estado de la expresión declarada, de modo que el registro institucional pueda ser actualizado en cuanto a los cambios producidos en la manifestación, los riesgos que pudiesen surgir en su vigencia, y otros aspectos relevantes, a efectos de realizar el seguimiento institucional de su desenvolvimiento y salvaguardia, de ser el caso.