Andina

Puno celebra declaratoria de Patrimonio Cultural de la Nación a la danza Llamerada Puneña

Puno celebra declaratoria de Patrimonio Cultural de la Nación a la danza Llamerada Puneña. ANDINA/Difusión

Puno celebra declaratoria de Patrimonio Cultural de la Nación a la danza Llamerada Puneña. ANDINA/Difusión

12:29 | Lima, feb. 2.

El Ministerio de Cultura declaró hoy Patrimonio Cultural de la Nación a la danza de la Llamerada puneña, un baile inspirado en los arrieros y pastores de llamas del Altiplano peruano que participa también de la Festividad de la Virgen de La Candelaria, reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.

Así lo establece la Resolución Viceministerial N° 000032-2024-VMPCIC/MC publicada hoy en la separata de Normas Legales del Diario Oficial El Peruano.


La norma resalta que la danza de la Llamerada puneña es una muestra de la diversidad artística del ámbito andino que mantiene vigente la memoria histórica, constituyendo así una expresión de profunda valoración al rol de los arrieros de camélidos en la historia del territorio altiplánico, y que evidencia el carácter transfronterizo del mundo espiritual y festivo popular de los Andes cuyas prácticas artísticas entrelazan a los países de la región.


En los considerandos de la resolución precisa que la declaratoria de Patrimonio Cultural de la Nación fue solicitada por la Dirección Desconcentrada de Cultura de Puno que presentó el expediente técnico que sustenta este pedido.

Este estudio indica que en Puno existen diversos tipos de danzas, estando entre ellas aquellas que representan a los pastores de llamas o llameros, que son campesinos de las comunidades altoandinas dedicadas a la labor pecuaria, especialmente a la crianza de camélidos sudamericanos como llamas y alpacas. Esta práctica productiva pecuaria se encuentra extendida a lo largo del territorio nacional, reportándose en el IV Censo Nacional Agropecuario esta representaba el 80 % de los ingresos económicos de 82,459 productores principalmente en Puno, Arequipa, Cusco, Huancavelica, Ayacucho, Pasco, Apurímac, Junín, Tacna, Moquegua y la sierra de Lima; y que el Perú cuenta con la mayor población mundial de alpacas.

La danza de pastores es practicada en distintas zonas de la región con una variedad de características y nombres. En las comunidades andinas, se le conoce como danza de los llameritos, mientras que en las zonas urbana rural se le conoce como danza de llameros. Asimismo, el llamero o pastor como personaje se representa en otras danzas de la región. La danza de la llamerada constituye un baile festivo tradicional con una forma musical y coreográfica, que se encuentra relacionada con las danzas de llameritos y/o llameros señalados, en cuanto al trasfondo simbólico que representan, y que es practicada y transmitida en múltiples provincias de la región Puno. En ese contexto, la Festividad de la Virgen de la Candelaria, los concursos de danzas que tienen lugar durante su realización, así como paralelamente el carnaval en la ciudad, se han convertido en importantes espacios para su práctica y representación.



La danza de la llamerada tiene especial presencia en los calendarios festivo religiosos de determinadas provincias en la región Puno, resaltando especialmente las actividades festivo religiosas de las provincias de Lampa, Azángaro, San Román, El Collao, Puno, Yunguyo, y Chucuito. Vale la pena hacer mención especial a las festividades de la Virgen Inmaculada Concepción en Lampa, la fiesta de la Virgen de la Asunción en Azángaro, la festividad de San Miguel Arcángel en El Callao, la fiesta de San Francisco de Borja de Yunguyo y la festividad de la inmaculada concepción de Chucuito por mencionar algunas en las cuales estas danzas acompañan en homenaje a la procesión de estos santos o están presentes dentro de los concursos o paradas folclóricas de dichas festividades.

Orígenes


La llamerada, palabra derivada del nombre de la llama, alude a los pastores criadores de camélidos sudamericanos propios de las zonas altoandinas. La llama, para la población originaria a lo largo de la historia, ha sido un animal utilitario y de culto, reconociéndose su uso como transporte de carga, producción de fibra y su carne como fuente de alimento. En lo ritual, la llama propicia la prosperidad y la reciprocidad con la pachamama, estando presente en las mesas de pagos del altiplano.

Algunos portadores hacen mención del carácter mestizo de la danza de la llamerada, ya que conjuga elementos de la memoria histórica de la época señorial con las actividades propias de llameros mestizos, relacionándose con la religiosidad popular y la fiesta del carnaval. De esa manera la coreografía también muestra un caminar elegante y colorido, en algunos momentos zigzagueante, mientras las ondas que sujetan los varones y mujeres en la mano derecha giran continuamente de forma circular, evocando los movimientos de los pastores alto andinos quienes usan la onda para arrear el ganado. Este carácter señorial también se observa en su música expresada por conjuntos de estudiantinas que con instrumentos tradicionales se presentan en bailes de salón, o acompañaban a los danzantes en paseos alrededor de la ciudad, sus composiciones suelen estar dedicadas al enamoramiento o al santo patrón a quienes rinden homenaje.


Los danzantes de la llamerada mencionan que bailar y cantar es una forma de expresar su religiosidad popular, mantienen de esa manera la creencia que al rendir homenaje a dichos santos o en especial a la Virgen de la Candelaria esta acción será correspondida en reciprocidad, pero duplicando todo el esfuerzo que se ha realizado durante todo el año;

Personajes

Los personajes de las diversas agrupaciones de llamerada puneña expresan, mediante sus roles, la estructura y jerarquía de la comparsa; del mismo modo, la vestimenta de “luces” que evocan a los arrieros de caravanas de llamas que llevaban presentes al Inca y a la ostentosidad de la época colonial, así como los elementos distintivos de cada personaje, componen el mensaje de la representación escénica de esta danza mestiza;

Los personajes que conducen e integran el conjunto de danzantes son los siguientes: el jañacho -término quechua que hace alusión a la llama macho que encabeza un rebaño- es un diestro bailarín de la danza, que tiene como rol ser el guía de la comparsa. Con una vestimenta similar pero distintiva frente a los integrantes del cuerpo de danzantes, va acompañado con su pareja. El jañacho lleva una montera, orlada y adornada con hilos plateados o dorados, camisa blanca, corbata negra, poncho de awayo y lliclla, faja con monedas, pantalón de tela, zapatos negros y una chuspa; porta una Korawa (honda) en la mano derecha y una llamita, hecha en la técnica artesanal de la peletería, en la mano izquierda, la cual representa a las illas o estatuillas de camélidos usadas en contextos arqueológicos, y por grupos etnográficos para simbolizar la fertilidad de las llamas y su poder de procreación.

El cuerpo de baile está integrado por los llameros, que van en parejas (hombre y mujer). Las mujeres llevan montera o mitra triangular de tela, orlada y adornada con hilos plateados o dorados que cubre la parte posterior de la cabeza y orejas, antifaz de tela, blusa de seda blanca o de colores con aplicaciones de tela andina y bordados, awayo cruzado, que representan la carga que lleva la llama, del cual a la altura del pecho pende un adorno en tela bordada en forma de corazón, pollera mediana de tela andina llanas o con adornos alusivos a la danza y borde color blanco elaborado con lana de alpaca, chuspa, enaguas y zapatos blancos; los varones llevan también montera bordada en su parte delantera, similar al de las mujeres, caretas de yeso o máscaras, camisa blanca o de colores y corbata negra o roja, poncho con bordados dorados o plateados y pedrería o poncho de lana fina adornado y orlado, faja adornada con monedas de plata, pantalón de color negro o blanco con bordados y aplicaciones a los costados y adornos de llamas y zapatos. Tanto hombres y mujeres portan llamitas en la mano izquierda y en la derecha el wichi wichi, nombre onomatopéyico que lleva esta especie de latiguillo con borlas que sirve para simular el acarreo.


El awatiri es un personaje varón que representa al oficiante de los ritos a la Pachamama que se realizaban antes y después de emprender las travesías de los arrieros de llamas. Usa como prenda de cabeza el tricornio, siendo su vestimenta similar al de los llameros, pero de color oscuro, llevando en su lliclla los implementos para realizar sus rituales.

Cabe destacar que principalmente son las agrupaciones de Llamerada puneña del norte de Puno las que usan máscaras o caretas, antifaces y los ponchos con estructura de cartón con bordados dorados o plateados. Del mismo modo, las máscaras o caretas, que en algunas agrupaciones sólo es usada por el Jañacho, representan el silbido de las melodías de los llameros en sus largas jornadas de pastoreo o la simulación de los jañachos al escupir como advertencia de protección a la pareja o manada.

Proceso coreográfico


El proceso coreográfico de la danza de la Llamerada puneña, es colectivo y mixto; recreando el transitar de las recuas de llamas cargueras en la época prehispánica y colonial, quienes cruzan la cordillera, quebradas y caminos estrechos. En pasacalle en las festividades de la Virgen de la Candelaria de Puno y la Virgen de la Inmaculada Concepción en Lampa, entre otras, durante el día de veneración, los danzantes se desplazan por la ciudad, encabezados por el jañachu en dos columnas de hombres y dos de mujeres, quienes despliegan diversas mudanzas en pareja al compás de la música, imitando el trote ligero de los camélidos, que varían al toque del silbado por el Jañacho. El paso, igual para todo el cuerpo de danzantes, es de estilo elegante con avances en zigzag con dos pasos adelante y uno hacia atrás acompañado, para el caso de las mujeres, con un movimiento de cadera que acentúa el de la pollera. En ese sentido, en la danza Llamerada puneña se imita con los miembros inferiores el andar “elegante” de la llama mientras que con los miembros superiores se representa la actividad propia del pastoreo a través del movimiento circular continuo del wichi wichi, simulando el lanzamiento de piedras para alejar a los depredadores.

La Llamerada puneña, como parte del conjunto de danzas de “trajes de luces” que se representan en el marco de la Festividad en Honor de la Virgen de la Candelaria, es una versión mestiza y estilizada, por su atuendo, personajes, música y coreografía, de la representación escénica de los pastores de altura. En el concurso organizado en el marco de esta festividad, donde la cantidad de danzantes participantes es mucho mayor, entre ochenta danzarines y cuarenta músicos, la danza adquiere figuras coreográficas más complejas con fines de proyección estética;

Las tonalidades y el compás de la música de la Llamerada puneña, es del tipo pastoril con características musicales del altiplano, siendo cadenciosa, alegre y por momentos acompañada por canticos, tarareos, vítores y silbidos de los danzantes, que anuncian su paso con algarabía. La danza, cuenta con un amplio repertorio de canciones, interpretadas tradicionalmente por estudiantinas puneñas compuestas fundamentalmente por instrumentos musicales de cuerda tales como mandolina, violín, guitarra, guitarrón, contrabajo, charango o chillador, así como acordeón. Del mismo, la música es ejecutada por bandas musicales de instrumentos de metales como trompeta, bombardón, tuba menor, tuba mayor, helicón, tambor, bombo y platillo, que acompañan a la comparsa, de notoria influencia de las bandas militares o de guerra de diferentes instituciones de las Fuerzas Armadas del Perú. Por último, cabe resaltar que, en la actualidad, existen diversas agrupaciones que emplean una instrumentación de carácter más contemporánea para ejecutar nuevas composiciones de llamerada, entendiendo también a la danza como un género musical.

La resolución encarga a la Dirección de Patrimonio Inmaterial, en coordinación con la Dirección Desconcentrada de Cultura de Puno y la comunidad de portadores, la elaboración cada cinco años de un informe detallado sobre el estado de la expresión declarada, de modo que el registro institucional pueda ser actualizado en cuanto a los cambios producidos en la manifestación, los riesgos que pudiesen surgir en su vigencia, y otros aspectos relevantes, a efectos de realizar el seguimiento institucional de su desenvolvimiento y salvaguardia, de ser el caso.


La norma lleva la firma de la viceministra de Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura, Haydee Victoria Rosas Chávez.

Más en Andina:

(FIN) MAO

Publicado: 2/2/2024