Era el momento. La Blanquirroja recibía en Lima a Nueva Zelanda en el partido de vuelta del repechaje, cuando en el minuto 27 del primer tiempo, apareció Jefferson Farfán para superar la valla rival, levantar el clamor de 30 millones de peruanos que abrazaban el retorno de su país en un mundial, y dedicárselo a su compañero de mil batallas, Paolo Guerrero, por aquel entonces suspendido.
Un iluminado
Jefferson Farfán, que esa histórica noche capitalina jugó como único atacante en reemplazo de su "promoción",
Paolo Guerrero, tuvo que superar una importante irregularidad deportiva y reponerse de una sensible lesión para retornar a la Bicolor.
Un cúmulo de emociones que se prolongaron cuando corrió a la esquina norte del
Estadio Nacional, pidió la camiseta número "9" de Guerrero y se quebró en llanto en plena celebración. Un homenaje para "El Depredador", que se convirtió en una considerable baja tras ser suspendido por un resultado adverso en un examen antidopaje.
Fue una noche épica para todo el país. Perú se reencontró con lo suyo: el toque al ras del piso, la transición ligera de defensa a ataque, los desdobles constantes de sus laterales y, la efectividad, lo más valioso en el fútbol. En la complementaria, apareció la "sombra" Christian Ramos en el área, para patear con alma, corazón y vida, y desatar la locura en todo el país.
Perú cumplió su sueño después de 35 años y logró su tan ansiado pase al Mundial de Rusia 2018 tras derrotar por 2 a 0 a Nueva Zelanda en Lima. La penúltima vez que lo hizo fue en España 1982.
Más en Andina
(FIN) JAM
Publicado: 15/11/2019