12:27 | Ciudad del Vaticano, dic. 6.
El Papa León XIV envía un mensaje a los hermanos y hermanas de la Iglesia en Chimbote, región Áncash, con motivo del X aniversario de la beatificación de los mártires Michał Tomaszek, Zbigniew Strzałkowski y Alessandro Dordi, cuyas vidas, dijo, pueden ser hoy una llamada a la unidad y a la misión para la Iglesia universal.
“Deseo unirme a la gratitud de la Iglesia en Perú, en Polonia, en Italia y en otros tantos lugares donde su recuerdo permanece como estímulo de fidelidad”, manifiesta el Santo Padre, precisa el Vatican News (Noticias del Vaticano), un servicio que ofrece el Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede.
“Estos tres sacerdotes misioneros compartieron la vida de sus comunidades, celebrando la Eucaristía y administrando los sacramentos, organizando la catequesis y sosteniendo la caridad en contextos de pobreza y violencia. En 1991, tras haber decidido permanecer donde desempeñaban su ministerio y en medio del rebaño como auténticos pastores, fueron asesinados por odio a la fe”, recuerda León XIV en su mensaje.
Sacerdotes mártires
El Sumo pontífice recuerda que los mártires de Chimbote “eran tres sacerdotes claramente distintos: dos jóvenes frailes franciscanos polacos y un presbítero diocesano italiano. Llevaban consigo lenguas, culturas, formaciones, carismas, espiritualidades y modos de proceder diferentes. Cada cual tenía una manera única de acercarse a las personas y de vivir el ministerio”, se lee en el texto cuyo autor es Johan Pacheco.

“Pero en el Perú -continúa el Papa- esa diversidad no generó distancia; al contrario, se volvió un aporte. En Pariacoto y en la región del Santa compartieron el mismo celo, la misma entrega y el mismo amor a la gente —particularmente a los más necesitados— llevando en el corazón, con afecto pastoral, las preocupaciones y los sufrimientos de los habitantes de esas tierras”.
El Sumo Pontífice quiso destacar en el testimonio de estos beatos “la comunión que nace cuando historias tan distintas se dejan reunir por Cristo y en Cristo, de modo que lo que cada uno es y aporta —sin dejar de ser propio— termina confluyendo en un único testimonio del Evangelio para el bien y la edificación del pueblo de Dios”.
Un llamado a la unidad y la misión
Considera también el Papa “que sus vidas, así como su martirio, pueden ser hoy una llamada a la unidad y a la misión para la Iglesia universal. En un tiempo marcado por sensibilidades diversas en el que con facilidad se cae en dicotomías o dialécticas estériles, los Beatos de Chimbote nos recuerdan que el Señor es capaz de unir lo que nuestra lógica humana tiende a separar”.
“La sangre de los mártires -indica León XIV- no se derramó al servicio de proyectos o ideas personales, sino como una única entrega de amor al Señor y a su pueblo”.
Ante los desafíos pastorales y culturales, el Sumo Pontífice refiere: “vo0lver a Jesucristo como medida de nuestras opciones, de nuestras palabras y de nuestras prioridades. Volver a Él con aquella firmeza del corazón que no retrocede, ni siquiera cuando la fidelidad al Evangelio reclama el don de la propia vida”.
“Exhorto a las comunidades que acogieron a estos mártires a que continúen hoy la misión por la que ellos dieron su vida, la de anunciar a Jesús con palabras y con obras, manteniendo la fe en medio de las dificultades, sirviendo con humildad a los más frágiles y manteniendo encendida la esperanza incluso cuando la realidad se vuelve ardua”, enfatiza el Papa.
¡No teman la llamada del Señor!
Y concluye dirigiéndose a los jóvenes del Perú, a los de Polonia, de Italia y del mundo entero: “El testimonio de los mártires de Chimbote muestra que la vida da frutos en la medida en que se abre a la llamada de Dios”.
“Jóvenes, ¡no teman la llamada del Señor! Sea al sacerdocio, a la vida consagrada o incluso a la misión ad gentes, para ir allí donde Cristo aún no es conocido”, invita el Papa.
Finaliza el Pontífice con un llamado a los sacerdotes jóvenes “a considerar con generosidad la posibilidad de ofrecerse como fidei donum”; y motivando a los obispos “a sostener el ardor de los sacerdotes jóvenes y a socorrer a las Iglesias más necesitadas mediante el envío fraterno de ministros que prolonguen la caridad pastoral de Cristo allí donde más se requiere”.
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(FIN) NDP/TMC
Publicado: 6/12/2025