“Me siento orgullosa de ser sanmarquina”, expresa emocionada la educadora y egresada de la Universidad San Marcos, Alicia Gonzáles Valverde al recordar el reconocimiento que le otorgó su alma mater, por su labor como profesora de educación física en Ginebra desde hace más de 30 años.
La trayectoria profesional de Alicia es un viaje que comienza en las aulas de la primaria en su natal Trujillo y se expande a Lima, lugar al que su familia viajó en la búsqueda de mejores oportunidades laborales y educativas.
En la capital, su madre, quien trabajaba incansablemente en una florería del Callao, se convirtió en su motor e inspiración.
Alicia recuerda que, entre arreglos florales para matrimonios, enamorados y coronas para funerales se fue forjando en ella la certeza de que su futuro dependía de la educación.
Por ello, se preparó e ingreso a la escuela de Educación Física de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
“Sabía que la única forma de cambiar mi destino era estudiando y esforzándome”, señala al evocar esa parte de su vida.
En la universidad, fue una alumna destacada. Siempre quería aprender más.
Rumbo a Suiza
Tras culminar su etapa universitaria y decepcionada por la difícil situación socioeconómica y política del Perú en la década de 1980, decidió buscar nuevos horizontes en Suiza.
Alicia tenía solo 23 años y un mundo nuevo que descubrir y conquistar.
Su hermana, quien trabajaba como fisioterapeuta en aquel país, le facilitó el pasaj.e aéreo, que se convirtió en la llave de un nuevo capítulo de su vida que tuvo un final feliz.
Empero, llegar a un país extraño y establecerse no fue una tarea sencilla, como relata ella misma.
Su determinación y capacidad de adaptación se ven reflejadas en su compromiso por no solo aprender el idioma, sino también en reiniciar su formación académica.
La diferencia entre el curriculo de estudios peruanos y suizos la obligaron a dedicar dos años adicionales de estudios para validar su preparación universitaria en Suiza.
Esfuerzo y oportunidades
Ante esta situación, el trabajo se convirtió en un aliado indispensable para Alicia. Por ello, laboró como personal de limpieza en un hotel de Ginebra y ejerció otras actividades no vinculadas a su profesión.
Posteriormente y culminado sus estudios de nivelación, se le presentó la oportunidad de trabajar como profesora en un colegio.
El inconveniente fue que su centro de labores se ubicaba a dos horas de Ginebra, un largo trayecto, poco práctico para cualquier persona. Alicia no lo dudo y aceptó. No importaba la distancia, no había kilómetro alguno que la apartara de su objetivo.
Su deseo de aprendizaje la llevó a incursionar en la didáctica y la contabilidad, ampliando así su campo de acción en la enseñanza, por más de una década en otro centro educativo.
Su búsqueda constante de nuevos desafíos la conducen hacia un terreno distinto, pero significativo: el Centro de Detención de Menores, donde durante cinco años se desempeñó como profesora de educación física.
Fue este entorno el que se convirtió en un crisol de experiencias que reafirmaron el valor de su labor, otorgándole una satisfacción y gratificación profesional que no había experimentado antes.
“Conocí a niños con diferentes historias, unas más duras que otras, vivir esto realmente me ayudó mucho, para comprender y entender mejor las cosas”, enfatiza.
En la actualidad, imparte clases de educación física en la Escuela Profesional de Santes Social, donde se ha convertido en guía para grupos de entre 15 y 17 alumnos.
A punto de cumplir 59 años, Alicia encuentra en esta labor una fantástica satisfacción: ser retribuida por hacer aquello que ama.
“El valor de mi trabajo radica en la satisfacción de impactar positivamente en las vidas de otros”, señala.
Asociación San Marcos en Suiza
Con un espíritu altruista, Alicia lidera la Asociación San Marcos en Suiza, una institución inspirada en su admiración por la Decana de América.
“Hemos establecido un espacio para niños, buscando profesores que brinden clases sin compensación económica”, explica.
La labor de la asociación no se limita a la enseñanza del español. Se extiende a cursos de costura, para personas de diversas nacionalidades.
El apoyo ha alcanzado las aulas peruanas para colaborar en la práctica deportiva en diversos colegios, donando balones e implementos necesarios.
En su visita a San Marcos, recorrió con emoción las aulas que albergaron sus sueños de juventud. Volvió para un homenaje, un reconocimiento que atesora, pero que aprecia mucho más porque se lo otorgó la universidad que la llena de orgullo.
Más datos:
- Alicia Gonzáles brinda algunos consejos a quienes quieren estudiar y trabajar fuera del Perú: enfocarse en el idioma al viajar, asegurarse de tener una sólida formación académica y mantenerse actualizado en los conocimientos pertinentes.
“El tiempo es valioso, y cada instante debe emplearse en cultivar habilidades y conocimientos para enfrentar los desafíos que la vida pueda presentar”, dice.
-Agradece profundamente a Suiza por abrirle las puertas hacia el ejercicio de su profesión.