En las alturas de la comunidad acomaina de Huayqui, región Cusco, se elevan al cielo dos formaciones rocosas semejantes a cuernos gigantes, con cimientos preincas y baluartes incas, que cada vez impresionan más a visitantes nacionales y extranjeros por la sacralidad que atesora.
El espacio arqueológico, excepcional en la cosmovisión andina y para la comunidad científica, es Waqrapukara o “fortaleza de cuernos” en español, y está ubicada sobre los casi 4,300 metros sobre el nivel del mar, y sobre una vasta vegetación silvestre.

Después de momento difíciles, por una pandemia y las protestas sociales, el espacio cobra importancia y las autoridades locales y regionales, que ven ascender a visitantes nacionales y extranjeros al enigmático espacio, deciden fortalecer su recorrido con la ruta Acos-Huayqui-Campi-Waqrapukara.
Las municipalidades, provincial de Acomayo, distrital de Acos (que protege Waqrapukara) y la Gerencia Regional de Comercio Exterior y Turismo (Gercetur) Cusco, en conjunto, promueven el patrimonio arqueológico, el turismo cultural, vivencial y de aventura, así como la de la belleza paisajística.
Durante un fam trip, o viajes de familiarización “Interpretación Integral de Waqrapukara” realizado en setiembre último, guías y operadores en turismo, fueron testigos directos de diferentes factores enriquecidos por el parque arqueológico, que conllevará a un turismo sostenible, responsable y de calidad.
Breve historia
Waqrapukara, cuyo nombre se investiga, al ser llamada también por los habitantes en las faldas de la gran fortaleza, como “Llamapukara” o “Wakapukara”, ES un espacio religioso, donde se entregaron ofrendas en honor al Dios Wiracocha, dios supremo, hacedor del mundo.

Fue habitado primigeniamente por los Qanchis y luego conquistado, tras una férrea resistencia, por los Incas. En la parte baja aún se hallan vestigios de esta superposición cultural en el conjunto arqueológico de Tambopukara, cuya valoración está en proceso por el Ministerio de Cultura (Mincul).
El impresionante contexto, expone una plaza central o ceremonial con una roca (para las ofrendas), en la parte baja hay una Paqarina o cueva gigante donde podrían acceder hasta unas cien personas, construcciones líticas de doble y triple jamba en alrededores y hasta una maqueta pequeña del Waqrapukara “uña waqras” pequeños cuernos.
“El de triple jamba es primero. Indica por historia que son templos dedicados al Dios Wiracocha, y el de doble jamba va pertenecer a dioses menores como el Sol. Se adoraba a diferentes dioses, los incas fueron politeístas y panteístas”, explica Mirian Ramírez Candia, especialista en turismo de Huayqui.
Ruta Campi – Huayqui - Acos
Para acercar a los turistas a conocer el imponente monumento, la especialista expuso la ruta en promoción “la más corta”, a la cual se accede por la vía nacional Puno-Cusco, luego se ingresa por el puente Chuquicahuana a la provincia de Acomayo.

El trayecto es en vehículo hasta la comunidad de Campi, aquí está el mirador de “Wayracpunku”, luego el sector de “Cruz Mocco” donde buses hacen una primera parada y unos 20 minutos más allá está “Wakachawana Pampa” final de la trocha.
Los visitantes luego ascienden y aprecian las pinturas rupestres de “Chaupipillo” un nuevo mirador de cóndores y del Cañón del Apurímac, y finalmente se llega a Waqrapukara, que a más de sus restos arqueológicos es un espacio astronómico por excelencia “se ven escenas con el poniente del sol, en marzo está en medio de los dos baluartes y la luna saliente en mayo, desde aquí se puede observar la vía láctea en junio”, explica.
La importancia del espacio es que se han hallado en la parte baja residencias y espacios agrícolas, entre ellas una fuente ceremonial dedicada al culto del agua, que en la actualidad las autoridades ponen en valor.
Al descender camino a la comunidad de Huayqui están los farallones de “K’arahuillka” y dan la impresión de hombres gigantes “guardianes del Waqrapukara” que, según la especialista, pudo ser escena espectacular para la película Transformers.

Más adelante está el sector (antes señalado) “Tambopukara”, seguido de “Ayapukara”, un antiguo cementerio con osamentas humanas de civilizaciones Inca. Algunos cráneos muestran trepanaciones, décadas atrás hubo momias, pero fueron aparentemente huaqueadas, también existe otro cementerio “Ichuyucpucru”.
Huayqui en la época pre Inca fue habitado por los Qanchis, sus zonas agrícolas aún preservan andenes con canales Inca, con la llegada de los españoles se muestra hasta hoy una ciudad con características coloniales y callecitas de nombres “Chaupikalle”, “Jawakalle”, “Urakalle”, llenas de arte, historia y tradición.
Una de sus atracciones es el Templo Colonial de San Francisco de Asís de Huayqui, con pinturas de la Escuela Cusqueña, un Ataud de hace 200 años que era para ciudadanos de estatus.
La otra ruta de acceso a Waqrapukara es por Acos, antigua ciudad con su templo colonial San Miguel Arcángel de Acos, con un artesonado de influencia árabe. En el trayecto está la “Casa Hacienda Huaro” donde se promueve el turismo vivencial y la cabalgata.

Se hallan “Los Baños Medicinales de Wispan” de donde el agua sale de una roca: extrañamente a las 5 de la madrugada es caliente y a las 10 de la mañana se vuelve fría; más adelante está la “La Quebrada de Mayujuillca” donde están los restos de adobe de la “Casa Hacienda de Tomasa Tito Condemayta”.
La ruta también considera el “Templo Colonial de Corma” con su exenta torre, el “conjunto arqueológico de Cormarak’ay” que preserva colcas y una capilla denominada “San Lucas”, el mirador de cóndores de “Chiuchika”
Relato de choclos y cuernos de la codicia
La especialista en turismo, entusiasmada por el vasto legado de estas rutas, relata una historia que se mantiene en la tradición oral, la cual cautiva a visitantes que la oyen, y ella comúnmente lo hace en quechua, para darle el interés a la lengua mater.
Según cuenta, hubo un hombre pobre que tuvo una vaca como único soporte económico al darle leche fresca y deliciosa, con cuya venta podía comprar alimentos y sobrevivir, hasta que un día sufre el robo del animal, que lo sume en profunda tristeza y búsqueda incasable por las montañas de Huayqui.

Su búsqueda lo llevó hasta el Waqrapukara a donde ingresó deprimido, se cobijó en la Paqarina mientras veía caer una lluvia intensa. Sacó sus hojas de coca, formó un quintu (tres hojas sagradas), contó su pesar, luego encendió un cigarrillo para clamar en el humo ayuda a los Apus. Ya cansado, con los ojos llorosos, se quedó dormido.
En sueños apareció vio el lugar donde dormía completamente iluminado y el perfil de un hombre a contraluz que le preguntó “hijo de qué lloras, soy tu Auqui (personaje enigmático)”. El hombre que creía una ‘aparición real’ le contó su desgracia; “no llores” le respondió, entonces el Auqui preguntó a su padre “papá qué le vamos a dar” y una voz le respondió ofrécele dos choclos de oro.
El auqui miró al hombre y le expresó “hijo no te preocupes y busca en tu q’epe (manta con enseres), ahí está” y la luz se desvaneció. Al despertar el hombre sorprendido encontró en sus mudas dos choclos de oro, con los que descendió extrañado a Huayqui, pues cada vez pesaban más estos regalos, y uno logró esconder en el camino, y solo llegó a casa con el otro.
La vida de aquel hombre era otra, se convirtió en rico, tuvo mejor casa, mejor alimentación y animales para su consumo, lo cual generó envidia en uno de sus vecinos que lo acusó de ladrón y que lo divulgaría en el pueblo.

El hombre, sin temores, contó su historia que conmovió al otro y a la vez provocó que realice la misma travesía, con ofrendas de hojas de coca y cigarrillo, el llanto por la pérdida de una vaca, que ensueños también logró que se le apareciera el Auqui; sin embargo, la respuesta del padre del Auqui no sería con choclos de oro, sino con cuernos de vaca que serían depositados en su Q’epe.
Al descender el hombre lamentó haber ascendido a la Paqarina, refunfuñó encolerizado durante su retorno a Huayqui que había sido engañado, pero, antes de llegar al pueblo, no entendía porqué jaurías de perros le ladraban y hacían que este escapara junto a familias de tarucas hasta una cumbre donde hay una cocha, una laguna, que al intentar beber vio en el espejo de agua su perfil como la del ciervo; desde entonces sería muy común la aparición de este mamífero en el Waqrapukara.
Proyecto sostenible
William Quispe, especialista de la Gercetur, y parte del proyecto que impulsa la visita a este destino, explicó que este año hubo en incremento de visitas: solo en enero llegaron 8 turistas extranjeros y 50 nacionales, sin embargo, en mayo fueron 180 extranjeros y 500 nacionales, y en los últimos meses, específicamente fines de semana, se supera las cien visitas diarias.

Estas cifran reflejan el posicionamiento que logró Waqrapukara en eventos internacionales como la Feria Internacional del Turismo, realizado en Buenos Aires Argentina, la Feria del Turismo Las Américas en Brasil, la Feria Internacional del Turismo en Lima (Fitur Peru), entre otras.
“Waqrapukara se está convirtiendo en una alternativa complementaria a Machu Picchu y al Valle Sagrado de Los Incas, es un destino que no está saturado y tiene mucha potencialidad”, resaltó.
Todos los caminos llevan a Waqrapukara
Llegar a Waqrapukara no es difícil, existen carreteras y caminos para una experiencia inolvidable, los visitantes no solo pueden acceder por Huayqui y Campi por Acos, sino por las rutas de Pitumarca, Sangarará, Chosecani y Santa Lucía.
Cada una de estas, destacada por las mejoras y acondicionamientos, siendo una de las sensacionales rutas Campi “hasta hace unos tres meses no estaba transitable; pero, hasta hace una semana que se hizo la última visita técnica tiene muchas mejoras, la carretera está limpia, ya se puede transitar, tiene señalización”, explicó.

“La ruta de Campi es paisajística, es hermosa, se ven los farallones. En época de lluvia estás caminando y pareciera que estás en la película “Avatar”, ves las montañas flotantes porque las nubes hacen que corten el camino y de pronto estás viendo farallones, es lindo”, destacó.
También está la ruta por Sangarará, que recientemente fue denominada “histórica” por la implementación del Centro de Interpretación “Tomasa Tito Condemayta”, que expone elementos históricos de la gesta revolucionaria de Túpac Amaru II, ubicada a cuatro cuadras de la plaza de armas de este distrito.
Dos rutas más
William Quispe, afirma que hay dos rutas más a Waqrapukara, que incluso conectan con la provincia de Paruro, como la de Pillpinto (Paruro) que se articula con el parque Arqueológico de Mauk’allaqta y Rondocan (Paruro) que ofrece un mirador de cóndores en el sector de Corma, ambas ingresan a la ciudad del Cusco.
Proyecto ambicioso
Según informó, desde el Gobierno Regional del Cusco, cuentan con un proyecto para intervenir estas rutas, consistentes en mejorar los caminos, dotar de señalización, parqueo, casetas de control, el cual involucra a gestores de campo y autoridades para operativizar las rutas como Santa Lucía y Chosecani que están en la jurisdicción del distrito de Pomacanchi Acomayo, y que en la actualidad operadores en turismo ya las usan para llevar delegaciones de extranjeros, por el buen estado de las carreteras.
Rosendo Baca Palomino, gerente de la Gercetur, afirmó a la Agencia Andina que en Cusco se están diversificando diferentes rutas, y Waqrapukara es prioridad, por aquel interés que genera en los visitantes y que en la actualidad son más nacionales los que visitan el atractivo.
El gran aporte de las comunidades que trabajan en diferentes servicios para una estadía, alimentación y experiencia, serían cimiento para el crecimiento turístico. Waqrapukara no sería visitado en un día, sino en varios por la diversidad de sus espacios contiguos, y la capacidad receptiva va en mejora.
“Es una realidad, el turismo está creciendo exponencialmente, vamos a tener gran cantidad de visitantes en este destino. “Waqrapukara es una fortaleza majestuosa con mucho contenido histórico y cultural. A futuro será uno de los más importantes de la región del Cusco”, finalizó.
Dato:
Waqrapukara fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación el 19 de julio de 2017, por el Vice Ministerio de Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura. El espacio que se erige sobre Huayqui es testimonio excepcional del proceso de civilización pre Inca e Inca.
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(FIN) PHS/MAO