Artemis II, la próxima misión del programa espacial de la NASA, marcará un hito al ser la primera tripulada en dirigirse al espacio profundo desde el fin del programa Apolo. Además de probar el desempeño de la nave Orion, sus tripulantes cumplirán una doble función: actuarán como científicos y sujetos de estudio para evaluar cómo responde el cuerpo humano en condiciones extremas más allá de la órbita terrestre baja.
Aunque el objetivo principal de Artemis II es validar el rendimiento de los sistemas de soporte vital y el hardware en el espacio profundo, la misión también servirá como una plataforma científica. Los astronautas recopilarán datos esenciales sobre salud humana, permitiendo a la NASA desarrollar medidas de protección para futuras expediciones a la Luna y Marte.
Uno de los estudios más relevantes será ARCHeR (Artemis Research for Crew Health and Performance), que investigará cómo el sueño, el estrés, la cognición y la dinámica grupal se ven afectados en estas condiciones. Los tripulantes llevarán dispositivos portátiles para monitorizar el sueño y la actividad física, complementados con pruebas cognitivas antes y después del vuelo.
Otro eje clave será el análisis de biomarcadores inmunológicos. Mediante muestras de saliva y sangre recolectadas en distintas fases de la misión, los científicos observarán la respuesta del cuerpo humano frente a la radiación, el aislamiento y la distancia a la Tierra. También se estudiará la posible reactivación de virus latentes como la varicela o el herpes zóster, fenómenos ya observados en la órbita baja.
La misión integrará por primera vez en el espacio profundo la
tecnología AVATAR, basada en dispositivos de
“órganos en chip”. Estos replican funciones celulares utilizando células madre del propio astronauta, como las de médula ósea. Su exposición a microgravedad y radiación permitirá comprender mejor cómo se comportan los tejidos humanos fuera de la protección terrestre, abriendo la puerta a tratamientos personalizados y nuevas aplicaciones médicas.
A esto se suma un programa que recogerá datos fisiológicos y cognitivos desde seis meses antes del lanzamiento hasta un mes después del retorno. Se realizarán análisis de sangre, orina y saliva, junto con evaluaciones vestibulares, musculares, oculares y cognitivas. Será la recopilación más completa jamás realizada sobre los efectos del espacio profundo en el cuerpo humano.
Radiación, observación lunar y ciencia en tiempo real
Artemis II también profundizará en el estudio de la radiación espacial. La nave Orion llevará detectores activos y pasivos, entre ellos el nuevo M-42 EXT, desarrollado junto a la agencia espacial alemana DLR, con seis veces más resolución que su antecesor. Los astronautas portarán dosímetros personales para medir su exposición en tiempo real, lo que permitirá al equipo de control en Tierra anticipar riesgos y actuar preventivamente.
Durante el sobrevuelo lunar, la tripulación realizará observaciones directas de la superficie, registrando imágenes y audio de regiones inexploradas desde 1972, incluida potencialmente la cara oculta de la Luna. Estas observaciones ayudarán a completar los mapas orbitales existentes y ofrecerán nueva información sobre la geología lunar, esencial para misiones futuras.
Por primera vez, habrá un director científico de vuelo que coordinará en tiempo real con expertos en geología, cráteres y hielo lunar desde el Centro Espacial Johnson de la NASA. Esta colaboración directa permitirá guiar las observaciones de los astronautas con análisis inmediatos, ensayando lo que será el modelo operativo en misiones tripuladas a la superficie lunar.
Como complemento, Artemis II liberará una serie de CubeSats internacionales desde la etapa superior del cohete SLS. Países como Argentina, Corea del Sur, Arabia Saudita y Alemania enviarán pequeños satélites para estudiar la radiación, la meteorología espacial y los efectos del entorno en componentes electrónicos. Aunque no forman parte directa de los objetivos principales, estos experimentos expanden el conocimiento científico sobre el espacio profundo y nutren futuras misiones de exploración.
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Publicado: 24/11/2025