La generación de mejores condiciones de vida y de bienestar para la población no está en conflicto con las acciones de conservación de nuestra biodiversidad, manifestó el titular del Ministerio del Ambiente (Minam), Gabriel Quijandría.
Así lo expresó Quijandría durante su exposición sobre conservación de la biodiversidad y el
desarrollo de la Amazonía peruana, durante la
conferencia virtual “Proteger la Amazonía, un eje fundamental para el futuro del planeta”, organizada por la Embajada de Francia en Perú con la colaboración de la ONG Conservación Internacional Perú, la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), el Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD) y la asociación Biodiversidad Amazónica.
En ese marco, dijo que para asegurar que las mejores condiciones de vida duren en el tiempo es necesario “incorporar a la naturaleza como socio importante”, lo cual incluye al
bosque con todas sus beneficios y servicios ecosistémicos. “Tienen que ser parte de la ecuación del desarrollo”, subrayó. Asimismo, sostuvo que “el desarrollo del ámbito amazónico tiene que ser adaptado a las condiciones de ese gran territorio”.
En otro momento, indicó que el Minam, en coordinación con otros sectores y entidades, impulsa dos líneas de trabajo que pueden generar
sostenibilidad en la Amazonía: una es el enverdecimiento de aquella actividad productiva que ya existe en esta zona, reduciendo su impacto y la promoción del consumo responsable en la ciudadanía para que conozca más la huella ambiental de lo que consume; y la otra línea, se refiere al aprovechamiento sostenible de los recursos nativos del bosque sin modificar su dinámica ecológica, asociada al impulso de los eco y bionegocios.
Añadió que a fin de asegurar el éxito de esos ejes estratégicos es necesario complementarlas con acciones transversales como la planificación de la infraestructura en la Amazonía, para que no sea un factor de deforestación; la formalización de la tenencia de la tierra, el control de los recursos naturales, un mejor acceso a los mercados de financiamiento y la asistencia técnica.
A dichas intervenciones se suma la seguridad para los defensores ambientales, que “muchas veces soportan presiones muy fuertes de economías ilegales, de intereses que buscan cambiar el bosque para generar negocios vinculados al narcotráfico, a la tala y la minería ilegal”. Frente a ello, dijo, es importante trabajar con las organizaciones sociales e indígenas.
El ministro Quijandría expresó su confianza en que la nueva administración gubernamental del Perú mantenga esas líneas de intervención en la Amazonía, aplicando un modelo que no sea dañino con el ambiente, que no implique deforestación y que se pueda aprovechar las oportunidades existentes en el plano internacional para mejorar el desempeño. Agregó que hay tecnología, capacidad y financiamiento a escala mundial.
Lucha contra la deforestación
A su turno, el embajador de Francia en el Perú, Marc Giacomini, se refirió a la importancia de la lucha contra la deforestación como eje de la protección para la biodiversidad. “La protección de la selva amazónica, uno de los mayores sumideros de carbono del mundo y hábitat de la más rica biodiversidad del planeta, es un reto nacional e internacional para Francia”, resaltó.
Según el embajador francés, la cooperación bilateral entre ambos países puede fortalecerse aún más en el desarrollo de capacidades, incluida la recopilación y el análisis de datos, la mejora de la cooperación científica y técnica, y la gobernanza forestal, especialmente con el sector privado.
La citada conferencia permitió presentar varios proyectos de la cooperación francesa en el marco de la protección de la biodiversidad en la Amazonía peruana como lo son: “TerraMaz” (un proyecto que recibió el apoyo económico de la AFD por un monto total de 9 500 000 euros durante cuatro años para acompañar a cinco territorios piloto en las regiones amazónicas de Brasil, Colombia, Ecuador y Perú, en su lucha contra la deforestación y su transición hacia modos de desarrollo sostenible); la acción de la Asociación Biodiversidad Amazónica para la Lucha contra la Deforestación y la preservación de la Reserva Yanayacu-Maquía en Loreto; y el proyecto de identificación de fuentes y vías de exposición al mercurio en el pueblo indígena Nahua, en el cual participa el IRD.
Proyecto Amazonía verde
Durante la actividad se presentó el proyecto “Nuestros bosques futuros: Amazonía verde” y los avances que ha tenido a la fecha, que propone conservar el 12 % de la Amazonia, que representa aproximadamente unos 73 millones de hectáreas para 2025.
Esto se viene implementando en el Perú y otros seis países amazónicos desde setiembre de 2020. Está financiado por el gobierno de Francia por un valor de 17 000 000 de euros, incluyendo 2 000 000 para la parte peruana, e implementado por Conservación Internacional (CI).
Esto es una de las prioridades de conservación de la Alianza para la Protección de los Bosques Tropicales, una iniciativa para la protección, restauración y gestión sostenible de los bosques tropicales; y contribuye a los objetivos del Pacto de Leticia, un acuerdo entre siete países amazónicos para hacer frente a la deforestación, los incendios y el desarrollo sostenible en la Amazonía.