La pandemia ha tenido serios impactos en la economía mundial, pero también ha significado interesantes oportunidades para el desarrollo de nuevos emprendimientos. En ese contexto, la tecnología digital será fundamental para la recuperación global, afirmó el ganador del Premio Nobel de Economía 2001, Michael Spence.
“Hoy tenemos muchas más oportunidades. La tecnología digital brinda mayor acceso a cosas que antes nunca habíamos imaginado. Si equipamos a la economía informal para que tenga acceso a servicios como identidad, cuentas y registros bancarios, datos climáticos para los agricultores, entonces, la diferencia entre formalidad e informalidad comenzará a caer y eso generará mayores oportunidades”, comentó durante su participación en el XXXII Seminario Anual de Investigación CIES: ¿Cómo supera los retos del Bicentenario hacia el desarrollo sostenible?, organizado por el Consorcio de Investigación Económica y Social (CIES).
Spence aseveró, no obstante, que la economía digital también ha creado bolsones de riqueza concentrados.
“Las empresas de mayor capitalización de mercado están muy concentradas, por ejemplo, en el sector de tecnología. Algunas empresas tienen una valorización que, inclusive, supera el producto bruto interno (PBI) de algunos países. Estas son tendencias naturales de mercado, pero el Estado, mediante la tributación, puede nivelar las cosas.”
“Es importante entender que las economías de mercado no garantizan una situación igualitaria, pero también es importante que haya oportunidades para que la gente invierta en empresas y en sus familias, y hay muchas iniciativas colectivas”, refirió.
El Premio Nobel de Economía 2001 sostuvo que la pandemia ha creado un aumento dramático en el desarrollo de tecnologías digitales para brindar servicios en sectores fundamentales, como es el caso de la salud.
“Vemos, por ejemplo, muchas innovaciones en lo que se refiere al diagnóstico remoto. Ya estamos superando el rechazo a la telemedicina, tanto por el lado de la demanda como de la oferta. Durante la pandemia nos vimos forzados a hacer cosas que realmente no queríamos hacer y aprendimos a convivir con ellas”, aseveró Spence.
El economista agregó que hay un potencial particularmente inclusivo en la prestación de este servicio en el aspecto social. “Eso lo experimentaremos en otros sectores. La tecnología se ha convertido en un factor fundamental para el desarrollo de las personas, las empresas y los países”, puntualizó.
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