El Perú es reconocido como uno de los países con el mayor índice de emprendimiento en el mundo. Esto nos da una idea de la importancia que tiene para la economía la participación de las empresas, especialmente de las micro y pequeñas empresas (mypes) que, de acuerdo con cifras oficiales, representan en total más del 94% del total de unidades productivas que operan en el país.
Sin embargo, pese a su alto nivel de participación en el universo empresarial peruano, las mypes no son representativas en lo que a recaudación tributaria se refiere debido, entre otros factores, a que la gran mayoría son informales, lo que además repercute en la muy baja tasa de empleo formal que registran.
En ese sentido, el porcentaje restante de empresas conformado por las medianas y grandes son las que tienen en la formalidad su gran aliado para crecer y generar mayor empleo adecuado; sin embargo, su participación en el universo empresarial peruano es bajo, pues las grandes empresas representan solamente el 4.6% y las medianas alcanzan el 1.8%, señala informe publicado en el Suplemento Económika del Diario El Peruano.
Fomento a las medianas unidades
Para el economista país para el Perú del Banco Mundial, Antonio Cusato, es harto conocido que la economía local tiene su base en la gran cantidad de empresas pequeñas que hay en el mercado.
“Sin embargo, tenemos dos enfoques para ver esta situación: o tenemos demasiadas empresas pequeñas o tenemos muy pocas empresas medianas. El discurso del Perú está centrado en que hay demasiadas pymes y debemos ayudarlas, lo que resulta cierto, también mirar a las empresas medianas. En Estados Unidos, por ejemplo, las medinas empresas representan aproximadamente el 40% del total de empresas que hay en ese país y siguen creciendo, llegando a convertirse en grandes empresas. Eso no sucede en el Perú”, precisó.
En ese sentido, dijo, es fundamental poder enfocar las políticas públicas en el desarrollo de las medianas empresas. “Debemos ayudarlas y es justamente lo que está haciendo el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) con las medidas que viene impulsando y que buscan dinamizar a estas compañías. Estamos en la senda correcta”, aseveró.
Cusato manifestó que, en la actualidad, ya se observa que la inversión de las empresas, sin considerar aquellas que están dentro del sector minero, ha comenzado a recuperarse a partir del 2023 y el 2024.
“Estas son buenas noticias, porque si miramos la Encuesta de Expectativas del Banco Central de Reserva (BCR), encontraremos que, por ejemplo, las expectativas de los empresarios en torno al desempeño de la economía en los próximos tres meses se encuentran en el ámbito positivo y en un nivel que no se observa desde el 2019, es decir, antes de la pandemia del covid-19”, comentó.
Asimismo, agregó, si se observan las expectativas de inversión para los siguientes tres meses, se notará que se encuentran en niveles que no se observan hace 12 años. “Esto significa que estamos en un momento en donde las empresas privadas tienen una visión muy positiva de la economía y este podría ser el momento para, efectivamente, retomar el rumbo del desarrollo de la inversión privada y utilizarla como un catalizador de crecimiento económico”.
El economista país en el Perú del Banco Mundial aseveró que, justamente, el ministro de Economía y Finanzas, José Salardi, ha puesto mucho énfasis en el desarrollo de la inversión privada.
“El ministro Salardi ha anunciado una serie de medidas destinadas a impulsar las asociaciones público-privadas (APP), las inversiones mediante la modalidad obras por impuestos (OxI) y a reducir las barreras burocráticas. Ya se ha publicado un primer paquete de más de 400 medidas para agilizar la inversión y este puede ser el impulso que marque la diferencia en los siguientes años”, comentó Cusato.
Nueva generación
De acuerdo con el informe Perú, Aprovechando las Oportunidades para el Crecimiento y la Prosperidad del Banco Mundial, es el momento de ejecutar una nueva generación de medidas audaces para permitir el crecimiento de las empresas altamente productivas.
“En primer lugar, es fundamental introducir cambios en las regulaciones laborales. Los altos costos de despido de los trabajadores y la distribución obligatoria de las utilidades hacen que el costo no salarial de mantener mano de obra asalariada en Perú ascienda a alrededor del 70% del sueldo de los trabajadores formales, el tercero más alto de la región”, refiere el informe.
Al respecto, Cusato sostuvo que en el Perú hay un gran número de empresas con menos de 20 trabajadores. “Si una empresa de estas decide contratar un trabajador más, es decir, trabajar 21, tendrá que pagar una distribución de utilidades entre cinco y 10 puntos más, aparte del impuesto a la renta. Una empresa formal tiene que agregar este costo, por lo tanto, las empresas no quieren tener más de 20 trabajadores. Esto quiere decir que las empresas no crecen en tamaño y aquellas que tienen más de 20 trabajadores han venido invirtiendo menos”.
En ese sentido, el economista comentó que la aplicación de reformas en esta esfera podría permitir la diversificación. “Es necesario abordar estas regulaciones distorsivas del mercado laboral, junto con otras ineficiencias, de tal forma que se permita el crecimiento de las empresas de alta productividad.
Además, el Perú podría destinar más recursos a impulsar la incorporación de tecnología e innovación. Las empresas peruanas no solo gastan menos en innovación que sus pares latinoamericanos, sino que también son mucho menos abiertas a utilizar tecnología de otros lugares.
Perspectivas
El representante del Banco Mundial aseguró que, actualmente, hay una serie de normas que constituyen barreras para el crecimiento de las empresas, por lo que la implementación de políticas públicas debe estar orientada a remover estas barreras en lo que se refiere a una visión de largo plazo.
“Si queremos alcanzar ingresos medios altos en un periodo de 20 años, entonces hay que eliminar estas barreras y para lograrlo debemos enfocarnos en las medidas en el desarrollo de indicadores clave como educación, inversión, infraestructura, innovación, eficiencia del mercado e institucionalidad. Si mejoramos en estos ámbitos y los metemos dentro de un modelo de crecimiento económico, lo que resultaría es que la productividad y también la inversión se recuperarían mucho más rápido y saldríamos de la tendencia de crecimiento potencial de entre 2% y 2.5% para situarnos en un crecimiento cercano al 4% o 5%”, manifestó.
El ejecutivo reconoció que la coyuntura está ayudando a que la economía se encuentre por encima de los niveles promedio. “La transición nos está ayudando con factores como, por ejemplo, el precio del cobre, el cual, en términos históricos, se encuentra bastante alto y nos dará un empujón de crecimiento, pero es necesario reforzar esto porque no será para siempre”.
Añadió que, si el objetivo dentro de 20 años es llegar a ser un país de ingresos medios altos, se requiere implementar una agenda de ambiciosas reformas, fomentar un sistema educativo más eficiente y que llegue a todos. “Esas reformas son las que esperemos se sigan materializando en los próximos meses y que se concreten en un cambio positivo de la economía y que este cambio continúe en los siguientes años impulsado por los gobiernos venideros”
Productividad
Según el Banco Mundial, promover la productividad a nivel de empresa conduce a una mayor creación de empleo al incrementar la capacidad de las empresas, facilitando así la transición de los regímenes tributarios para pequeñas empresas al régimen general.
Las principales iniciativas políticas para mejorar las capacidades de las empresas y aumentar la creación de empleo incluyen el apoyo específico para investigación y desarrollo (I+D) y el establecimiento de vínculos con empresas extranjeras y círculos académicos.
Asimismo, la implementación de programas específicos de capacitación en habilidades empresariales puede mejorar las capacidades técnicas y gerenciales de los emprendedores con alto potencial.
Los programas implementados recientemente por el Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (Concytec) han promovido con éxito la innovación en las empresas, fortalecido los vínculos entre la industria y los círculos académicos, y mejorado las prácticas gerenciales en el Perú.
Datos
- En total, nueve de cada 10 empresas formales tienen menos de cinco trabajadores, y solo el 1% de las compañías tiene más de 100 trabajadores
- El Perú puede aprovechar sus ventajas competitivas en agricultura, minería y turismo, y generar efectos indirectos más allá de estos sectores.
- Si para el 2032 la participación de la fuerza laboral femenina en Perú fuera similar a la de los hombres, el PBI per cápita proyectado para el 2050 podría ser un 17.7% más alto que con las tendencias de los datos actuales.
- El 77.5% de los trabajadores en el Perú se desempeña sin un contrato legal ni beneficios sociales, según estimaciones del Banco Mundial.
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(FIN) DOP/SDD