Las situaciones de emergencia por desastres naturales también impactan en la salud mental de las familias generando desde reacciones emocionales intensas hasta casos críticos como estrés postraumático, trastorno de ansiedad, depresión y crisis psicóticas entre sus miembros.
Así lo señaló la Lic. Gissella Soria Ormachea, psicóloga del Instituto Nacional de Salud Mental, al subrayar que las víctimas de un desastre normalmente experimentan reacciones emocionales intensas en base a la experiencia vivida.
Indicó que, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), se estima que, entre la tercera parte y la mitad de la población expuesta a algún desastre, según sea su magnitud, sufre alguna manifestación psicológica.
Vulnerables
La psicóloga advirtió que las personas con diagnóstico de algún trastorno mental son altamente vulnerables porque no tiene los recursos para manejar el estrés o enfrentarse a las consecuencias que ha causado el desastre en su hogar.
“Pueden reaccionar mediante un comportamiento tenso, confundido o irritable; más aún si no ha llevado un adecuado tratamiento”, mencionó.
Asimismo, sostuvo que los niños, son otro grupo etario sensible y sus reacciones se presentan como apego excesivo a los padres, orinarse en la cama, problemas para dormir, desánimo, irritabilidad y llanto frecuente.
¿Cómo actuar para proteger la salud mental?
Después de una emergencia o desastre, el tiempo de recuperación de los sobrevivientes es variable, pueden ser días semanas o meses. “Dependerá del grado de afectación de las pérdidas que haya experimentado. Cada persona tendrá su propio proceso de recuperación, lo importante es que reciba atención de forma oportuna”, recalcó.
En ese sentido, a fin de mitigar el impacto de los desastres naturales en la salud mental y evitar que escale a afectaciones severas la especialista recomendó informarse sobre cómo podemos brindar auxilios psicológicos, esto incluye: dar apoyo a los familiares mediante la escucha responsable con mensajes empáticos, espacios de diálogo en casa permitiendo la libre expresión de lo ocurrido y de los sentimientos, pensamientos y recuerdos, siendo tolerantes y comprensivos.
Si una persona está en tratamiento médico por alguna afectación mental, la familia debe velar que no se abandone su tratamiento. Y en el caso de los niños, los padres o cuidadores deben trabajar en el vínculo seguro para recuperar la estabilidad que requiere el menor y evitar que afecte su desarrollo físico, mental y social.
Finalmente, si se conoce de alguna víctima afectada emocionalmente o que está sufriendo a causa de lo vivido en un desastre, debe buscarse ayuda profesional de especialista en salud mental, puede llamar a la Línea 113 opción 5.