Por Yvonne VásquezLa tecnología informática está presente en casi todas las actividades humanas de hoy, y su propuesta más evolucionada es, sin duda, la computación en la nube, conocida globalmente como cloud computing o, simplemente, cloud o nube. ¿Cuáles son sus ventajas en marco de la pandemia del covid-19 y tiempos de "cero contacto"?
Así, la nube, desde una mirada corporativa, es un servicio tercerizado en internet, que permite manejar en remoto todos los recursos operacionales de una organización: los tangibles e intangibles.
Ello convierte a esta tecnología en una
herramienta estratégica para todo tipo de empresas y organizaciones, especialmente ahora que, debido a la
pandemia del covid-19, se enfrentan a los desafíos de una reactivación económica asociada al trabajo remoto y la movilidad empresarial.
Lo bueno es que las corporaciones que lideran este servicio están a la altura de la demanda y son bastante familiares en nuestro país. Nos referimos a Amazon Web Services (AWS), Microsoft Azure y Google Cloud, los principales proveedores mundiales de computación en la nube, según el cuadrante de Gartner, la prestigiosa consultora en tecnologías de la información.
No solo almacenamiento de datos
Cuando hablamos de cloud computing, generalmente se piensa que es solo almacenamiento de datos. Sin embargo, este espacio invisible, que hasta parece mágico, es mucho más.
La
nube comprende servicios como cómputo, aplicaciones web, internet de las cosas, bases y análisis de datos, redes, procesamiento de voz e imágenes, seguridad, sistema de planificación de recursos empresariales,
inteligencia artificial, procesamiento de aprendizaje automático, correo electrónico, comunicaciones, colaboración remota, entre otras capacidades.
Con el trabajo remoto y descentralizado en nuestros hogares, muchos estamos usando servicios de computación en la nube, probablemente, sin darnos cuenta, como las
herramientas de trabajo colaborativo (hojas de cálculo, documentos de texto o presentaciones de trabajo)
o las videoconferencias.
El correo electrónico, es otro ejemplo común de un servicio en la nube. Este no está en nuestra computadora, no necesitamos comprar un equipo de cómputo sofisticado para procesarlo, ya que los datos, la infraestructura, el procesamiento y la aplicación son manejados por el proveedor del servicio.
Para el profesor de ingeniería informática de la PUCP, Eder Quispe Vílchez, cuando una empresa opta por operar en la nube, no solo adquiere el servidor de computación remota, sino una solución tecnológica integral, que comprende el hardware, el sistema operativo, el monitoreo de operación, el acondicionamiento, las licencias de software, el respaldo de datos, entre otros componentes.
“De esa manera, se traslada la responsabilidad de asegurar la operatividad de nuestra infraestructura tecnológica y la disponibilidad de funcionamiento de los sistemas de información a un tercero, que en este caso es la empresa que brinda el servicio cloud”, sostiene el también embajador de AWS Educate en el Perú a la Agencia Andina.
Menos costo y más posibilidades de innovar
De acuerdo a un análisis de la International Data Corporation (IDC) las empresas que migraron a la tecnología en la nube lograron ahorrar alrededor del 51% en el costo de sus operaciones.
Pero si bien el ahorro figura entre las principales ventajas para optar por esta tecnología disruptiva, hay otras razones que los empresarios también ponderan: la agilidad, que se traduce en eficiencia; además de la capacidad de ofrecer continuamente soluciones innovadoras utilizando herramientas como el aprendizaje automático y la internet de las cosas.
“Ello es posible porque el servicio en la nube es flexible y permite escalar en capacidad de procesamiento, alta disponibilidad y almacenamiento, lo cual significa respuestas más rápidas, confiables e innovadoras”, señala Eder Quispe.
Detalla como ejemplo el que una empresa requiera un mayor servicio o más capacidades para una determinada campaña o “cyber day”, donde prevé el aumento de visitantes a sus tiendas de comercio electrónico y es importante asegurar que las ventas se concreten.
“Solo con el uso de su tarjeta de crédito, podrá acceder al servicio extra de manera inmediata para atender esta demanda y, cuando haya acabado la campaña, puede volver a su servicio estándar”, asegura.
Opciones de la nube según el tipo y tamaño de la empresa
Si bien no todas las cargas de trabajo son aptas para la nube, este servicio ofrece diversos modelos, niveles, alcances y aplicaciones en función a las necesidades de cada empresa.
El primero es la Infraestructura como servicio (IaaS, por las siglas en inglés de Infrastructure as a Service), que comprende los recursos físicos del departamento de sistemas de una empresa (computadoras, servidores, redes, almacenamiento de datos).
El segundo modelo es la Plataforma como servicio (PaaS, por las iniciales de Platform as a Service) mediante el cual el proveedor no solo da la infraestructura, sino que se encarga de proporcionar y administrar la plataforma. En este caso, el usuario solo se encarga de manejar las aplicaciones que corren sobre la infraestructura.
El tercer servicio, y el más completo, es el Software como servicio (SaaS, por las iniciales de Software as a Service), donde el proveedor se encarga no solo de la plataforma sino también de las aplicaciones que corren sobre ella, como, por ejemplo, el correo electrónico.
Los principales beneficios de la computación en la nube
Para el profesor Eder Quispe un beneficio estratégico de la nube en tiempos de pandemia es que le permite a una empresa operar con “cero contacto”.
“Adquieres y mejoras capacidades sin tener que llamar a un ingeniero de sistemas o a un técnico para que vaya a tu oficina, Tampoco tienes que esperar a que lleguen repuestos desde el extranjero. Todo funciona en remoto y al instante”, manifiesta.
A este beneficio fundamental por la coyuntura, el embajador de AWS Educate suma los siguientes:
1. Agilidad y valor estratégico porque ofrece una amplia gama de tecnologías que se pueden usar para innovar y crear servicios propios mucho más rápido.
2. Flexibilidad y escalabilidad porque solo se usa y se paga lo que se necesita. Además, se puede crecer o decrecer rápidamente, no hay que esperar el envío de un tercero o una máquina, todos los recursos están casi al instante.
3. Menor costo si se tiene poco capital, no se necesita invertir en un centro de cómputo, sistemas de seguridad y ambiente, tampoco en un plan de renovación de hardware, entre otros costos que, además, se devalúan.
4. Protección del medio ambiente debido a que los clientes necesitan menos energía para sus centros de cómputo (cerca del 84% menos, según AWS).
Se anula la capacidad ociosa: de acuerdo al reporte del IDC, la posibilidad de gasto por recursos no necesarios, se reduce en un 94%.
Sobre este último punto, Quispe Vílchez precisa que con la cloud computing no se acumulan equipos que se adquirieron en un momento de mayor dinamismo en la empresa, y, en ese mismo sentido “tampoco se usa demás la energía, la internet o el hardware”.
“En la nube, lo que no se necesita, no se usa. Lo que no se usa, no se paga”, subraya el magíster en informática.
Seguridad y responsabilidad compartida
Quispe Vílchez manifiesta que son muy pocas las infracciones de seguridad en el servicio de cloud, ya que las empresas que proveen este servicio invierten cada vez más en este factor.
Detalla que cuando se brinda un servicio cloud se genera una llave única, que es un archivo con contenido cifrado, por lo que solo puede acceder a las funciones el dueño de esa llave digital.
“El factor humano es importante en este caso, tal como sucede en cualquier servicio o relación laboral”, advierte el ingeniero y añade que quien tiene la obligación de cautelar dicha llave “debe ser consciente de la responsabilidad que asume”.
El profesor de ingeniería informática asegura que la piratería en la internet se da por descuido de los usuarios, que es aprovechado por los hackers. “La nube no se responsabiliza por la ética de las personas o de sus descuidos”, agrega.
No obstante, señala que la computación en la nube garantiza la operatividad del servicio al 99.9 %.
“Salvo que haya dos terremotos en dos continentes a la vez, puede que falle el servicio” asevera al explicar que los principales servidores de la nube están en los Estados Unidos, pero tienen una réplica en otros lugares del mundo, los cuales se activan en caso se presente una adversidad.
La cloud computing en la educación
Las entidades educativas son también las llamadas a migrar hacia los servicios en la nube, a raíz de la pandemia generada por el coronavirus.
Este es el campo del profesor Eder Quispe, quien hace unas semanas recibió la acreditación de AWS como embajador Educate, credencial que comparte con un grupo de alumnos, lo cual les compromete a fomentar el uso de estos servicios en diversos centros educativos.
Para Quispe Vílchez los proveedores de la nube para temas educativos tienen la documentación pensada según el tipo y nivel educativo, ya sea para escuelas, colegios, institutos técnicos o universidades.
Las aulas virtuales de AWS, por ejemplo, dice el profesor, tienen una estructura que permite el acceso a contenidos y laboratorios, como si fuese un proyecto real, para que los alumnos se capaciten, además de facilitar el acceso a los docentes, quienes pueden supervisar el uso del aula por parte de los alumnos.
Lo interesante también de este servicio, agrega, es que “genera responsabilidad en los alumnos”, ya que el programa funciona con un sistema de crédito para usar los servicios. “Entonces, el alumno es responsable de hacer un uso racional de las aplicaciones y que estas se apaguen cuando no se estén utilizando”.
¿Es infinita la nube?
Aunque no existe una capacidad realmente infinita, la capacidad es tan grande y se incrementa con tanta rapidez que, para fines prácticos, la capacidad puede ser considerada como ilimitada.
“El límite es tu ingenio. Es como un lego. Te faltan piezas, compras más”, concluye el profesor de informática.
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(FIN) YV/ SPV
Publicado: 1/8/2020