El antiguo esplendor de Juli, conocido como la “Roma de América”, por la belleza arquitectónica de sus templos coloniales, parece que volverá a recuperar su brillo y convertirse en poco tiempo en un importante foco cultural y turístico de la región Puno.
Cinco estudiantes del programa de Historia y Gestión Cultural de la Universidad de Piura se han trasladado al distrito de Juli, capital de la provincia puneña de Chucuito, para desarrollar una ambiciosa investigación que busca revalorar la historia de un lugar al que antiguamente llegaban autoridades jesuitas para aprender aimara y quechua.
Juli es, además, el distrito en el que se escribieron algunos de los más importantes tratados sobre la evangelización de los nativos sudamericanos.
El proyecto cultural “Descripción y difusión del fondo documental ‘Libros parroquiales’ del archivo histórico de la Prelatura de Juli” es encabezado por el investigador Carlos Zegarra Moretti y avalado por el actual obispo de Juli, monseñor Ciro Quispe López. Además, cuenta con la participación de los estudiantes del programa de Historia y Gestión Cultural de la UDEP, María Elena Ruesta, Diego Chahua León, Gabriel Cruz Cielo y Estephani Dioses Ortiz.
"Este es un primer paso para poder identificar y transmitir valores patrimoniales a diferentes poblaciones. Conocer quiénes fueron los jesuitas que estuvieron aquí y cuál fue su labor cultural y pastoral. Al ser tan importantes para la identidad del distrito, el archivo se muestra como una memoria de esa identidad", explicó Carlos Zegarra.
Según Zegarra, el proyecto puede ofrecer un guión histórico que alimente futuros espacios culturales y turísticos a cargo de la prelatura, que se sumarían a los ya conocidos y visitados lago Titicaca, iglesia Nuestra Señora de la Asunción, entre otros.
“Esta investigación se centra principalmente en un bien cultural poco atendido por las personas responsables de la dinamización cultural: los archivos históricos. A diferencia de un templo virreinal o una huaca prehispánica, un archivo suele ser visto como un lugar de investigación para estudiosos y no como un atractivo turístico y consideramos que es momento de que lo sea”, agregó Zegarra.
Este proyecto cultural ha recibido el apoyo del Programa Iberarchivos, y tiene programado culminar en abril de este año.
La joya de Puno
Juli es una ciudad fundada durante la colonia por los Dominicos. Su objetivo fue establecer en dicho lugar templos religiosos creados con la meta de preparara a misiones en su labor evangelizadora en el sur de América. La fuerte presencia religiosa la convirtió en una ciudad de gran fervor católico.
Entre los atractivos turísticos de Juli priman sus iglesias, como el templo de Santo Tomás de Aquino, que es el más grande de la ciudad y en la actualidad es conocido como la catedral de San Pedro Mártir. También se encuentra el templo de San Pedro Mártir, que fue construida en 1565. Se construyó con piedra granito blanco, en forma de Cruz Latina. En su interior atesora arte nativo aimara y pinturas de diversas escuelas.
Otro templo es la Basílica menor de San Pedro, construida en piedra de granito blanco; el templo museo San Juan Bautista de Letrán, construida a comienzo del siglo XVII, por orden de los padres dominicos, y concluida por los jesuitas, a mediados del siglo XVI; el templo museo Nuestra Señora de la Asunción, edificada en el siglo XVI; el templo Santa Cruz de Jerusalén. Un rayo la destruyó en 1914 y los restos muestran su grandiosidad.
Otros atractivos de Juli son su célebres arcos, entre ellos se encuentran: Arcopata, fue construida a fines del siglo XVI en piedra labrada y engarzada con cal, en su parte superior luce un triángulo de cornisas llevando en el medio y tallado en alto relieve el escudo de la Orden de Jesús; los arcos del templo de Santa Cruz de Jerusalén, están construidos sobre dos pilares de piedra granito que sostienen en la parte superior un triángulo con el escudo de la Orden de Jesús.
También, el arco de la Asunción: construido de piedra tallada en alto relieve, está decorada con flores silvestres de cinco pétalos que suben hasta la cornisa, en su parte superior se ve a ambos lados dos ángeles indios que tocan las trompetas del juicio final. Se ubica en la entrada al atrio de la iglesia Museo Nuestra Señora de la Asunción.
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(FIN) NDP/MAO
Publicado: 5/4/2019