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Juan Gargurevich: el cronicante memorioso

ANDINA/Carla Patiño Ramírez

ANDINA/Carla Patiño Ramírez

06:30 | Lima, feb. 18.

Por José Vadillo

El destacado periodista y profesor universitario Juan Gargurevich Regal habla del oficio y su nuevo libro, El juez de Uchuraccay y otras historias.

Cuando Juan Gargurevich (Mollendo, 1934) ve la televisión, pasa lista como quien va a tomar un control de lectura. Con código y firma. Porque la mayoría de los rostros de los telenoticiarios han sido sus alumnos en San Marcos o la Católica.

En 1972 ya era un veterano de las redacciones, sabía de fundaciones y cierres de revistas, cuando empezó a combinar el vehemente periodismo con la enseñanza en la UNMSM.

–El periodismo es una pasión y una pulsión. Yo elegí ser periodista cuando era más rentable ser abogado o poner una tienda de empanadas. Es una vocación que no se abandona nunca.

¿Don Juan, una cerveza?


Fue abducido por el periodismo en 1954. Entró a La Crónica. En medio de ese mare nostrum de autodidactas del oficio, Gargurevich era la excepción a la regla: era genéticamente abstemio.

–Los periodistas se siguen reuniendo, siguen bebiendo. Eso no ha cambiado nunca ni cambiará.

Del policial a Cucú Press


Años cincuenta del siglo XX, cuando los periódicos se solazaban de su sección Policial. Entre volutas de cigarrillos y el teclear afiebrado de las máquinas de escribir, el jefe y sus redactores expertos sacaban brío a las historias. Las más espeluznantes se contarían a página completa.

–Con el paso de los años esa sección desapareció. Fue incorporada a la cotidianeidad. El propio Mario Vargas Llosa trabajó en ellas, que se manejaban muy bien en los periódicos de la tarde: La Crónica, El Comercio y La Prensa y, en los sesenta, Extra. Era otra forma de hacer periodismo y otra lectoría.

Un periodista emblemático de ese redil, que inspiró a MVLL uno de los personajes de Conversación en la catedral, fue Carlos Ney Barrionuevo.

“Yo soy periodista de tinta y papel, y ahora de computadora”, se define don Juan.

Curioso innato, Gargurevich empezó en 1983 a trabajar con computadoras para comunicarse, vía módem, con el resto del mundo. A inicios del siglo XXI, fundó la agencia Cucú Press, “cuando comenzaba el mundo de los blogs”. Y Cucú Press sigue en pie.

El deber de contar


El profesor hace una pausa en sus caminatas mañaneras, a la lectura diaria de tres periódicos, para hablar de su nuevo libro, El juez de Uchuraccay y otras historias (2020). Son 11 crónicas dedicadas al segundo grupo de historias periodísticas: “Las que según el cronicante merecían ser contadas para que se conocieran”.

Por ejemplo, una está dedicada a lo que significó en 1975 la designación del retablista ayacuchano Joaquín López Antay como Premio Nacional de Cultura en la categoría Arte. La noticia cayó como un meteorito y dividió a los artistas en dos bandos. Fue una guerra que duró varios meses en radio, TV y prensa.

Nuestro gremio también supo de “inmersión”; con sus Capotes, sus Hunters. Rememora don Juan a aquellos periodistas que se disfrazaron para describir los submundos. Uno se vistió de menticante del Centro (Isaac Felipe Montoro, en 1961), otro de orate (José María Salcedo, 1984) y una tercera, de prostituta en la avenida Arequipa (Consuelo Chirre, 1992).

Y la crónica que da título al libro se centra en la figura del juez Hermenegildo Ventura Huayhua, quien hizo pasar incómodos momentos a la comisión Vargas Llosa, que investigaba la muerte de los ocho periodistas en Uchuraccay, en las alturas de Ayacucho.

–Ya se sabe quiénes fueron, dónde fue y cómo los mataron. Lo que no se conoce todavía son los archivos militares. Ahí se sabría la presunta verdad. Nada más.

–¿En qué momento llega el periodismo peruano al bicentenario?


–A tropezones. Pero el periodismo de ahora es mejor. Los periodistas cuentan con mayores recursos para dilucidar responsabilidades. El buen periodismo es así. Y ahora se estudia la carrera. Siempre digo que el periodismo no es como se enseña en la universidad, es distinto a como es en verdad.

Los periódicos están cambiando su estilo –me dice con esa voz afable de quien no te jalará en su curso– porque hoy compiten con la TV y las redes sociales, añade. El periodismo siempre se practica según los contextos y los lectores. Y la pandemia está configurando un periodismo diferente.

Juan Gargurevich ha trabajado en La Crónica, Sur de Tacna, Correo, Expreso, Extra y La Voz, entre otros. Entre sus libros más reconocidos están Historia de la prensa peruana y Mario Vargas Llosa. Reportero a los 15 años. Este último con dos ediciones.

La PUCP publicará este año su libro sobre la historia de los medios expropiados por el gobierno de Juan Velasco Alvarado.

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Publicado: 18/2/2021