El gobierno italiano ha declarado la guerra a la sociedad que gestionaba la autopista del puente que se derrumbó el martes en Génova, matando a decenas de personas.
Este jueves en el lugar de la tragedia, las grúas y las excavadoras seguían quitando escombros. "Seguimos buscando huecos de los que pueda salir gente, viva o no", declaró Emanuele Gissi, un responsable de los bomberos.
Durante el día, algunos de los 630 habitantes de los edificios evacuados fueron a recoger pertenencias a sus casas, escoltados por los bomberos. Esas viviendas, situadas debajo del puente, fueron desalojadas hasta nuevo aviso.
"Nos han enviado al hotel diciéndonos que podríamos volver a casa en una semana, luego nos han dicho que seguiremos allí hasta noviembre", dijo a la AFP uno de esos evacuados, Majid Alaui, que vive en una habitación con su mujer y su hija de cuatro años.
El mismo establecimiento acoge también a familiares de víctimas, que han acudido a reconocer los cadáveres y participar en los funerales.
En el lugar del desplome, el trabajo de búsqueda "es peligroso porque los escombros son inestables", y también lo es la parte del puente aún de pie, explicó Emanuele Gissi.
"Lo que sí es cierto es que quienes están buscando nos dicen que hay aún otras personas ahí abajo", dijo Matteo Salvini, el ministro del Interior y líder de la ultraderechista Liga.
- Partidos de fútbol aplazados -
El país observará el sábado una jornada de duelo nacional, con motivo de los solemnes funerales en la Feria de Génova.
Y respecto a la nueva temporada de la liga italiana de fútbol, que comenzará este fin de semana, se ha decidido aplazar los encuentros previstos el domingo de los dos equipos de Génova, la Sampdoria y el Genoa. En los demás partidos, los jugadores llevarán un brazalete negro.
En Italia crecía el enfado a propósito de la catástrofe y de los fallos estructurales del puente Morandi, construido en la década de los sesenta, que se vino abajo provocando la caída de bloques de cemento, coches y camiones.
El gobierno anunció su intención de revocar el contrato de concesión de la firma Autostrade en el tramo donde se halla el puente derrumbado. Varios ministros han exigido incluso que sean revisadas todas sus concesiones.
La compañía aseguró además que trabaja "con ahínco" en la reconstrucción del puente, una obra que debería terminarse "en cinco meses".
Atlantia criticó el hecho de que el gobierno hiciera anuncios "en ausencia de cualquier certidumbre sobre las causas efectivas" de lo ocurrido, y avisó que la revocación de sus concesiones podría costarle importantes indemnizaciones al Estado. Según varios medios italianos, el Estado podría verse obligado a pagar miles de millones de euros de compensación.
Las declaraciones de Atlantia no impidieron el desplome de su acción en la bolsa de Milán, donde cayó este jueves en un 22%.
- Gratuidad para las ambulancias -
A raíz de duras críticas del gobierno, Autostrade indicó por la tarde que las ambulancias dejarían de pagar los peajes en los cerca de 6.000 kilómetros de autopista que gestiona en Italia.
"Si fuera un dirigente de Autostrade per l'Italia, habría suspendido algunos peajes, pero en la hora siguiente" al drama, se había indignado Salvini horas antes.
El gobierno italiano también encontró otro culpable del drama: la Unión Europea y su política de austeridad acusada de impedir las inversiones.
"Las inversiones que salvan vidas, empleos y el derecho a la salud no deben ser objeto de cálculos rígidos y reglas impuestas por Europa", declaró Salvini.
La Comisión Europea aseguró que había animado a Italia a invertir en sus infraestructuras y recordó que los Estados miembros tienen libertad para "fijar prioridades políticas específicas, por ejemplo, el desarrollo y el mantenimiento de las infraestructuras".
(FIN) AFP/MAE
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Publicado: 16/8/2018