Por Sofía PichihuaEl transporte público se convirtió en un foco de infección de covid-19 y, a la fecha, se mantienen las medidas más estrictas para reducir al máximo el riesgo de contagio. Para contribuir con este propósito, un equipo de investigadores de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) formuló pinturas que puedan ser utilizadas en unidades de transporte urbano y ha comprobado que estos pigmentos inhiben virus y bacterias que son más resistentes al SARS-CoV-2.
Desde el inicio de la
pandemia del covid-19, se realizaron campañas de
detección del nuevo coronavirus en las estaciones de transporte público, incluyendo los terminales del Metro de Lima y Metropolitano.
Ante el
hallazgo de casos positivos se endurecieron las medidas por lo que los pasajeros deben portar doble mascarilla, protector facial de manera opcional, y desde el 10 diciembre también será obligatorio tener las
dos dosis de la vacuna contra el covid-19.
Además, los choferes y cobradores de todo servicio de
transporte público, así como los conductores que brindan servicios de delivery solo podrán operar si acreditan su dosis completa de vacunación.
Para reforzar las acciones que buscan frenar los contagios, los investigadores de la PUCP se propusieron
fabricar pinturas a base de taninos hidrolizables y cobre que podrían ser aplicadas como un
recubrimiento sobre pasamanos, estribos y otros elementos del interior de las unidades de transporte urbano.
El Dr. Santiago Flores, coordinador académico del Instituto de Corrosión y Protección de la PUCP, explicó a la Agencia Andina que la investigación concluida ha permitido comprobar que "las pinturas formuladas tienen el potencial para afectar la estabilidad del virus SARS-Cov-2 y reducir su tiempo de permanencia sobre superficies contaminadas".
¿Cómo se obtuvieron las pinturas anticovid-19?
La investigación, que recibió cofinanciamiento por el programa Prociencia del Concytec, empezó con la producción de dos tipos de tanato de cobre, usando como materia prima el polvo de tara (fuente de taninos hidrolizables) y sulfato de cobre de grado industrial (IND) y analítico (PA).
En el laboratorio se formularon 13 tipos de pinturas en tres colores principales (blanco, azul y amarillo/verde) que integraban estos componentes, además de otros como dióxido de titanio, tanatos de cobre y zinc, además de una fórmula en base únicamente al polvo de tara.
Antonella Hadzich, miembro del equipo y profesora del Departamento de Ingeniería de la PUCP, señaló que las pinturas antimicrobianas usaron pigmentos funcionales en diferentes concentraciones. Para las pinturas de color amarillo se usó una concentración de 4% y 10%, mientras que las de color azul fue de 5% y 10%.
"El amarillo es un color característico de los elementos que se encuentran dentro de los buses de transporte público. Pero por el color marrón oscuro del tanato de cobre, al final hemos obtenido una pintura un poco más verdosa. El azul (fue el otro color elegido) porque las pinturas contienen ftalocianina de cobre", indicó Hadzich.
Las pinturas -de bajo costo por su materia prima- fueron formuladas con pigmentos (entre ellos el tanato de cobre), resina acrílica, solventes y aditivos. Luego fueron aplicadas sobre probetas de acero inoxidable 304.
Además de los pigmentos, se aplicó la resina usada para la preparación de las pinturas por lo que se espolvoreó tanato de cobre fino directamente a otras probetas para sumarlas a las pruebas.
Para confirmar sus propiedades antimicrobianas y antivirales, las placas de acero inoxidable fueron analizadas en el Laboratorio de Microbiología Experimental de la Universidad Privada Cayetano Heredia (UPCH).
Los investigadores expusieron las placas pintadas durante diversos periodos de tiempo a cinco microorganismos con diferente rango de resistencia: la bacteria Bacillus thuringiensis Subsp. israelensis, que está constituido por esporas y son resistentes a la radiación ultravioleta y a los tratamientos antisépticos; la candida spp., un hongo más conocido como levadura; el bacilo Escherichia coli, que habita en el tracto gastrointestinal; la bacteria Staphylococcus aureus, presente en la piel o la nariz; y el Bacteriofago, un virus que infecta a otras bacterias, y se encuentra sobre todo en suelos y aguas.
"Si podíamos confirmar que nuestras pinturas podrían inhibir el crecimiento de algunos microorganismos, estaríamos confirmando que potencialmente inhiben la permanencia y desarrollo del virus SARS-CoV-2", sostuvo el Dr. Flores.
Para las dos bacterias, el tiempo de exposición fue de diez minutos, mientras que para el virus, 20 minutos; y para las esporas y candida spp., de 24 horas.
Los primeros ensayos se realizaron con las 13 pinturas. En las pruebas de exposición se pudo comprobar rápidamente que las pinturas con tanato de cobre tenían un efecto inhibidor, por lo que afectan la permanencia de las bacterias y virus.
Las pinturas seleccionadas para las siguientes pruebas fueron las amarillas/verdes, además de los pigmentos con otros componentes. "Solo nos quedamos con las pinturas hechas con tanato de cobre industrial y analítico, las pinturas basadas en fuentes de taninos condensados y el polvo de tanato de cobre", refirió.
Los resultados fueron alentadores en cuatro de cinco microorganismos. El tanato de cobre (TCu) reduce entre 99,4 y 100% las UFC (unidades formadoras de colonias) de candida spp, bacterio-fago, bacterias Escherichia coli y Staphylococus aureus. Las pinturas formuladas con TCu-PA con concentraciones de 4% y 10 % tienen la capacidad de reducir entre 60 y 100% la formación de colonias de estas bacterias y virus; mientras que los pigmentos con taninos condensados alcanzan este propósito entre el 44% y 100%.
Por otro lado, las esporas resultaron las más resistentes, por lo que la inhibición lograda fue menor al 30%. Para ello, el equipo de investigación recomendó realizar nuevas pruebas durante un mayor tiempo de exposición (48 horas).
Pruebas necesarias con SARS-CoV-2
El Dr. Flores precisó que no se expuso las pinturas fabricadas directamente al virus que causa el covid-19 debido a que la normativa vigente exige que las pruebas se realicen en laboratorios de bioseguridad de alto nivel al cual no tienen acceso. Es por ello que esperan que se pueda ampliar la investigación en los próximos meses en alianza con el Instituto Nacional de Salud (INS), la única institución con esta infraestructura en nuestro país.
"Estamos a la espera de una convocatoria de Prociencia (antes Fondecyt) para llevar a cabo el desarrollo tecnológico e innovación desde su actual grado de maduración tecnológica a un estado final que permita comercializarlo", sostuvo.
De esta manera, se realizarían pilotos para pruebas en unidades de transporte público en Lima. Con un nuevo financiamiento también se podría concluir el paquete tecnológico para iniciar el registro de las fórmulas fabricadas.
El equipo también estuvo integrado por la Dra. Mariana Leguía, directora del Laboratorio de Genómica de la PUCP.
Cabe recordar que, este año, el INS realizó el estudio “Presencia del SARS-CoV-2 en superficies de alimentos y otras superficies de espacios públicos en distritos de Lima Metropolitana”, en el que se analizaron 960 superficies de alimentos y 1095 superficies inertes (incluyendo cajeros automáticos y unidades de transporte público).
La investigación reveló que
no había presencia del nuevo coronavirus en los alimentos analizados y, en el caso de superficies inertes, se halló
carga viral baja en el 1.4% de las muestras recolectadas.
También recomendaron desarrollar
nuevos estudios en periodos de alto contagio, y teniendo en cuenta las nuevas variantes que circulan en el país. Asimismo, recordaron que estas primeras conclusiones no representan un argumento para reducir las
medidas preventivas como el lavado de manos.
Tecnología para reducir contagios en buses
La Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU) inició el uso de dispositivos tecnológicos en noviembre para la
medición de CO2 dentro de los vehículos de transporte público, a fin de evaluar la ventilación en las unidades y evitar la propagación del covid-19 entre los 11 millones de limeños y chalacos que usan este sistema de movilización.
Para reducir el contacto entre los cobradores y viajeros, ya son cinco empresas de transporte público que han implementado el
pago de pasaje con códigos QR en Lima.
A inicios del año, el Ministerio de Transportes repartió más de 5.4 millones de escudos faciales a 141 municipalidades provinciales para que sean repartidas a los pasajeros. Los protectores faciales han contribuido en el cuidado de la población y se pueden
fabricar a bajo costo con impresión 3D.
Publicado: 2/12/2021