09:26 | La Libertad, ago. 22.
Por Fidel Gutiérrez MendozaUna edificación prehispánica que habría oficiado como residencia de personajes de élite, es el nuevo hallazgo dentro del complejo monumental Licapa II, del sitio arqueológico Moche, en La Libertad.
“Podemos hablar de un pequeño palacio de una élite local, que controlaba la economía y la política de la zona”, dijo a la Agencia Andina Henry Tantaleán, codirector del Programa Arqueológico Chicama, de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
El arqueólogo precisó que la edificación tiene aproximadamente 1400 años, conclusión a la que se llegó luego de que exámenes preliminares con radiocarbono 14 determinaran que datarían de entre los años 600 y 700 después de Cristo.
En ese sentido, se trata de una muestra arquitectónica de lo que en el ámbito de la arqueología y la historia se denomina Periodo Moche Tardío, explicó.
“Esta etapa histórica del Licapa está muy vinculada a las influencias e interacciones multirregionales de lo que se conoce como el Horizonte Medio, en el cual el Imperio Wari fue uno de los principales actores”, detalló el especialista.

Trabajo prolongado
Refirió que a mediados del año pasado las excavaciones realizadas en este lugar arrojaron los primeros indicios sobre la existencia de una edificación que, por sus características, podría haber sido “una residencia de élite”.
“Este año hemos podido conformar lo que habíamos hipotetizado”, manifestó, señalando que las características de la estructura encontrada, la manera en que está construida y los colores de los que está dotada, la distinguen de otros recintos hallados en el lugar.
Tantaleán indicó que se ha encontrado en esta suerte de mansión o palacio una zona separada -a través de una muralla de entre un metro y metro y medio de alto- de las áreas utilizadas para la artesanía y para labores domésticas.
Tras esa separación hay lo que calificó como “una residencia de elite” integrada por cinco espacios construidos con adobe. La parte exterior está pintada de color amarillo, añadió.
“Estamos hablando de la posible residencia del curaca o de la gente que dirigía este sitio”, indicó el arqueólogo. El edificio en sí mismo “es evidencia de que había un elite que controlaba política y económicamente a las comunidades”, añadió.

Esto se desprende de la ubicación cercana de áreas para artesanos alfareros y metalúrgicos, por ejemplo, y también en el control de redes comerciales, indicó.
Objetos encontrados
En cuanto a los restos de cerámica encontrados en el lugar, el arqueólogo indicó que no se trata de piezas corrientes, sino “de gran calidad, muy decoradas con iconografía especial” típica de la cultura moche, con escenas de peleas de guerreros, por ejemplo, como se refleja en las vasijas halladas.

Estas -añadió- “no solo se utilizaban en los entierros sino también en la vida diaria de la élite”.
Licapa II se ubica en el valle de Chicama, del departamento de La Libertad. Se estima que su apogeo como centro poblado en la época prehispánica sucedió al vivido en la zona conocida actualmente como El Brujo, ubicado en el distrito de Magdalena de Cao, de la provincia liberteña de Ascope.
En Licapa, a tenor de los hallazgos realizados en el sitio arqueológico, también llegaron personas, especies animales y objetos provenientes de otros puntos de lo que hoy es territorio peruano y de países vecinos.
Al respecto, Tantaleán indicó que se han encontrado en el lugar y que podrían haber sido llevados como ofrendas o tributos para los residentes en el lugar, denotándose de esta manera su condición de miembros de una élite.

Entre estos se encuentran monos capuchinos, que habitan en la amazonia; camélidos, que son oriundos de la región andina, así como aves del litoral, refirió.
En lo que respecta a otros objetos encontrados, indicó que se ha hallado piezas de cerámica proveniente de Cajamarca, fragmentos de piezas textiles, y desechos de comida.

En cuanto a esto último señaló que la presencia de lúcuma y otras frutas, así como de huesos de animales comestibles, indica que la gente que allí residía tenía un alimentación especial.
Protección especial
Reveló asimismo que, para develar la estructura encontrada, los arqueólogos debieron retirar una capa de más de un metro de alto, formada por adobes.

Cada capa o nivel estaba conformada por aproximadamente 200 adobes, totalizando cerca de mil de estos, y su colocación se produjo cuando los residentes del edificio se retiraron de este.
“Este gran esfuerzo por cubrir esta residencia es un signo e indicador de su importancia y del respeto que se le tenía”, indicó. “No tenemos otra explicación”, señaló, refiriendo asimismo que esa protección ha favorecido la conservación del recinto.
Actualmente, el Programa Arqueológico Chicama continúa con los trabajos de excavación e investigación del hallazgo mencionado.
Al momento de escribir esta nota, continúan encontrándose fragmentos de cerámica, con formas diversas, como por ejemplo de camélidos andinos, como la llama.

Tantaleán señaló además que el Programa Arqueológico Chicama -que codirigen él y Carito Tavera- también tiene como miembro principal a Charles Stanish, doctor en arqueología de la Universidad de South Florida, entidad que, a su vez, financia esta investigación.
(FIN) FGM
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Publicado: 21/8/2025