Andina

Gerardo Manuel: No me gusta la fama

Gerardo Manuel. Caricatura: Tito Piqué

Gerardo Manuel. Caricatura: Tito Piqué

15:03 | Lima, jun. 20 (ANDINA).

Por Susana Mendoza

Gran lector, conversador, músico y tímido para sorpresa de muchos. Esta es una confesión de parte. El artista tiene su radio por Internet: www.discoclubradio.com, que funciona las 24 horas del día.
Es sobrino de un escritor importante, ¿le gusta leer?
-He sido fanático de H. G. Wells, por ejemplo. Me agrada mucho leer. Mi mamá me contaba cuentos, Alicia en el País de las Maravillas, Pinocho, uno de ellos.

¿Cuando escuchó el cuento de Pinocho le dio pena?
-Si, y tenía siempre la idea de que la nariz me iba a crecer después de cada mentirita. Rescaté de él el hecho de decir siempre la verdad. Así he regido mi vida. Nunca digo mentiras por más que duela porque uno se vuelve prisionero de su propia mentira.

¿Cuál es la verdad más terrible que ha dicho?
-(Silencio largo)…. ¡Cuál puede ser!.....

O que le haya cambiado la vida…
-Uhmm… “Okey hasta aquí no más.” Esa…

Terminar una relación…
-Sí.

¿Sin explicar una razón?
-Si, tranquilo.

¿No se la pidieron?
-No.

¿Fue duro decir “Hasta aquí no más”?
-Si.

Aguantó mucho…
-Bastante.

¿Cambio su vida para siempre?
-Si… casi al término de perderla por la depresión que me vino.

¿Era un hombre mayor o joven?
-Hace muy poco… y fue una sorpresa para mí decirlo, pensé que nunca lo lograría. Fue como una pepa que tenía atragantada. Y ahora que lo hablo, recuerdo la pena que representa para mí y el dolor de no haberlo generado yo.

¿Qué verdad lo ha hecho feliz?
-La verdad, siempre lo hace a uno feliz.

¿Es un hombre libre?
-Afortunadamente si, es mi naturaleza.

¿Qué esta recordando ahorita?
-Yo tenía 13 años y tocaba saxofón, y mi padre se oponía a que fuera músico. Desde los 9 años lo tocaba maravillosamente bien, y era el benjamín de mi banda, el grupo de jazz del colegio que se llamaba Los Doltons. En el colegio comenzamos (Ica) y cuando vine a Lima a estudiar formé Los Doltons de acá.

¿O sea usted creo el grupo Los Doltons?
-Si, y el único que no estaba era César Ichikawa, que fue el que ingresó como cantante cuando pasé a los Shain’s. El nombre lo copié de un sello de disco que era el Dolton Record. Esa es la verdadera historia.

Usted es memorioso.
-Mi otro nombre es elefante. Y cuando pasan los años, uno es más memorioso, uno hace como un repaso en la historia.

¿Por qué no se dedicó a la historia?
-Porque la música me ganó. Siempre fui fanático, me gustan todos los géneros pero que estén bien hechos. Me encanta la Sonora Matancera, Pérez Prado. Cuando lo escuché por primera vez, sabía que iba a llegar alto.

¿Le gusta bailar también?
-Siempre he sido bailarín. Me encantaba seguir los pasos de Tintán, Cantinflas y Resortes, los cómicos mexicanos.

¿Le gusta el deporte?
-El footing sobre todo. También la bicicleta. Tengo una Kent con ocho cambios. Este deporte me ayudó muchísimo a enfrentar el derrame cerebral que tuve el 21 de diciembre de 2009. Nadie se enteró. El doctor me dio dos semanas de vida. Vi la famosa lucecita blanca al final del túnel. La vi en mi sueño.

¿Es un hombre humilde?
-Soy chupado. No me gusta la fama. Tan es así que no busqué hacer noticia con el derrame cerebral que tuve.

¿Se deja querer?
-No. En mi cumpleaños por ejemplo me desaparezco. Siempre he sido una especie de ermitaño. He sido hijo único, pues. Uno se queda con sus amigos ficticios.

Jugaba solo…
-Tenía un montón de personajes. Mi primer artículo para la revista “Reflejos” del colegio fue de ciencia ficción, sobre una supuesta invasión extraterrestre a Ica. Ellos salían de la laguna del cerro Saraja. Mi seudónimo era Reg Zajor (Gerardo Rojas al revés).

Cuando vino Paul McCartney se sentó a su lado, me imagino…
-Le amarré los zapatos… (risas)… No, estuve en la tribuna…

¿Qué sintió?
-Hasta ahora no lo puedo explicar, para mi fue un “Transporter”, igualito que Viaje a las Estrellas, mismo Vulcano. Me transporté. Lloré todo el show. Para mi fue una experiencia inolvidable. Fue “EL” concierto. Vi a un ser humano en toda su grandiosidad en un escenario. Dejó de ser el ídolo, de lo que significaba para mí para convertirse en un “pata” del barrio. Vi un ejemplo de lo que debe ser un artista como él.

¿En qué lo notó?
-En su puesta en escena, entrega al público, su sencillez.

¿Y qué pasaba por su mente mientras lloraba?
-Toda mi vida. Mi primer disco de los Beatles que me compré: Please please me. El recuerdo de mi querida tía María Ayarza de Chiarella, mi tía abuela con quien lo escuché en un antiguo tocadiscos Philips.

¿Con quién se identifica más con Paul o John?
-Yo diría ahora, que Paul porque lo vi y está vivo. John murió chiquillo.

Le voy a hacer una clásica pregunta: ¿Tiene un ícono rockero?
-Ícono no es la palabra. Diría, mis patas, a los que he hablado cada vez que terminaba de oír una de sus canciones: “compadre que buen tema”. Ellos son: Elvis Presley, Jimmy Hendrix y Robert Plant, el cantante de Led Zeppelin.

¿Existe un tipo de música que oiga en secreto porque le avergüenza que le agrade?
-¿Vergüenza? Nunca he sentido vergüenza porque me guste un tipo de música…

¿Le gusta la cumbia?
-Uhmm… me pone en aprietos. Esteee… Yo le encuentro un esquema musical muy monótono, no tiene trascendencia, no sale de lo mismo. Es muy limitado.

¿Soporta a una persona que cante desentonado?
-No. De frente le digo, hermanito, mejor maneja tranvía (risas). Y eso abunda desgraciadamente. ¡Hay cada esperpento que se mete a cantar!

¿Y la que baila fuera de ritmo, le da pena?
-No, no le digo nada, justamente porque me parece penoso.

Son entusiastas, ¿usted es entusiasta?
-Soy de hechos. El entusiasta no llega a nada. Yo si llego, y me gusta morir en el intento.

(FIN) Variedades


Publicado: 20/6/2011