Cuando en el Vaticano se anunció que el cardenal Robert Prevost había sido elegido como nuevo papa, en Chiclayo, en el norte peruano, resonaron las campanas y la población estalló en felicidad porque el santo padre es muy querido en la ciudad norteña no solo por haber sido su obispo, sino también por el vínculo cercano que mantuvo con la comunidad, especialmente con los jóvenes. Para David Santos, un joven becario de 17 años, la emoción es aún más especial: él fue acólito del ahora sumo pontífice.
David siempre se ha esforzado por salir adelante, y este 2025 ganó la Beca 18 del Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec) del Ministerio de Educación, para estudiar la carrera de Medicina Humana. En su historia también resalta su compromiso con la Iglesia: entre 2018 y 2020 fue acólito en la parroquia Señor de los Milagros de Chiclayo, capital de Lambayeque.
Gracias a ese rol, tuvo la oportunidad de acompañar misas presididas por Robert Prevost, entonces obispo de la diócesis de Chiclayo.
"Es como ayudar a Dios"
Hay una eucaristía que David guarda con especial cariño y que incluso quedó registrada en una fotografía: el 1 de marzo de 2020, cuando no solo sirvió la misa, sino que también sostuvo el báculo episcopal del ahora sumo pontífice.
“Pude sostener el báculo, que es pesado”, recuerda sobre este símbolo de autoridad, que representa su poder pastoral. “Ser acólito es muy bonito, porque es como ayudar a Dios, mediante una persona”, reflexiona.
Describe al ahora sumo pontífice como una persona “sincera y bondadosa”, que se acercaba a conversar con todos. “Me transmitía solidaridad y bondad”, añadió.
“El papa es peruano y es chiclayano”
David afirma con convicción: “El papa es peruano y es chiclayano. Es una inmensa alegría para todos nosotros. Aquí, en Chiclayo, todos hemos sido parte de su camino hacia el papado. Muchos chiclayanos creyentes han escuchado sus misas, han hecho la comunión con él, han podido hablarle. Es una alegría indescriptible”.
Para el joven becario, Robert Prevost es muy especial porque fue él quien, como obispo de Chiclayo, le dio el sacramento de la confirmación en 2023. “La confirmación la hacen generalmente los sacerdotes, pero a mí me la hizo el obispo Prevost”, narró.
David recibió la noticia de la elección del nuevo papa junto a su abuela, Angélica Carbonell, con quien se fundió en un abrazo lleno de emoción. “Lloramos de una felicidad inexplicable. Creo que es un mensaje para que todos nos acerquemos más a Dios, porque podemos ver cómo una persona fiel a Cristo puede llegar a ser tan cercana a Él”, expresó.
Considera también que este acontecimiento tiene un mensaje especial para su vida: “Es como un designio de Dios, para que siga adelante, que siga siendo un buen estudiante, un buen hijo, una buena persona”.
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