En el Día Internacional de la Mujer, el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) reafirma que continúa siendo un desafío lograr cambios culturales que modifiquen la relación entre hombres y mujeres.
-En primer lugar, porque está con vida y porque, a diferencia de décadas atrás, el Estado ofrece servicios que la pueden ayudar a superar barreras que la afectan todavía, como la violencia, la pobreza, el despido laboral. Hoy existe una agenda comprometida con la reducción de brechas entre mujeres y hombres, aunque la libertad para elegir y tomar decisiones continúa siendo un desafío, sobre todo para aquellas que viven en zonas rurales.
-Usted es servidora pública de carrera, trabaja en el Mimp desde la década de 1990, ¿qué política pública transformó la vida de esta generación de mujeres?
-El hito de este joven ministerio, que se creó luego de la Cuarta Conferencia Internacional de la Mujer en 1995, en Beijing, es haber logrado la aprobación de una normativa para erradicar la violencia contra la mujer, desde la primera ley hasta la actual, la Ley 30364.
Antes era normal, por ejemplo, que un policía indujera a una mujer a tolerar la violencia, ahora eso es un delito y pueden suspenderlo.
-¿Cree que el machismo genera problemas de salud mental al interior de las familias?
-Creo que tenemos que empezar a cambiar esas creencias heredadas como absolutas, de generación en generación, son irracionales. El machismo es un problema sociocultural en el Perú, con el machismo perdemos todos, pero ya existen hombres diferentes, que crían a sus hijos con libertad y sin prejuicios, y mujeres que toman decisiones para cambiar sus vidas.
-Para que se extienda estas prácticas, entonces, la inversión en prevención es urgente…
-Desde el programa Aurora desarrollamos estrategias preventivas en algunos distritos del país, una de ellas, por ejemplo, está dirigida a las adolescentes, para que fortalezcan sus habilidades sociales, sus recursos psicológicos, sepan quiénes son, afirmen su valía personal, su autoconcepto y se alejen de esa idea de que el control de su pareja es amor. También prevé un emprendimiento económico que busca su autonomía.
-En la población adolescente existe el grupo de las desaparecidas o las que huyen de sus hogares. ¿Qué hace el Mimp por ellas?
-Es necesario repensar los roles que cumplen las madres y los padres dentro de las familias ante tantas dificultades que se presentan.
Como sociedad hemos colocado sobre los hombros de las mujeres toda la carga del hogar, y no cuestionamos el papel de aquellos progenitores que lo abandonan con mucha facilidad, pues tienen hijos con diferentes parejas e incumplen con sus obligaciones. Es inaudito que una mujer tenga que llegar a un juicio por alimentos, y que esta sea la principal carga del Poder Judicial.
-Entonces el Mimp tiene una tarea pendiente.
-Sí, el Estado tiene que seguir proveyendo servicios de cuidados, de manera que la madre que se quedó sola pueda trabajar y tener dónde dejar a sus hijos. Estamos diseñando nuevos servicios que queremos implementar para ella, para su crecimiento personal sin que pierda el cuidado de sus niñas, niños y adolescentes.
Además, hemos logrado el financiamiento de la estrategia Familias igualitarias libres de violencia, a fin de que la resolución de los problemas que enfrenten sea por vías pacíficas. Apostamos por las familias solidarias.
-¿Considera que las municipalidades pueden dar esos servicios?
-Así es, los gobiernos locales tienen que proveer de guarderías, servicios de cuidados, pero también las empresas y todas las instituciones.
El Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis) cuenta con una red de servicios de cuidado por medio de sus programas sociales Cuna Más y Qali Warma. La presión de la madre que asume sola la conducción del hogar es muy grande.
-¿Cómo quisieran que recuerden su gestión, ministra?
-Quisiera que la recuerden las niñas y las adolescentes, que sepan que como hermanas mayores estamos dando lo mejor de nosotras, nuestra vida, nuestra experiencia, nuestros conocimientos para seguir abriendo caminos para ellas, para que no se detengan, hagan realidad sus sueños y continúen con el camino que abrieron nuestras precursoras. No se rindan, hay esperanza. Ese es nuestro legado.
Estrategia
El Mimp desarrolla actualmente, mediante el programa Aurora, una estrategia de prevención con los apus, los líderes de las comunidades rurales, para reducir la violencia contra sus parejas, niñas y adolescentes, informó la ministra. Señaló que, hace algunos años atrás llegaban a la institución reclamando porque no querían modificar sus creencias. Ahora, solicitan educación para cambiar esas prácticas que han repetido siempre porque no quieren que se encarcelen a los hermanos. “Ese es un punto de quiebre, y en ese proceso de cambio el acompañamiento del ministerio será crucial. Es un gran desafío”. La iniciativa Hombres por la Igualdad lo acepta.
Cifra
719 Consejos Consultivos de Niñas, Niños y Adolescentes (CCONNA) existen en el Perú.
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