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¿Eres una persona tacaña? Conoce cuándo el excesivo ahorro se vuelve un problema [video]

Especialista señala que la tacañería es un problema de carencia emocional

La mayoría de las personas que muestran este tipo de conductas no reconocen que ser excesivamente ahorrativo entrañe algún tipo de problema.

La mayoría de las personas que muestran este tipo de conductas no reconocen que ser excesivamente ahorrativo entrañe algún tipo de problema.

07:04 | Lima, oct. 4.

Si bien el dicho “ahorro es progreso” es una máxima que guía muchos hogares del país y puede resultar beneficioso para alcanzar ciertas metas, hay personas que han hecho de la tacañería un modo de vida, reflejando así a la perfección el viejo refrán “no come plátano por no tirar la cáscara”.

Es posible que todos conozcamos a alguien así, aunque traten de pasar desapercibidos. Son esas personas que nunca traen efectivo encima, suelen dar cientos de excusas para levantarse de la mesa cuando llega la cuenta o son capaces de ir a sitios inimaginables para conseguir un descuento. 

Si bien para algunos este tipo de situaciones puede resultar gracioso o anecdótico, quienes comparten la vida con personas tacañas pueden llegar a vivir un verdadero infierno producto de constantes peleas y disgustos motivados por el dinero.


Según Cristina Zumarán, psicóloga del centro Higia, la mayoría de las personas que muestran este tipo de conductas no reconocen que ser excesivamente ahorrativo entraña algún tipo de problema, todo lo contrario, creen que poseen un talento ahorrador y previsor. 

En principio, ahorrar es una actividad con objeto. Es decir, cuando uno ahorra, lo hace con un objetivo concreto, por ejemplo, realizar un viaje, comprar un coche o un departamento. En este caso, la persona ahorrativa justifica su comportamiento para restringir gastos, pero siempre teniendo en cuenta sus limitaciones y prioridades.

Mientras que las personas tacañas no son conscientes de que su manera de ver la vida y el dinero es tóxica. “Su conducta obsesiva no tiene una justificación, simplemente quieren ahorrar con el fin de no gastar'', comentó la especialista en el programa Saludable Mente.



Para Zumarán, la tacañería se aprende del entorno, casi siempre, consecuencia del estilo de crianza de los padres. Por ejemplo, prohibirle a un niño compartir sus juguetes o comida puede generar en él actitudes egoístas y acaparadoras.

Asimismo, durante la infancia, si el niño siente una gran falta de amor por parte de sus progenitores, comenzará a sentir más apego por las cosas materiales. También puede tratarse de un hábito adquirido, algo que han visto desde pequeños en sus casas y han normalizado.

En otras palabras, la tacañería es un problema de carencia emocional, donde la persona intenta llenar un vacío acumulando dinero. Pero, cuando llega el momento de pagar, incluso si es poco, sienten ansiedad y un profundo dolor.


Por esta razón, el control y el miedo son dos factores que construyen la personalidad de un tacaño. Son personas que manejan muy bien sus compras y están dispuestos a todo para gastar lo mínimo o nada, sin embargo, viven con el temor constante de quedarse sin dinero, aunque eso nunca pasará, resaltó la especialista. 

Tacaño emocional

Es importante resaltar que el tacaño no solo lo es con el dinero, también con sus emociones. Una persona con miedo a gastar no solo puede experimentar ansiedad o depresión, sino que también desarrolla problemas para relacionarse con los demás.

La mayoría prefiere aislarse para descartar cualquier gasto, incluso los más elementales, lo que los lleva a evitar reuniones sociales y a no hacer actividades que disfruta, agregó la experta en psicología.


Por esta razón, es muy complicado compartir vida social con un avaro, y más aún si hay convivencia o planes de futuro en pareja o con la familia. “Este comportamiento afecta principalmente la comunicación, donde el tacaño va a buscar dominar la relación, generando incluso rivalidad, conflictos o peleas”, detalló.

El primer paso para superar esta patología es reconocer que mi pareja tiene un problema y ayudarlo a que él también lo reconozca. Si los conflictos se generan por la forma en que se maneja la economía del hogar, entonces, una de las alternativas es hacer una lista de los gastos donde el ahorro se destine a un objetivo a corto plazo que ambos puedan disfrutar.

Para los ahorradores compulsivos es importante visualizar a dónde irá su dinero, conocer las utilidades y el objetivo. "Cuando nosotros visualizamos de manera concreta como en un papel, la persona con este problema va a poder aliviar un poco esa ansiedad o angustia de sentir que se desprende de su dinero", refirió la especialista.


Tratamiento 

Una vez que reconocemos el problema, se debe empezar un tratamiento terapéutico llamado proceso de modificación conductual, lo cual ayuda a cambiar aquellas ideas irracionales que el paciente tiene respecto al ahorro excesivo. Según Zumarán, este proceso no solo ayudará a cambiar esta conducta, sino también permitirá conocer por qué ocurre, con el fin de aceptar las carencias.

Por último, aconsejó evitar los extremos, ni el ahorro excesivo ni el despilfarro es una opción sana. Lo mejor es disfrutar de la vida y de nuestro dinero, pero siempre teniendo en cuenta nuestras prioridades y limitaciones.

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(FIN) SQH/LIT

Publicado: 4/10/2022