Andina

“Era una jovencita de 20 años a la que le dolía la sociedad y decía cosas con crudeza”

Poeta Sonia Luz Carrillo presenta reedición de ‘Sin nombre propio’, el poemario que publicó en 1973

La poeta Sonia Luz Carrillo (Bellavista, 1948) publicó su primer poemario en 1973:

La poeta Sonia Luz Carrillo (Bellavista, 1948) publicó su primer poemario en 1973: 'Sin nombre propio'. (Portada de reedición de 2023). Foto: Difusión.

15:46 | Lima, may. 29.

Por: César Chaman

“Tengo también poemas que son un alarde de brevedad”, comenta Sonia Luz Carrillo, en una pausa de nuestra entrevista. La poeta ha terminado la lectura de ‘Años 20’, aquel testimonio-declaración de 45 versos sobre las esperanzas de los seres humanos –incluido en ‘Las frutas sobre la mesa’ (1998)– y ahora muestra una página con dos líneas de poesía tan libre como compacta:

Álamo
mi pena. 

Para Carrillo, la poesía es un trabajo de varios momentos, como el del escultor o el del carpintero con sus herramientas y materiales: inspiración, taller, acabados. “Uno puede tener el motivo literario, una brizna de realidad que toca tu sensibilidad y te provoca expresarla con términos individuales, pero viene después la otra parte, la tarea del pulido”.

De ese pulido emerge la palabra en su auténtico brillo poético. “La expresión se pule para hacerle ganar polisemia, se le hace más rica añadiéndole sentidos. Y eso es lo que hay, por ejemplo, en mis últimos poemas”.

Hablar de los últimos poemas de Sonia Luz Carrillo (Bellavista, 1948) implica, necesariamente, referirse también a los primeros, los que aparecieron en el libro ‘Sin nombre propio’ en 1973 y que, cincuenta años más tarde, tendrán la oportunidad de un nuevo encuentro con los lectores.

Portavoces del ser humano


Hace medio siglo, para reseñar la publicación de ‘Sin nombre propio’, la periodista Ana María Portugal escribió –en el diario ‘La Nueva Crónica’– que los poetas son portavoces de las esperanzas y los fracasos del género humano.   

¿Qué esperanzas se han fortalecido y qué fracasos ha presenciado en estas cinco décadas?
– Cuando este libro se publica, en 1973, el mundo está viviendo un intenso movimiento de luchas anticoloniales y en el Perú, no lo olvidemos, está en marcha el proceso iniciado en 1968, cuando de manera inusitada las Fuerzas Armadas plantean un gobierno de renovación, de reformas en la educación, de transformaciones sociales y de cambios en la propiedad en el agro. De manera que sí, hay una expectativa, existe un bastante extendido propósito de cambio cultural y social para alcanzar una mayor justicia. 

De estos 50 años, me parecería injusto no mencionar, por ejemplo, los cambios en la valoración del papel de la mujer en la sociedad, los cambios al interior de las familias, una mayor igualdad sobre todo en las parejas jóvenes; hay una expansión de la frontera de la educación, con todos sus defectos y limitaciones. Sin embargo, ha pasado medio siglo y aún continuamos en lo mismo: seguimos buscando esa justicia que pareciera cada vez más esquiva. ¿Qué frustraciones persisten? Quizás que en este medio siglo el reparto (de beneficios) no ha sido igual que los logros (económicos). 

Junto a ello, tenemos cambios culturales introducidos a medida que la tecnología –sobre todo la tecnología de comunicaciones– ingresa en la vida de las personas, trayendo más posibilidades de interconexión, por supuesto, pero también más soledad en lo individual. 



Una militante del humanismo


Germinado en ese contexto, el trabajo poético de Carrillo también es motivo de polémica. Se ha dicho, por ejemplo, que la de su primera etapa es ‘poesía feminista’, una idea que la escritora y periodista acepta en parte. Ella misma opina que eran versos ‘ásperos’.

“En retrospectiva, desde mi edad actual, diría que sí. Y, sin embargo, en esos momentos yo no me declaraba abiertamente una feminista –observa–; es decir, no me sentía una militante del feminismo, sino una militante del humanismo, una mujer que intentaba ganar su ciudadanía”: 

DE MUJERES
Dime Safo 
tú que también fuiste hembra 
e intentabas poesía, 
¿fuiste también tenida 
en bello, 
apetecible, 
gran estorbo?

“Indudablemente, mi poesía traía una carga de reclamo. Ese reclamo de mujer ahora lo veo con mayor nitidez”, enfatiza Carrillo. “Diría también que estos versos no hubieran sido escritos por una mujer, por ejemplo, de comienzos del siglo XX, no al menos en ese tono”.

En alguna ocasión usted ha dicho que lo suyo era el verso áspero… 
–Sí, el lenguaje áspero, porque mi actitud era de rabia. En muchos momentos tenía mucha ira, era una mujer a la que le dolía la sociedad, le dolían las cosas que veía, la injusticia, las diferencias con respecto al hombre, frases como “Tú no puedes hacer esto porque eres una niña”, “Eres bonita, eres atractiva, pero quédate callada”, “Tú no lo digas, que hable él”, “Tú no puedes decirlo porque eres una señorita”, “Tú no porque eres una dama”. 

Y eso es algo que todas las mujeres hemos sentido en alguna oportunidad, hemos sentido que por ser mujeres debemos ser solo un adorno. Y cuando quieres ser ciudadana, estorbas; te conviertes en ‘la atrevida’, ‘la que rompe’, ‘la incómoda’, ‘la conflictiva’; en resumen, un estorbo. Entonces, todo ese conjunto de límites, evidentemente, me irritaba. Cuando escribí los poemas de ‘Sin nombre propio’, era una jovencita de 20 años a la que le dolía la sociedad y decía cosas con crudeza.


Medio siglo de cambios y permanencias


Sonia Luz Carrillo presentará esta martes 30 de mayo (7:00 p.m.) la reedición de ‘Sin nombre propio’ (Qwerty, 2023) en el Instituto Raúl Porras Barrenechea (calle Colina 398, Miraflores), un espacio tan sanmarquino como su trayectoria docente y su espíritu crítico.

Como es natural, la voz poética de Carrillo ha cambiado desde su primer poemario hasta el último de los publicados, ‘Callada fuente’. Sin embargo, “creo que los propósitos literarios y humanos persisten y esa es una de las cosas que más me alegran al ver la reedición de este libro: cincuenta años después, mis anhelos de justicia, de una sociedad sin excomulgados, de búsqueda de la belleza y de la armonía, permanecen”. 

“¿Qué cosa ha variado? Tal vez no es que haya calmado mi reclamo frente a una sociedad incómoda para muchas personas. No es eso, no. Lo que ha cambiado es que hoy soy un poco más culta, que he leído más, que he escrito y he reflexionado más. Y, entonces, tengo más conciencia de la mesura, de la necesidad del trabajo literario”. 

Carrillo ya sabe lo que mostrará este martes en la presentación de ‘Sin nombre propio’: mucha gratitud. Y, de paso, será una oportunidad para “conversar un poco con la gente y situar aquel 1973 en el 2023; recordar qué se soñó, cuáles eran los anhelos, nuestros sueños y qué cosas sí se lograron”. 

“No sé qué vendrá luego, nuestro país está atravesando una encrucijada de incertidumbres, pero no le toca a la poesía señalar soluciones”, añade la poeta.

“La poesía pone el índice en aquello que está surgiendo, germinando, y coloca también el índice en lo que duele a una sociedad –reflexiona–. Y siempre, en el caso mío, está señalando una posibilidad de esperanza, de mirar por dónde pueden salir opciones para que la vida sea un poco más fraterna”.


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(FIN) CCH

Publicado: 29/5/2023