En Europa 123 millones de personas están en riesgo de pobreza y exclusión social, según el estudio Europa para la mayoría, no para las élites, realizado por Oxfam Intermón, presentado hoy en Madrid
La cifra equivale a una cuarta parte de la población y según la institución es resultado de un nivel inaceptables de desigualdad, pues el enorme número de necesitados contrasta con la existencia de 342 milmillonarios.
El informe apunta que en 2013 en la Unión Europea (UE) 48,2 millones de personas no podían satisfacer sus necesidades materiales básicas, 7,5 millones más que en 2009.
En ese mismo lapso el número de milmillonarios pasó de 145 a 222 y posteriormente alcanzó los 342, paralelo a un aumento entre 2010 y 2013 del sector de bienes de lujo en el 28 por ciento.
En término de países, Bulgaria y Grecia tienen los peores resultados en los indicadores de riesgo de pobreza, Grecia tiene las diferencias más amplias entre ingresos y la mayor tasa de desempleo y Reino Unido posee el mayor nivel de desigualdad salarial.
Los valores más altos de pobreza de la población activa la registran Rumania y Grecia, mientras aumenta en otros países como Alemania y Eslovenia.
De otro lado, los países considerados más igualitarios de la UE son Eslovaquia, Malta, República Checa y Eslovenia.
España, con más de tres millones de personas en situación de privación material severa, es la cuarta nación entre las de mayor desigualdad.
La investigación muestra que la diferencia salarial por género sigue siendo relevante, con las mujeres de Alemania, Austria y República Checa ubicadas entre las que sufren los valores más altos de diferencia salarial respecto a los hombres.
Los expertos destacan negativamente la excesiva influencia de las grandes fortunas en la toma de decisiones en la UE y estima que en 2014 el 82 por ciento de los expertos en materia fiscal de la Comisión Europea representaban intereses privados o comerciales.
Otro elemento al cual atribuyen la situación son los sistemas fiscales injustos que permiten a las grandes empresas evadir miles de millones de euros, mientras se pone el grueso de la presión fiscal sobre los ciudadanos.
De acuerdo con el estudio, la UE pierde cada año un billón de euros en fraude fiscal.
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