Tahmina Taham, una joven activista feminista afgana, se siente en prisión desde que los talibanes ordenaron a las mujeres usar en público un velo que les cubra de pies a cabeza y que eviten salir de sus casas.
En un decreto publicado el sábado, Hibatullah Akhundzada, jefe supremo de los talibanes y de Afganistán, ordenó a las mujeres que cubran completamente su cuerpo y rostro en público, estimando que el burka, que solo deja una rejilla a la altura de los ojos, es la mejor opción.
Dijeron también que si no tienen nada importante que hacer, era "mejor" que se queden en casa.
Cuando leyó el decreto, el primero promulgado sobre la manera de vestir de las mujeres a nivel nacional, Tahmina se "sintió mal".
"Me sentí en prisión, toda mi vida social está controlada por los talibanes", dijo a la AFP esta exempleada gubernamental que perdió su puesto cuando los talibanes asumieron el poder en agosto.
"Me privaron de mis libertades como ser humano, no solo como mujer", añade.
Su hermana tuvo que abandonar los estudios porque su universidad se negó a inscribirle en clases mixtas.
Para ella, la decisión del sábado "tendrá consecuencias muy negativas para la vida personal y profesional de las mujeres".
(FIN) AFP/VVS
Publicado: 8/5/2022