Día Mundial del TDAH: piden detección temprana para impulsar talento y evitar etiquetas

Es una condición del neurodesarrollo que suele confundirse con problemas de conducta o desobediencia

El TDAH es una condición del neurodesarrollo que suele confundirse con problemas de conducta o desobediencia. Foto: ANDINA/Daniel Bracamonte

El TDAH es una condición del neurodesarrollo que suele confundirse con problemas de conducta o desobediencia. Foto: ANDINA/Daniel Bracamonte

09:17 | Lima, jul. 13.

Cada 13 de julio se conmemora el Día Internacional del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), una condición del neurodesarrollo que impacta la vida de millones de niños en el mundo y que, con frecuencia, es malinterpretada como simple desobediencia o falta de límites.

Más de 27,000 menores recibieron atención por TDAH en el Perú solo en el primer semestre de 2023, según cifras del Ministerio de Salud (Minsa). Esto refleja la urgente necesidad de detectar este trastorno a tiempo y de garantizar un acompañamiento integral para que los niños puedan desarrollar sus habilidades sin ser injustamente etiquetados.


El TDAH no es una etapa ni un comportamiento pasajero. Es un trastorno del neurodesarrollo que compromete funciones como la atención, el autocontrol y la regulación emocional. Cuando no se reconoce ni se aborda adecuadamente, puede generar serias consecuencias en la vida escolar, familiar y emocional del niño.


Según explica Sheyla Sánez Ramírez, especialista en neurodesarrollo infantil, los niños con TDAH tienen un sistema nervioso que procesa la información de forma distinta, lo que dificulta su capacidad de autorregulación. Sin embargo, eso no les impide desarrollar habilidades si reciben el apoyo adecuado desde temprana edad.

Los niños con TDAH no se portan mal por gusto. Su sistema nervioso funciona de forma diferente, lo que genera dificultades para autorregularse. No es que no quieran, es que les cuesta. Esa diferencia es clave para entenderlos y apoyarlos”, sostuvo la especialista en entrevista con la Agencia Andina.

La importancia de la detección temprana

Detectar las señales del TDAH desde edades tempranas -como hiperactividad constante antes de los tres años, dificultad para mantener la atención o problemas para seguir instrucciones- es fundamental para evitar que esta condición afecte negativamente la vida del menor. 

Muchas veces se normalizan estas conductas como parte de la edad, pero hay diferencias claras entre un niño activo y un niño con TDAH, como la falta de autocontrol o una impulsividad constante, advierte Sánez.

Si bien los signos pueden observarse desde los dos años, el diagnóstico se establece con mayor certeza a partir de los cuatro años y medio, tras un proceso de evaluación que debe ser integral. La especialista señala que este proceso no depende de una sola prueba, sino involucra la participación de psicólogos especializados en neurodesarrollo, docentes, padres de familia e incluso, en algunos casos, neuropediatras.


No abordar el TDAH a tiempo puede impactar significativamente en el rendimiento escolar y la autoestima del niño. “Al no entender lo que les pasa, muchos se sienten menos capaces que sus compañeros, lo que puede derivar en ansiedad, depresión y aislamiento en la adolescencia”, explica. 

En la adultez, las consecuencias pueden reflejarse en la dificultad para mantener empleos, organizarse o tomar decisiones importantes.

La familia y la escuela son claves

En cuanto al tratamiento, Sánez aclara que este no es necesariamente permanente ni exclusivo del uso de medicamentos.

El tratamiento debe adaptarse a cada caso. Algunos niños requieren medicación porque no logran autorregularse con terapia sola, mientras que otros avanzan con terapias psicológicas, de aprendizaje u ocupacional”, señala.

El papel de la familia y la escuela es clave. La especialista insiste en la necesidad de construir un entorno estructurado, con rutinas claras, anticipación de cambios y trabajo coordinado entre padres, terapeutas y docentes. El consultorio no puede ser una burbuja. El aprendizaje de autorregulación debe trasladarse al hogar y al aula.

Asimismo, recomienda incorporar actividades físicas como la natación en etapas iniciales del tratamiento, ya que ayudan a regular el sistema nervioso. Posteriormente, cuando el niño ha desarrollado más herramientas emocionales, puede participar en deportes grupales que trabajen el esfuerzo conjunto y la tolerancia a la frustración.


¿Los niños con TDAH tienen habilidades que pueden ser desarrolladas? La respuesta es sí. “Muchos de estos niños tienen cualidades destacables como creatividad, intuición, empatía, pensamiento rápido y una gran energía. Si reciben el acompañamiento adecuado, pueden fortalecer su autoestima, superar obstáculos y desarrollar su potencial en diversas áreas”, asegura la especialista.

Finalmente, Sánez dirige un mensaje esperanzador a las familias: “El TDAH no es una enfermedad, es una condición de vida. Con intervención adecuada y acompañamiento constante, estos niños pueden destacar en lo que les apasiona y llevar una vida plena y feliz”.

Más en Andina:



(FIN) JAM/RRC

Publicado: 13/7/2025