Un niño criado con amor, con calidez, con afecto y sin violencia de ningún tipo será un ser humano seguro de sí mismo, fuerte, sin problemas para interrelacionarse con los demás, que preguntará a sus padres lo que necesita saber sin temor por la confianza que les tiene, y todo eso le generará bienestar en su vida.
En cambio, un niño maltratado, violentado, castigado y humillado por sus padres será inseguro, tímido, ansioso, se esconderá, se replegará y, muy probablemente, repetirá el patrón de violencia que sufre entre sus compañeros o cuando sea adulto.
Esa es la diferencia que se marca entre un menor formado en el amor y la ternura y un pequeño castigado por todo, humillado en su dignidad, reprendido y maltratado, a decir de la defensora adjunta para los Derechos de la Niñez y la Adolescencia, Matilde Cobeña.
No obstante, además del amor es importante que el niño sea sujeto de derechos, es decir, que se le reconozca como tal y no se le considere un objeto de propiedad de los padres, sin posibilidad de opinar ni de decidir en nada, señaló Cobeña.
Hay que tomarlo en cuenta
“Hay que reconocerlo como persona, pensando que tiene sus propios sentimientos y emociones y educarlo dándole toda la información, toda la estructura para que pueda desarrollarse con plenitud. Pero como padres hacemos lo contrario, ordenamos, disponemos, no lo tomamos en cuenta. ¿Cuántas veces dialogamos o nos ponemos en su lugar?, ¿cuántas veces nos ponemos a reflexionar en lo que siente y en lo que piensa”, comentó por su parte Lourdes Febres, coordinadora general de la ONG Acción por los Niños.
Añadió que las investigaciones demuestran que el no comunicarse con los niños, el castigarlos y humillarlos daña su desarrollo y los marca para siempre.
“Muchos padres por una mala nota insultan a sus hijos, los tildan de brutos o inútiles, los maltratan sin antes preguntarles qué pasó, qué dificultad tuvieron para estudiar”, dijo a la Agencia Andina.
Anotó que se trata de brindar amor y respeto a los niños, lo que no significa dar luz verde a sus caprichos. Por ejemplo, cuando un niño no quiere acompañar a sus padres se le debe explicar el porqué es importante que vaya con ellos y hacerle entender que así debe ser.
Agregó que la escasez de dinero en casa no es justificación para criar a un hijo con calidez y ternura.
Cobeña agregó, a su turno, que cada vez se reciben más denuncias sobre violencia infantil y que eso puede tener dos lecturas: hay más niños maltratados o los ciudadanos están aprendiendo a denunciar cuando descubren un caso de violencia infantil.
“Como Estado hemos firmado la Convención de los Derechos del Niño, que establece
las obligaciones del Estado para que a los menores no se les maltrate ni se les violente. Debe haber una cultura de respeto a esos derechos”, resaltó la representante de la Defensoría del Pueblo.
Niños empoderados
Puntualizó que debemos propiciar
niños empoderados en sus derechos, seguros de sí mismos, para que nadie vulnere su integridad y si alguien pretende agredirlos sepan qué hacer, dónde denunciar y a quién recurrir.
Identificó como uno de los principales problemas de la niñez en el Perú a la falta de seguridad en las escuelas, por el bullying que en ellas se practica.
Cobeña refirió que en las audiencias defensoriales celebradas con niños se ha podido recoger también la necesidad de ellos de que se les dé la protección debida en el transporte público, donde sufren acoso.
Desde el año 2002, el Día del Niño Peruano se celebra cada segundo domingo de abril. La fecha tiene el objetivo de conseguir la fraternidad y la comprensión de la infancia en el Perú, a través de diversas actividades de promoción y protección del bienestar de los derechos de los niños.
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(FIN) ART
GRM
Publicado: 13/4/2019