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Destino ideal en el mundo: ¿Qué tipos de turismo se pueden practicar en Cusco?

Lugar más visitado del Perú posee muchos escenarios y atractivos para todas las modalidades de turismo

ANDINA/Difusión

08:16 | Cusco, oct. 9.

Por Luis Zuta Dávila

Consolidado como el destino que concita más interés en los viajeros nacionales y extranjeros, la región Cusco posee las condiciones ideales para la práctica de diversas modalidades de turismo gracias a sus magnífico patrimonio monumental, formidables escenarios naturales y biodiversidad, comunidades de origen ancestral, así como festividades, tradiciones y costumbres únicas que cautivan al mundo.

A continuación, conoce los tipos de turismo que pueden practicarse en una visita a Cusco y en qué lugares hacerlo.

Turismo cultural y arqueológico


Al haber sido la capital del imperio de los incas o Tahuantinsuyo y una de las capitales históricas de Perú, Cusco ofrece a sus visitantes la más amplia gama de lugares donde se siguen encontrando vestigios de la civilización inca que gobernó no solo el actual territorio peruano sino que sus dominios se extendieron a gran parte de Sudamérica, así como de culturas anteriores que ocuparon el actual departamento del sur peruano.


El reconocimiento de Cusco como Capital arqueológica de América se evidencia en cada uno de los rincones de la ciudad y de las otras provincias del departamento. Parques arqueológicos, edificaciones monumentales como Palacios, templos, plazas, fortalezas hasta calles, acueductos, laboratorios agrícolas, observatorios astronómicos, entre otras construcciones sorprenden y cautivan a los turistas por su extraordinario diseño arquitectónico, técnica constructiva, conocimiento avanzado de la ingeniería, buen estado de conservación y armonía con el medio ambiente que lo rodea.


Cusco ofrece atractivos para todos los gustos, y aunque para ingresar a los más emblemáticos es necesario adquirir, en el caso de los visitantes nacionales, el boleto turístico promocional que cuesta 70 soles (40 para estudiantes) y tiene 10 días de vigencia, es posible también adquirir el boleto turístico parcial, que cuesta 40 soles y permite visitar los mismos sitios arqueológicos, válido por 1 o 2 días dependiendo del circuito elegido.


Con este boleto se puede visitar, en el Circuito I los parques arqueológicos de Sacsayhuamán, Qenqo, Puca Pucara y Tambomachay; mientras que en el Circuito II puede conocerse el Museo de Sitio de Qoricancha, el Museo Histórico Regional, el Museo de Arte Contemporáneo, el Monumento a Pachacútec, el Museo de Arte Popular, el Centro Qosqo de Arte Nativo y los parques arqueológicos de Tipón y de Pikillacta.


En tanto, el Circuito III comprende el Valle Sagrado y permite visitar los parques arqueológicos de Ollantaytambo, Písaq, Chinchero y Moray.



Los mercados de ingreso libre y más importantes de Cusco son San Pedro, el principal de la ciudad y donde es posible encontrar desde alimentos y productos oriundos hasta artesanías; San Blas, más pequeño que el anterior pero donde es posible comer a barato, incluso opciones vegetarianas; y Wanchaq, que ofrece un ambiente más típico de Cusco.


También se puede visitar sin costo alguno el barrio de San Blas, considerado el rincón urbano más bello y bohemio de la urbe, donde resaltan sus viviendas pintadas de blanco con sus puertas y balcones de color azul que le confieren una personalidad única. 


Además de su hermosa plazoleta es posible ingresar sin costo alguno al museo taller del célebre y galardonado artesano cusqueño Hilario Mendívil, uno de los más importantes del siglo XX, reconocido por su arte en la confección de vírgenes, santos y arcabuceros, que se distinguen por presentar el rostro sereno y el cuello alargado. 


Otro lugar que puede apreciarse gratis es la calle Hatun Rumiyoc, donde se encuentra la célebre piedra de los doce ángulos, uno de los principales atractivos de Cusco. Esta roca perfectamente engastada en el muro que formaba parte del palacio del inca Sinchi Roca, sobre el que se construyó el Palacio Arzobispal, es de imprescindible visita en Cusco.  


Cerca de allí se encuentra la calle de las siete culebras, una de las más bellas de Cusco, y se localiza entre la Plazoleta Nazarenas y el pasaje Choquechaka. Debe su nombre a las figuras de serpiente talladas en las piedras de las paredes, de las cuales siete están en los muros del Palacio Nazareno e igual número en el pasaje, en cuyo interior hay un arco de piedra que en la época colonial y del virreinato delimitaba la zona española y la zona indígena.


Entre los lugares culturales emblemáticos de la Ciudad Imperial que también puede visitarse sin costo destaca el cementerio de la Almudena, el principal de la urbe y que fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación en 2011 por reunir la más grande muestra de arte religioso funerario de Cusco y del sur peruano. 


Allí descansan los restos mortales de célebres personajes cusqueños y del Perú como el fotógrafo Martín Chambi, el arqueólogo Manuel Chávez Ballón, María Trinidad Enríquez, la primera mujer abogada del Perú, y la escritora Clorinda Matto de Turner, ambas pertenecieron a la primera generación de mujeres ilustradas del Perú.  


Cusco ofrece también varios miradores a los que se puede acceder sin costo alguno y tener magníficas vistas panorámicas de la Ciudad Imperial. El más destacado y visitado es el Cristo Blanco, ubicado en el cerro de Pukamuqu. La imagen es similar al Cristo Redentor de la ciudad brasileña de Río de Janeiro, aunque de menor tamaño dado que mide alrededor de ocho metros de alto. Aunque está protegida por un cerco metálico, la efigie de Jesús con los brazos abiertos recibe a los visitantes y parece proteger a la ciudad de Cusco.


Además del Cristo Blanco está el mirador de San Cristóbal, con su pequeña plaza y su iglesia; el Mirador de San Blas, ubicado a solo cinco minutos a pie desde la plaza de Armas; el mirador de la Plaza Santa Ana y la Huaca Sapantiana.


También se puede admirar la arquitectura exterior de predios emblemáticos como la Casa del Almirante, donde destaca la decoración plateresca en su fachada con una pequeña ventana de estilo mudéjar; la Casa del Inca Garcilaso de la Vega, que obtuvo recientemente el Escudo Azul de la Unesco para garantizar su protección y conservación; la Casa de los Cuatro Bustos; la Casa Cabrera, que alberga el Museo de Arte Precolombino; y la Casa de los marqueses de San Lorenzo de Valle Umbroso, sede de la Escuela de Bellas Artes de Cusco.


Si bien Machu Picchu, en su condición de ícono turístico peruano y maravilla mundial, encabeza la lista de lugares de imprescindible visita, existen otros atractivos que concitan la atención y el interés de los turistas dado sus 
formidables atributos históricos, monumentales, culturales, paisajísticos, entre otros, que los convierten en auténticos imanes turísticos.  Entre estos atractivos alternativos a la magnífica ciudadela inca destacan los siguientes:

Ollantaytambo


Se ubica en el distrito del mismo nombre en la provincia de Urubamba y tiene una extensión de 34,800 hectáreas. Fue declarado como tal mediante Resolución Directoral Nacional Nº 395 del año 2002. Los restos arqueológicos de Ollantaytambo presentan una bien cuidada arquitectura, sus bellos andenes o estructuras como el Templo del Sol son muestra de ello.


Las crónicas refieren que Ollantaytambo fue construido por orden del inca Pachacútec, con el objetivo de ser un tambo; pero también el de ser una llaqta, por lo que Ollantaytambo tuvo una triple función: militar, agrícola y religiosa. A inicios de diciembre del año pasado la prestigiosa publicación británica Condé Nast Traveller eligió a Ollantaytambo como uno de los mejores lugares del mundo para visitar este 2023.


La milenaria urbe, conocida como la "ciudad inca viviente" y que alberga uno de los parques arqueológicos más visitados de Perú, destaca en la lista de los 23 mejores destinos del mundo para visitar. Ollantaytambo destaca por el excelente nivel de conservación de su patrimonio arquitectónico, paisajístico, natural y cultural, heredados de un pasado incaico glorioso, sumados a su firme compromiso actual con el desarrollo sostenible a través de turismo. Antes esta ciudad inca fue distinguida como uno de los “Mejores pueblos turísticos del mundo” y el primer “Pueblo con encanto” del Perú.

Sacsayhuamán


El Parque Arqueológico de Sacsayhuamán es uno de los espacios histórico culturales más importantes del Perú y de América y se ubica muy cerca de la ciudad de Cusco. Fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación mediante Resolución Directoral Nacional N° 829-2006, cuenta con una extensión de 2,997.265 hectáreas.


El Parque Arqueológico Sacsayhuamán cuenta con 96 sitios arqueológicos, entre los cuales destacan Q’enqo, Tambomachay, Kallachaca, Patallaqta, Amaro-Markahuasi y el área monumental conformado por los Baluartes, Muyuqmarca, Rodadero y Chinkana. 


La construcción más resaltante es la Fortaleza de Sacsayhuamán, un recinto increíble donde es posible observar gigantes bloques de piedra en sus muros. En la explanada que se encuentra adyacente a la fortaleza se realiza, cada 24 de junio, la emblemática ceremonia del Inti Raymi o Fiesta del Sol. La construcción de este sitio según los cronistas habría sido iniciada por el inca Pachacútec.


Choquequirao


Ubicado en Santa Teresa, uno de los veinte distritos de la provincia cusqueña de La Convención, este complejo arqueológico es considerado el segundo más notable de Cusco después de Machu Picchu por su diseño y características constructivas y cuyo nombre en quechua significa “Cuna de oro”. Se ubica a 3,048 metros sobre el nivel del mar, en las estribaciones del nevado Salcantay, al norte del valle del río Apurímac, en la cordillera de Vilcanota.


Esta ciudadela se extiende a lo largo de tres cerros y hasta el momento se han identificado 12 sectores. Las investigaciones arqueológicas estiman que aún falta descubrir más edificaciones, dado que solo se ha excavado el 30% de toda su área. 


En la urbe destaca el centro ceremonial, que es una gran plataforma a la que se accede atravesando una puerta de doble marco. Asimismo, existen dos plazas principales, templos, fuentes de agua, canales, talleres, almacenes, residencias de élite y otros predios que parecen haber tenido un uso administrativo. 


Otra de las estructuras impresionantes de Choquequirao es una enorme escalera que al amanecer del solsticio de verano es iluminada completamente por los rayos del sol. Si bien todas las edificaciones son de piedra, algunas de ellas estuvieron cubiertas de arcilla tanto al interior como por fuera, por lo que exhiben un color anaranjado claro.


Choquequirao presenta múltiples edificaciones de dos pisos con hornacinas en el interior. Además de algunas puertas y nichos hechos con doble jamba y canales de riego. El material que fue usado son piedras unidas con morteros de barro. 


Existen 22 imágenes en estas piedras con figuras conocidas como “Llamas del sol”, dispuestas en 15 andenes con dirección al nevado Quory Hauyrachina. Choquequirao cuenta con un gran sistema de andenes, una característica de las construcciones incas, que ayudaban en el uso agrícola de las laderas de los cerros, y que actualmente, a la vista de los visitantes, parecen pisos alfombrados de verde por la vegetación de la zona.


El año pasado la revista de fotoperiodismo National Geographic, colocó a Choquequirao como uno de los cinco mejores destinos de aventura para visitar el 2023. Este lugar tiene en su interior obras de arte únicas que no se encuentran en ningún otro enclave inca: No hay nada más como esto en los Andes. Y la parte de la aventura por la que este destino ha sido reconocido se refleja en los 4 días a pie requeridos para llegar.

Chinchero


Este parque se encuentra ubicado en el distrito de Chinchero, provincia de Urubamba. Fue declarado como Parque Arqueológico a través de la Resolución Directoral Nacional Nº 515 del año 2005. Con una extensión de 43 hectáreas, Chinchero fue originalmente ocupada por una etnia anterior a la cultura inca. Ya durante el apogeo del Tahuantinsuyo, el inca Túpac Yupanqui planificó la construcción de los palacios incas de Chinchero que estaban destinados para la élite inca.


En la actualidad, en el pueblo de Chinchero es posible ver aún los magníficos restos de lo que fueron esos grandiosos palacios. En el centro de la plaza principal y sobre lo que fue el recinto principal se alza una iglesia colonial, el contraste que se genera le da a Chinchero un ambiente especial, como si fuera un lugar suspendido en el tiempo.

Salineras de Maras y Moray


Las salineras de Maras constituyen un conjunto de más de 3,000 pozas poco profundas con un área de 5 metros cuadrados cada una en promedio y albergan sal natural y agua salada. Están ubicadas en la ladera de la montaña Qaqawiñay, a 3,380 metros sobre el nivel del mar. Se encuentran a 50 kilómetros al norte de la ciudad del Cusco, a 10 kilómetros del pueblo de Maras, a 16 kilómetros de la ciudad de Urubamba y a 26 kilómetros de Chinchero, en el Valle Sagrado de los incas.


Estas pozas son alimentadas por un manantial subterráneo hipersalino que se originó hace aproximadamente 110 millones de años durante la formación de las montañas de la Cordillera de los Andes. Los pobladores de Maras comercializan esta sal, tal como lo hacían los incas hace cientos de años.


Desde un mirador se puede apreciar y registrar imágenes de las coloridas tonalidades que adquieren las pozas de sal cuando reciben los rayos del sol, así como a los pobladores en plena faena de recolección de la sal natural de color rosado que caracteriza a este fascinante lugar del Valle Sagrado. En las Salinas de Maras se puede comprar esta sal rica en minerales como magnesio, calcio, potasio y silicio.


Por su parte, Moray es un parque arqueológico que se ubica en la provincia de Urubamba en el distrito de Maras y tiene una extensión de 37.50 hectáreas. Se trata de un sistema de varias terrazas circulares concéntricas de gran tamaño y de los cuales se cree que fueron un centro de investigación agrícola. La disposición de los andenes genera una variedad de microclimas, en el centro del sistema alcanzan su máxima temperatura y la cual se va reduciendo según se alejan al exterior.


Estas terrazas permitieron que se produjeran una gran variedad de verduras y más de 3,000 variedades de papas, además de que permitían domesticar especies salvajes de plantas, es muy posible que también se plantara coca.


Ruta del Barroco


La Ruta del Barroco Andino es promovida por la Compañía de Jesús, y comprende templos en la Ciudad Imperial y el Valle Sur que exhiben una impresionante arquitectura y arte. 


La Ruta del Barroco Andino recorre cuatro templos: el de La Compañía, ubicada en la Plaza de Armas del Cusco, y los de Andahuaylillas, Huaro y Canincunca, en el llamado Valle Sur de Cusco, el espacio geográfico que conecta la capital del imperio inca con la selva de Madre de Dios y el lago Titicaca

Este fue un eje comercial, anterior a los incas, donde circulaban el oro, la plata, la hoja de coca y las fibras animales. Desde entonces quedan señales de ese pasado en los sitios arqueológicos que se pueden apreciar a lo largo del recorrido, como Tipón, Pikillacta, Rumicolca y también en la antigua fábrica de tejidos de Lucre.


El Valle Sur va paralelo al río Vilcanota y atraviesa dos lagunas, una de ellas Huacarpay, sitio Ramsar rico en aves, totorales y bellos atardeceres. El valle está formado por pequeñas localidades de agricultores, comerciantes y ganaderos, y también hay pueblos de chamanes, panaderos, constructores de tejas, así como de músicos y danzantes que rinden homenaje al Señor de Qoylluriti


El tiempo necesario de visita es de aproximadamente medio día y cuenta con fácil acceso, dado que los tres templos en el Valle Sur están a solo una hora de Cusco, mientras que el templo de La Compañía se encuentra en la Plaza de Armas. 

Montañas Arcoíris


En la región Cusco existen singulares montañas, como Vinicunca, Palccoyo y Pallay Poncho, llamadas “Arcoíris” por su impresionante colorido que cautiva a los turistas y que las han posicionado, en poco tiempo, como los atractivos más visitados después de Machu Picchu.

Las citadas cumbres se encuentran en la provincia de Canchis, a poco más de 100 kilómetros al sureste de la ciudad de Cusco, en la cordillera de Vilcanota y cerca del célebre nevado Ausangate, venerado “apu” o deidad tutelar  cusqueña desde tiempos prehispánicos.



La variada gama de colores que cubre la superficie de ambos montes se debe, según la Sociedad Geológica del Perú, a una compleja historia geológica de sedimentos marinos, lacustres y fluviales. Estos sedimentos, transportados por el agua que antes cubría la zona, datan de  los periodos terciario y cuaternario, es decir, de hace 65 a dos millones de años.


El movimiento de las placas tectónicas del área elevó estos sedimentos hasta que se convirtieron en montañas. Con el paso del tiempo, los sedimentos fueron formando capas que en la actualidad se ven como franjas y los colores llamativos se deben a la oxidación de los minerales, ejercida por la humedad de la zona, y a la erosión.


Los colores que se aprecian en estos cerros y su relación con los minerales son los siguientes: fucsia y rosado (mezcla de arcilla roja, fango y arena); morado o lavanda ( una mezcla de arcilla y carbonato de calcio y silicatos); rojo (argilitas y arcillas); verde (mezcla de hierro, magnesio y óxido de cobre), mostaza o dorado (limonitas, areniscas calcáreas ricas en minerales sulfurados o combinados con azufre); blanco y crema (arenisca o arena de cuarzo y piedra caliza). 

La montaña Vinicunca se localiza en el distrito de Pitumarca y su cumbre alcanza los 5,200 metros sobre el nivel del mar. El ascenso demanda entre 90 y 120 minutos y su proximidad al Ausangate permite observar el nevado más alto del Cusco y uno de los más altos del Perú (6,384 metros de altitud). 


La ruta de acceso incluye el paso por la comunidad de Pampachiri, cuyos habitantes laboran como guías turísticos y como vendedores de artesanías que ellos mismos producen.


Descubierta al turismo en 2016, la “Montaña de siete colores” sedujo a los visitantes de todo el Perú y del mundo, llegando a recibir hasta 2,000 visitantes por día. En agosto de 2017, Vinicunca apareció en la lista de 100 lugares para visitar antes de morir, recomendados por expertos en viajes en la página web Business Insider.

Por su parte, la montaña Palccoyo está ubicada en el distrito de Checacupe y su cumbre alcanza una altura máxima de 4,971 metros sobre el nivel del mar. Fue descubierta al turismo después que Vinicunca, en 2018, y gracias a su similitud en belleza paisajística empezó a captar la creciente atención de los visitantes.


En la ruta hacia la montaña Palccoyo se aprecia un bosque de piedras formado naturalmente hace millones de años. Desde esta ruta se puede apreciar, aunque a mayor distancia que desde Vinicunca, la belleza del nevado Ausangate. El tiempo estimado para llegar a la cumbre es de 45 a 60 minutos.

En tanto, la montaña Pallay Poncho es la última montaña arcoíris en incorporarse al circuito turístico de Cusco antes de la llegada de la pandemia de coronavirus (covid-19). Llamada Pallay Poncho por su caprichosa forma que se asemeja a una prenda típica cusqueña y conocida también como la "montaña filuda".  Se ubica sobre la laguna de Langui, a unos 4,650 metros sobre el nivel del mar, en la provincia cusqueña de Canas, en el límite con Canchis, y destaca por la forma filuda de sus cumbres y por mantener la forma de un poncho típico del Cusco. También es conocida como “Cóndor Sayana” o lugar donde se detiene el cóndor.


El lugar es muy hermoso. Allí se aprecia, bajo ese cielo azul serrano, la laguna de Langui y la montaña, que lo convierten en un paraje de ensueño, de visita obligada; llegar a este atractivo no es difícil si se tiene las ganas y un buen estado físico.

La mejor temporada para visitar estas impactantes montañas arco iris es de mayo a octubre, cuando hay ausencia de lluvias y se puede apreciar el magnífico contraste de las cumbres con el inmenso cielo azul.


En temporada de lluvias, de noviembre a abril, ambas montañas pueden estar cubiertas de nieve y ello, además de impedir apreciar la belleza de su superficie multicolor, también dificulta el acceso a sus cumbres.


Puente Q'eswachaka


La festividad de construcción y renovación anual del puente colgante Q’eswachaka, el último puente inca, que cruza el río Apurímac y que forma parte de la red de caminos inca o Qhapaq Ñan, se realiza a inicios de junio.


Con 33 metros de largo y 1.2 metros de ancho, esta maravilla de la ingeniería inca está hecha de ichu q'oya y chachacomo, gramíneas que crecen en zonas altoandinas. Estas materias primas son acopiadas, seleccionadas y trenzadas por los habitantes de las comunidades de Hunchiri, Chaupibanda, Choccayhua y Ccollana Quehue, pertenecientes al distrito de Quehue, quienes siguen las instrucciones del guía constructor o chakaruwaq, utilizando técnicas de más de 600 años de antigüedad para construir y renovar el que es considerado el último puente colgante heredado de los incas. 


En esta impresionante festividad de cuatro días de duración participan alrededor de 1,000 pobladores, entre hombres y mujeres, quienes se reúnen siguiendo una organización basada en la ayuda mutua, conocida como minka. 


Esta práctica tradicional es el elemento fundamental de la identidad cultural de la población de Quehue y representa el vínculo que dicha comunidad cusqueña establece con la naturaleza y con la historia. Es un ejemplo de la riqueza del patrimonio inmaterial del país.


Esta festividad, que manifiesta los conocimientos, habilidades y rituales relacionados a la renovación anual del puente Q’eswachaka, fue reconocida por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en el año 2013.


Para llegar al puente Q’eswachaka hay que tomar la ruta hacia el distrito de Combatapa, luego dirigirse a la localidad de Yanaoca, capital de la provincia de Canas. Desde allí se debe tomar la vía hacia el distrito de Quehue.



Turismo de aventura


Cusco ofrece también escenarios deslumbrantes para practicar deportes de aventura y vivir experiencias extremas con adrenalina al máximo.  A continuación, conoce lugares ideales para disfrutar de experiencias únicas y pletóricas de aventura en el departamento de Cusco.

Valle Sagrado


El Valle Sagrado, en la provincia de Urubamba, reúne magníficos escenarios para deportes de aventura como el excursionismo, ciclismo de ruta, parapente, paseo en cuatrimoto y en globo aerostático, canotaje, escalada en roca, zipline,  skybike, bungee jamping, entre otros.

Raqchi


Considerado uno de los paraísos del zipline o tirolesa, en esta localidad del distrito de San Pedro de Cachas, en la provincia de Canchis, los amantes de este deporte de aventura podrán deslizarse suspendidos en el aire a una altura de 100 metros, colocándose un arnés de seguridad sujetado por poleas a un largo cable de acero cuyos extremos están sujetados a dos plataformas ubicadas en montañas situadas frente a frente.


Desafiar a la gravedad con el zipline, recorriendo alrededor de 800 metros y apreciar en el trayecto el fabuloso paisaje altoandino del Valle Sagrado, es una experiencia sin parangón que marca la existencia para siempre. 


También se puede practicar el canotaje sobre el río Vilcanota, con varios niveles de dificultad según la época de lluvias. De diciembre a marzo es la temporada de precipitaciones por lo que el río aumenta su caudal y es ideal para expertos, mientras que de abril a noviembre es la época de escasas lluvias y el nivel del río permite una navegación tranquila para los nóveles en este deporte de aventura. 

Cachimayo


Este distrito de la provincia de Anta ofrece un impresionante paisaje campestre y zonas ideales para la práctica del Skybike, una versión del zipline en la que se monta una bicicleta sujetada a largos cables de acero que unen dos cerros o montañas y que permiten movilizarse a una altura superior a los 50 metros.


Deslizarse más de 100 metros pedaleando solo en lo alto, ataviado con sistema de arneses de seguridad y sentir como si se flotara en el aire con una vista espectacular del entorno natural y el magnífico cielo azul cusqueño, es una experiencia llena de adrenalina y aventura incomparable.

Chacan


En esta localidad cercana a la formidable fortaleza inca de Sacsayhuamán, a pocos minutos del centro de Cusco, se puede practicar escalada en roca.


Para ascender y descender por los cerros escarpados habilitados para este deporte de aventura no es necesario tener experiencia previa debido a que existen tramos para todos los niveles. Los tramos para principiantes son de 25 y 30 metros y quienes se atreven a subir y bajar asistidos por una resistente cuerda cuentan con equipos de seguridad.

Poroy


Ubicada a 25 minutos del centro histórico del Cusco, el distrito cusqueño de Poroy se ha convertido en el epicentro ideal del “bungee jamping” o salto al vacío. Allí se ha levantado una plataforma de unos 125 metros de altura desde donde se lanzan, ataviados con un sistema de seguridad y sujetados a una gruesa cuerda elástica, quienes no tienen problemas con el vértigo y aman la adrenalina al máximo.


A la cuenta de tres, los y las valientes que se animan a saltar, se arrojan al vacío con los brazos y las piernas abiertas viviendo una sensación indescriptible en caída libre durante aproximadamente treinta segundos.


Maras y Moray


Estas dos localidades cusqueñas emblemáticas del Valle Sagrado, que albergan las célebres minas de sal de Maras y los impresionantes andenes circulares del centro arqueológico de Moray, forman parte también de circuitos para el ciclismo de ruta, el paseo en cuatrimoto, en parapente y en globo aerostático.


Para practicar ambos deportes de aventura no se requiere experiencia, salvo saber montar bicicleta y los cuatrimotos son semi automáticas, permitiendo incluso trasladar a dos personas si se desea ir con un guía. El recorrido en ambos vehículos se completa con una visita al mercado artesanal del distrito de Chinchero, donde se puede apreciar y adquirir las hermosas prendas textiles que confeccionan sus expertas pobladoras, así como otras diversas artesanías.


También es posible realizar un paseo inolvidable en parapente y en globo aerostático, aunque para ello se requiere que existe un buen clima sin mucho viento para poder elevarse y viajar a más de 100 metros de altura para apreciar la cautivante belleza del Valle Sagrado, con sus montañas nevadas, sus campos de cultivo multicolor y el formidable río Vilcanota. 

Huasao


En esta localidad del distrito de Saylla, provincia de Cusco, se puede practicar el Columpio extremo, conocido también como Vuelo del halcón. Se trata de un gigantesco columpio con cuerdas de acero de 20 metros de largo que permiten balancearse en un movimiento parabólico de ida y vuelta, partiendo desde una plataforma ubicada en un cerro, hasta alcanzar alturas de más de 50 metros sobre el paisaje campestre que hacen sentir un gran vacío en el estómago. 


Para los amantes de las sensaciones más extremas, pueden realizar el balanceo de cabeza, un auténtico desafío que muy pocos logran cumplir por lo vertiginoso del trayecto parabólico de ida y vuelta.

Camino inca hacia Machu Picchu y a Vinicunca


Considerada como la mejor ruta de excursionismo en Sudamérica, esta parte del Gran Camino Inca o Qhapaq Ñan conduce, a través de varios tramos, a Machu Picchu, Patrimonio Mundial y una de las siete nuevas maravillas del mundo.

El tramo más largo se inicia en Piscacucho, a la altura del kilómetro 82 de la línea férrea hacia la formidable ciudadela inca. Atraviesa diferentes ecosistemas, colosales sitios arqueológicos y parajes ricos en flora y fauna, hasta llegar al complejo arqueológico y estandarte turístico del Perú.


Asimismo, existe otra ruta en el camino a Choquequirao, también en Cusco, distrito de Santa Teresa, provincia de La Convención. La ruta se inicia en el poblado de Cachora, en la región Apurímac, ubicada a 2,900 metros sobre el nivel del mar. A través del recorrido es posible apreciar los impresionantes paisajes del río Apurímac hasta llegar al complejo arqueológico de Choquequirao.

Otras dos rutas fabulosas son continuar la caminata desde Choquequirao hacia Machu Picchu y recorrer el sendero que une el nevado Ausangate y la montaña de siete colores o Vinicunca.

Trayecto Choquequirao-Machu Picchu


El recorrido a pie por esta ruta de 115 kilómetros demanda ocho días y tiene un nivel de dificultad calificado como “desafiante” debido a los diversos pisos altitudinales, que van desde 2,000 a 5,085 metros sobre el nivel del mar, los que pueden provocar “soroche” o mal de altura si no se realiza una adecuada aclimatación ni se posee la preparación física necesaria.


Las agencias de viaje ofrecen programas que comienzan habitualmente en un viaje en bus (3 horas) desde la ciudad del Cusco hacia el pueblo de Cachora en el departamento de Abancay. A partir de allí empieza el primer día de caminata, de 4 ó 5 horas, hasta la denominada Playa Rosalina donde se acampa y cena.

El segundo día se parte muy temprano rumbo al caserío de Marampata (4 ó 5 horas) donde se almuerza. Después se prosigue con una corta ruta (1 hora y 30 minutos) para llegar por la tarde al recinto arqueológico de Choquequirao. Este sitio arqueológico inca, considerado “hermano menor” de Machu Picchu por su diseño y características constructivas y cuyo nombre en quechua significa “Cuna de oro”, se ubica a 3,050 metros sobre el nivel del mar en la cordillera de Vilcanota.


Esta ciudadela, a la que se puede acceder por dos rutas desde las regiones de Cusco y Apurímac, se extiende a lo largo de tres cerros y hasta el momento se han identificado 12 sectores. Las investigaciones arqueológicas estiman que aún falta descubrir más edificaciones, dado que solo se ha excavado el 30 % de toda su área. En la urbe destaca el centro ceremonial, que es una gran plataforma a la que se accede atravesando una puerta de doble marco. Asimismo, existen dos plazas principales, templos, fuentes de agua, canales, talleres, almacenes, residencias de élite y otros predios que parecen haber tenido un uso administrativo. 

El tercer día de la excursión comienza con una exigente subida al sector de Río Blanco (3 horas aproximadamente) donde se realiza una pausa para almorzar. Luego se prosigue la caminata hasta el sector de Maizal, donde se acampa y cena. El cuarto día se asciende por espacio de 3 horas al abra de Yanama, conocido también como el abra Victoria. Después se desciende hasta las minas Victoria, lugar donde se extraía plata y el cual está actualmente abandonado. Luego del almuerzo se desciende hasta el campamento de Yanama donde se pasa la noche.

El quinto día se desciende por unas vertientes donde se aprecia la abundante flora y fauna característica del lugar hasta llegar a la zona denominada Totora, donde se hace una pausa para almorzar. A continuación, se avanza hasta el campamento de Collpa, sitio donde existen productos ofrecidos por la población.


El sexto día continúa el descenso por la vertiente oriental de los Andes hasta llegar al campamento La Playa, llamado así por la hermosa catarata que refresca a los visitantes. Luego se realiza un recorrido por cafetales y platanales.

La séptima jornada de la travesía comienza muy temprano con una caminata de alrededor de cinco horas hasta llegar a la estación ferroviaria Hidroeléctrica, muy cerca del distrito de Machu Picchu pueblo. Luego de un almuerzo se recorre por dos horas paralelamente al río Vilcanota hasta arribar y pernoctar en el distrito de Machu Picchu pueblo, ubicado al pie de la montaña en cuya cima se encuentra la ciudadela inca, Patrimonio de la Humanidad y una de las siete nuevas maravillas del mundo.


El octavo y último día está destinado a conocer el sitio arqueológico de Machu Picchu. Luego del recorrido por la edificación inca, el visitante inicia el retorno a la ciudad del Cusco en tren hasta la estación de Ollantaytambo y luego en bus.


Turismo vivencial y rural comunitario


Cusco es un destino ideal para el turismo vivencial y rural comunitario. En cualquiera de sus provincias se puede tomar contacto con sus comunidades campesinas y artesanales, muchas de ellas organizadas en asociaciones que trabajan con operadores de turismo y que acceden a compartir con los visitantes nacionales y extranjeros sus actividades cotidianas permitiéndoles quedarse en sus hogares por varios días.


El Valle Sagrado, por ejemplo, es uno de los lugares favoritos de los turistas quienes además de maravillarse con el estupendo paisaje andino, disfrutan de experiencias inolvidables en el ámbito rural participando de labores agrícolas y pecuarias, apreciando la destreza de las expertas y los expertos en el arte textil, la producción de los enormes y fabulosos panes en Oropesa, entre otras actividades que garantizan una experiencia de vida inolvidable.




Turismo de salud y rehabilitación


Cusco cuenta con una gran cantidad de baños termales con propiedades curativas y rehabilitadoras ampliamente reconocidas. Por ejemplo, los Baños termales de Aguas Calientes, ubicados en el distrito de Machu Picchu, poseen propiedades medicinales perfectos para males de riñones y articulaciones. El clima de sus aguas varía desde 38°C hasta los 46°C. 


En tanto, los baños termales de Lares son visitados por los viajeros que realizan excursionismo desde Lares hasta Machu Picchu. Es el bálsamo perfecto al término de una larga caminata para recomponer las energías y disfrutar de un momento de relajo con las propiedades minerales que poseen sus aguas naturales con temperaturas que van entre los 36°C hasta los 44°C.


Otros baños termales de imperdible visita son los de Machacancha, ubicado en la provincia y distrito de Calca, en pleno en el Valle Sagrado de los Incas. La temperatura de sus aguas alcanza a los 40°C y ayudan a aliviar dolencias como reumatismo, dolores musculares y articulares, dermatológicas y gastrointestinales, entre otras.


Existen otros baños termales en las provincias del departamento de Cusco que pueden visitarse y obtener los beneficios de sus aguas para recuperar la buena salud.

Turismo ecológico


Cusco alberga una fabulosa biodiversidad distribuida en todo su territorio y que es conservada en áreas naturales protegidas como el Santuario Histórico de Machu Picchu, el Parque Nacional del Manu, el Parque Nacional Otishi, las Reservas Comunales Asháninka, Machiguenga, Kugapakori, Nahua, Nanti y otros.


Asimismo, las Áreas de Conservación Regional Ausangate, Choquequirao, Chuyapi Urusayhua,  Tres Cañones; y el Área de Conservación Privada Qosqoccahuarina, entre otras.

Turismo místico


En Cusco el turismo místico se vive de manera especial en las comunidades donde se realizan rituales de homenaje y agradecimiento a la Pachamama o madre Tierra, a los apus o montañas tutelares, a los ríos y lagos, entre otros espacios naturales considerados deidades desde tiempos ancestrales.


En cada una de las festividades de origen andino como el Inti Raymi e incluso de sincretismo religioso andino católico como el peregrinaje al Señor de Qoyllur Riti se desarrollan rituales en los que se evidencia la profunda conexión entre los sacerdotes andinos o chamanes y las fuerzas de la naturaleza.

Turismo gastronómico


En Cusco se puede disfrutar de la deliciosa gastronomía típica en los tradicionales mercados de San Pedro, San Blas y Wanchaq, con menús económicos. En las diversas festividades que se desarrollan a lo largo del año se organizan ferias gastronómicas que ofrecen platos típicos como el Chiriuchu, sopas, panes especiales, postres, entre otras delicias que conquistan paladares.


También existe una cada vez más creciente oferta de restaurantes de comida internacional y cafés donde se puede saborear ejemplares de excelente calidad teniendo en cuenta que en la provincia de Quillabamba, por ejemplo, se produce uno de los mejores cafés especiales del mundo. 


También puede visitarse, y de manera gratuita, el Museo del Café, ubicado en la calle Espaderos 136, a pocos pasos de la Plaza de Armas. La exposición permanente presenta la historia e importancia cultural del café, las variedades, el proceso de fabricación, entre otros aspectos fundamentales de este cultivo que tiene en la provincia cusqueña de Quillabamba a una de las principales zonas de producción del Perú.

(FIN) LZD/MAO


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Publicado: 9/10/2023