La historia de esta ingeniera metalúrgica que trabaja en la reparación y mantenimiento de máquinas para el sector Construcción es un ejemplo de superación y una demostración de que esos mitos referidos a que una mujer no puede desempeñarse en ciertas actividades deben ser demolidos como viejas estructuras, quizá con uno de esos mismos equipos que esta mujer mantiene operativos.
Nacida en Cerro de Pasco, Katy León Espinoza recuerda que el contacto con la actividad minera empezó el mismo día de su nacimiento, hace 40 años. Su padre trabajaba en la mina El Porvenir del proyecto Milpo, en su tierra natal, por lo que la familia ocupaba una vivienda en el campamento donde permanecieron algunos años.
Sin duda este acercamiento a este mundo predominantemente masculino y su cercanía con esta actividad económica importante en su región, inclinaron la balanza a la hora de decidir qué carrera estudiar. Así fue en su caso, pues optó por ser ingeniera metalúrgica en la Universidad Daniel Alcides Carrión, no obstante que algunas opiniones le recordaban su condición de mujer, aunque ella refiere que siempre contó con el respaldo de sus padres.
Ahora es profesional, pero reconoce que el camino no ha sido sencillo. Tuvo que superar muchos obstáculos que sus propios pares y jefes varones le impusieron, al subestimar su capacidad y talento.
De mismo modo, Katy veía cómo muchas de sus compañeras no podían acceder a oportunidades de trabajo ya que por su género eran simplemente descartadas o designadas a tareas administrativas alejándolas de la posibilidad de aportar los conocimientos adquiridos y de enriquecer sus propios perfiles laborales. Sin embargo, nada la detuvo.
Si bien dice que su carrera es distinta a lo que actualmente realiza, relacionado con temas de seguridad, reconoce que sus primeros trabajos fueron en empresas que tenían que ver con la minería.
"Siendo mujer, era un poco complicado encontrar trabajos en mi especialidad de estudios, como ingeniera metalúrgica, porque había resistencia al trabajo de las mujeres, pero encontré una oportunidad en seguridad minera".
Refiere que hizo varios diplomados y cursos de seguridad minera y entró a trabajar en una empresa que se dedicaba al mantenimiento de equipos de minería, tanto en plantas concentradoras como en minería subterránea y aprendió lo que era mantenimiento mecánico y le gustó.
Luego de dos años, tras cumplir un ciclo, se enteró que estaban requiriendo ingenieros con el perfil de metalurgistas mineros en lo que es seguridad minera y postuló, logrando su ingreso.
Fue así como hace 11 años, llegó a Komatsu- Mitsui Maquinarias del Perú y en esta compañía encontró el ambiente ideal para hacer crecer su talento. Trabajó en el área de seguridad y hoy, después de mucho esfuerzo, lidera un equipo de más de 40 personas como jefe de Servicios de Construcción de la zona centro.
Su labor se enfoca en alcanzar el objetivo principal de satisfacción del cliente en los trabajos de reparación y mantenimiento de los equipos Komatsu, gestionando la seguridad e integridad de sus colaboradores.
"Aquí recibí todo el apoyo y hoy tengo 43 técnicos a mi cargo. Cuando llegué, sin embargo, los técnicos me miraban con desconfianza, era algo que no podían creer, pero hablé con ellos, les expliqué lo que quería, lo que estaba dispuesta a aprender y lo que pensaba hacer por ellos y desde entonces, todo ha marchado muy bien".
El año pasado, durante la pandemia, Katy ha logrado insertar a cinco mujeres a su equipo, en una convocatoria sin precedentes que busca abrir puertas para que más mujeres encuentren oportunidades para su desarrollo profesional en el sector. "Tenemos técnicas electricistas y mecánicas que se dedican exclusivamente a su carrera, y a nivel de minería hemos también sumado técnicas en armado de equipos, en los soportes que tenemos en minería".
"La empresa ha realizado una potencialización en la inclusión de la mujer sobre todo en posiciones operativas donde normalmente había muchos hombres por el rubro que es de mantenimiento y porque pensaban que la mecánica era solo para ellos", refiere, sin ocultar la satisfacción que esto le produce.
En su segundo año en esta posición, Katy espera conocer muy bien el negocio, consolidarse, y hacer que las estrategias funcionen. Apunta además a seguir creciendo, y por eso cursó una maestría de Salud y Seguridad Minera en la UNI.
Comprometida con las profesionales se forman para ocupar distintas actividades, señala que cuando hizo el reclutamiento de sus técnicas, pensaba en la responsabilidad que asume ahora para abrir mayores espacios laborales a otras mujeres que no tienen miedo de elegir la carrera que les apasiona.
Señala, sin embargo, que más allá de que les den una oportunidad por ser mujeres, que se las den a hombres o mujeres, pero que se les mida por sus resultados, sus procesos y por sus metas cumplidas.
En la fecha en la que se reconoce a la mujer y las facetas que cumple como trabajadoras, madres, esposas, Katy les pide luchar con valentía por lo que quieren. "No tengan miedo a ser juzgadas o a que les digan que tal o cual cosa no es para ustedes. Al contrario, por experiencia, consideren que esa negativa debe ser el motor que las impulse a seguir adelante".