Nutella es una perrita juguetona y amorosa que se ha ganado el corazón de niñas y niños con labio y/o paladar fisurado, a quienes apoya en la terapia de lenguaje junto a la licenciada Evelyn Cáceres, coordinadora del Área de Terapia de Lenguaje de Misión Caritas Felices.
La presencia de este can de raza bulldog francés en las sesiones de terapia crea un marco lúdico y motiva que los niños participen activamente. Con ella, no reniegan de repetir muchas veces un mismo ejercicio; al contrario, les parece emocionante y divertido.
“La niña o niño ya no se siente juzgada, más bien siente que está ayudando a Nutella, aunque en realidad está trabajando en su terapia”, señala la licenciada Cáceres en diálogo con la agencia Andina.
En las sesiones se crea un ambiente lúdico con Nutella
Los niños con labio y/o paladar hendido nacen con esta condición que, a la larga, representa un problema para la lactancia y el lenguaje. Generalmente son operados a los tres meses del labio fisurado y al año cuando el problema está en el paladar, pero estas cirugías no corrigen necesariamente los problemas del habla; por ello deben recibir terapias de lenguaje.
“El trabajo con ellos a veces es difícil porque desde pequeñitos han pasado por muchas cosas, tanto en lo médico como en lo familiar; entonces ya vienen con un compromiso psicológico bastante serio. Cuando llegan a la terapia, piensan que pasarán más cosas, eso para el niño puede ser bastante estresante", refiere.
El solo hecho de ver un uniforme médico les hace pensar en cirugías y que sufrirán dolor. La mayoría de niños viene detrás de los pantalones de los padres o entran llorando al consultorio. "Buscando estrategias encontré la terapia asistida con animales en el área de lenguaje”, cuenta Cáceres.
Buenos resultados
Aproximadamente 20 niños con y sin fisura han sido atendidos en terapias donde también participó Nutella. El más pequeño tuvo 6 meses y el más grande 7 años. En muchos casos, los pequeños pacientes llegan preguntando por ella y, al terminar, ya están deseando regresar a su siguiente sesión para interactuar nuevamente.
“La terapia viene siendo implementada desde hace aproximadamente seis meses con unos resultados maravillosos. Con las terapias presenciales, los niños están maravillados y felices y, en las virtuales, les enseño a 'Nute', como si les estuviera mirando”, contó la licenciada a la agencia Andina.
Al principio, algunos padres temen que Nutella dañe a sus hijos y eso ha impedido trabajar, pero después de ver a otros pequeños felices con ella, lo intentan. En la primera sesión se realiza la presentación donde la perrita huele al niño (a) y éste, a su vez, la acaricia.
“Nutella está tan bien entrenada que, si un niño, por algún motivo, le hace daño, ella no reacciona. Por ejemplo, un niño puede estar jalándole la oreja y ella no va a hacer nada porque está entrenada”, agrega.
En la experiencia de trabajo con animales, ha podido ver los siguientes beneficios para los niños: incrementa la autoestima, disminuye la ansiedad y la depresión, aumenta la seguridad y la tranquilidad de los pacientes, potencia las habilidades, mejora el sentido de responsabilidad, alivia el estrés, ayuda a superar los miedos, aumenta los niveles de atención y concentración, reduce la inseguridad.
"Co-terapeuta" de vocación
Nutella empezó a acompañar en las terapias cuando tenía tres años y su dueña, la licenciada Evelyn, comprobó que tenía potencial para algo más. Previamente, pasó un examen de evaluación de su personalidad, el cual aprobó. Tras ello, empezó su entrenamiento.
Nutella ya tiene cuatro años y le gusta mucho su trabajo
A la tierna Nutella de cuatro años le gusta mucho su trabajo. Según cuenta la licenciada, a veces llegan pacientes adultos y aún así Nutella empuja la puerta y logra entrar porque quiere estar presente en la sesión. “Le digo ‘no, Nutella, no te toca trabajar’ y me mira y se va. Entonces, se nota que a ella le gusta trabajar, se siente cómoda y feliz con lo que hace”.
Ya ha sucedido que algunas mamás piden llevar a Nutella a otras especialidades, incluso al hospital o clínica, pero ahí no la dejarían ingresar. Por ello, una meta de Evelyn es que se autorice su presencia en terapias. “Si ya la conocen, imagínense lo que sería poder estar con ella después de la cirugía de los niños. Cuando estás enferma y tocas a tu perrito, hay una carga hormonal satisfactoria”.
Asimismo, no ha descartado que Nutella pueda ayudar a futuro, por ejemplo, en odontología, donde también es un poco compleja la participación de los niños porque a veces no se dejan tomar los moldes.
Sesiones gratuitas
Para acceder gratuitamente a esta terapia, los interesados pueden contactarse con
Smile Train mediante su
página web o sus
redes sociales. Los requisitos son que el niño sea mayor de tres años, que esté operado del labio y/o paladar fisurado, y que ya hable.
“Algunos padres piensan que no va a hablar, pero no es así. El desarrollo del lenguaje es igual, solo que va a hablar mal, articular mal porque tiene un defecto anatómico. En estas terapias trabajamos la articulación de las palabras”, agrega la licenciada.
Smile Train, a través de sus socios locales como Misión Caritas Felices, brinda ayuda en el Perú a familias de bajos recursos operando gratuitamente a pacientes de toda edad con labio y/o paladar fisurado, ofreciendo además un tratamiento integral pre y post- quirúrgico que abarca distintas especialidades como nutrición, odontología, psicología, etc. para que la recuperación y evolución del paciente sea completa.