Franklin Fernández Zarate tenía 12 años cuando leyó en el periódico lo que sería su destino: rescatar a la quina, el emblemático árbol que se encuentra en el escudo nacional del Perú. Era 2008 y, ya para esa época, las noticias informaban que esa especie se encontraba amenazada con desaparecer.
Los agricultores del centro poblado La Cascarilla, a 25 kilómetro de Jaén, en Cajamarca, se encontraban alarmados, entre ellos, Neptalí y Perla, padres de Franklin. ¡Tenían la especie en sus parcelas! La conocían como el
árbol de la quina. Reunidos al final de la noche y, solo alumbrados por un lamparín, acordaron protegerla.
“Vieron el problema y también la solución: proteger lo que ya tenían ahí y, además, implementar mecanismos para repoblar ciertas áreas con esta especie”, cuenta Franklin, ahora de 24 años, desde España. Él acaba de concluir sus estudios de Maestría en Tecnología Agroambiental en la Universidad Politécnica de Madrid con la Beca Presidente de la República del Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec) del Ministerio de Educación.
Los agricultores siguen en su tarea. Han formado desde ese entonces el
proyecto de reforestación ‘Rescatando el árbol de la Quina, Cinchona sp. en el centro poblado La Cascarilla, Jaén’, del cual el joven talento es el responsable técnico-administrativo. “Desde que era niño veía esta labor en mi familia.
Esto me motivó a formarme en ciencias forestales y ambientales. Mi idea era que algún día pueda, de alguna forma, contribuir”, cuenta. Y lo logró gracias a sus conocimientos adquiridos en su formación en la Universidad Nacional de Jaén, como ingeniero forestal y ambiental.
“Está en el Escudo Nacional porque representa la riqueza vegetal del Perú desde 1825. Cuenta con diversos beneficios medicinales, el principal de ellos es que fue la cura para la malaria durante tres siglos, desde el XVII hasta el XIX. El Perú en ese momento estuvo en bocas y ojos del mundo. Países de todos lados querían apoderarse de esta especie. Hubo extracción de corteza de quina excesiva y esa explotación es la realidad de hoy”, explica Franklin.
El joven talento está cumpliendo el objetivo que se planeó de niño. Ha capacitado técnicamente, gracias a sus estudios, a los agricultores del Centro Poblado La Cascarilla, donde nació. Junto a ellos, viene impulsando, además, una labor de difusión para que este árbol no termine de desaparecer en nuestro país.
“El Perú se olvidó del árbol de la quina. Hubo poca difusión sobre qué es lo que significa cada elemento del escudo. Se señala a la vicuña que representa la riqueza animal y se implementaron muchos programas, con el fin de rescatar a esta especie. Se habla de la parte mineral. ¿Y la parte vegetal? Quedó atrás”, afirma Franklin.
Él anima a que más peruanos se sumen a su tarea. “Estamos muy cerca del Bicentenario de la República. Yo sueño que en algún momento todos sepan qué es el árbol de la quina y por qué está en el escudo nacional y que cada uno pueda contribuir a revalorarla y rescatarla. Está en nuestras manos”, enfatizó.
El público puede visitar la página ‘Rescatando el árbol de la quina cinchona en el centro poblado La Cascarilla’ para conocer más detalles de la lucha de Franklin: https://www.facebook.com/ARBOLDELAQUINA/. Porque un país que cuida sus riquezas, está destinado a progresar, subraya Fernández.
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